Mintiéndole al amor.

 

NOVELA COMPLETA EN WATTPAD PERFIL: MILYEMILISTICA

 

 

Antes de comenzar de leer esta hermosa historia, debo aclarar que es la novela, NO HAY AMOR COMO EL NUESTRO, la misma historia, pero con varios detalles cambiaros, mas detallista, y solo en 5 partes, asi no debes leer los 54 capítulos que tuvo esta historia.

Mi decisión fue transcribirla, porque aun sigo teniendo comentarios y fue una novela escrita en el 2012 cuando apenas tenia 16 años y mi escritura y falta de ortografía no era la mejor. 

Aclaro, la novela por partes tiene algunas cosas cambiadas pero intentando seguir la historia y sin tantas vueltas.

Gracias por siempre leer, saludos.

Parte 1

Como se puede explicar que una chica de veintitrés años se este arruinando la vida. Para comenzar a explicar todo esto hay que ir a un principio, porque la realidad que desde el dia que llegue a este universo sabía como iba a terminar mi historia, o eso creía.

Mi familia es de la religión musulmán, para ser más clara y no andar explicando paso a paso, esta religión, creemos en un dios, como cualquiera de las otras, pero no elegimos a nuestros maridos, y mucho menos una profesión, en algunos casos como el mio en excepción.

Me crie en este ámbito, mi claro ejemplo son mis padres, ellos no se elijieron, sus padres eligieron que estén juntos, y a pesar de que no se eligieron por sus propios medios, me tuvieron a mí y seis años luego nació mi hermana Eugenia.

Nací en el continente Africano, en el norte donde se encuentra marruecos, mi padre era dueña de una fábrica de textil, al poco tiempo nos tuvimos que mudar y irnos al continente Americano, donde conoció al padre de “mi futuro marido” y juntos hicieron la segunda fábrica de textil, y finalmente nos mudamos más al sur, al país Argentino, donde crecí, y prácticamente me crie.

Mis padres nos mandaron a un colegio de nuestra religión para que no nos sintiéramos discriminadas, por el hecho de que nuestra vida era muy diferente a la de los demás.

Mi familia no usaba velo, el velo se utiliza para cubrir a la mujer una vez que desarrolla, mejor dicho cuando llego la menstruación, pero mi madre no lo usaba entonces nosotras no estábamos obligadas a hacerlo, solo lo usábamos en ocasiones especiales, por ejemplo cuando rezábamos a nuestro dios, o en mi caso cuando conociera a mi futuro marido.

Para ser chicas del siglo XXI nuestra religión en Argentina no estaba muy vista, si en donde naci, por lo tanto mi hermana y yo decidimos al velo no usarlo, y para ser clara mis padres habían elegido a los padres de mi marido por eso mismo, eran igual que nosotros, tenían dos hijos, tenían la misma fortuna, y aceptaban en hecho que yo estudiada, porque eso fue parte el pacto, y sobre todo aceptaba que ande sin velo por la vida.

Mi futuro Marido, se llamaba Nicolás, el tenia casi seis años mas que yo, era alto, un cabello de castaño oscuro, sus ojos eran azules como el mar, y tenia una sonrisa y un humor en particular que eso hizo que yo me enamore de el.

Me lo presentaron a los 18 años, una tarde de prisa, apenas pude arreglarme y mi madre me indico que debería utilizar el velo, y eso fue lo que hice.

Aquel día me encontraba muy nerviosa, y a quien no cuando te estas por conocer con el hombre de tu vida.

Recuerdo que el ingreso me saludo y sonrió, y lo primero que me dijo fue “Que rico perfume” y ahí fue donde sonreí y solo me salió decirle gracias.

Sus padres al igual que los míos estuvieron hablando y el solo me miraba, hasta que decidieron irse y nos dejaron solos.

 

Nicolás: Ahora si –suspira- odio este protocolo, no debería existir.

Emilia: La verdad que si.

Nicolás: Bueno ahora si, mi nombré es Nicolás –le extiende la mano-

Emi: -me rio- Emilia, me llamo Emilia.

Nicolás: así que en cinco años nos casamos.

Emilia: Asi parece.

Nicolás: ¿Puedo? –Señalándole el velo-

Emilia: Si.

Nicolás: -le saca el velo- Ahora sos mas hermosa.

Emilia: ¿segura? No exageres.

Nicolás:- Le toca el pelo- es largo, es hermoso.

Emilia: Gracias.

Nicolás: No veo la hora que todo esto sea mia.

Emilia: -me enrojo- Nicolás por favor.

Nicolás: -se ríe- ahí vienen los rompe huevos.

Emi: -miro para el costado y veo a mis padres-

 

¿Qué pasaría si a ustedes le pintaran el mundo de colores con esa presentación y luego era todo mentira? Bueno así nos conocimos con Nicolás, en ese momento el tenía casi veinticuatro años, no era ambicioso era dulce, amable, y hacia reír a quien conociera, como lo hizo conmigo.

Cuando me gradué del bachillerato, él estuvo, el día de mi cumpleaños el me llevo flores a mi casa, él estaba pero no estaba, se había ido a Estados Unidos a seguís con la empresa textil que teníamos en común.

A medida que pasaba el tiempo su familia se hizo parte de la mía, el solo tenia una hermana solo un año más chica que el, pero aunque se había convertido en unas de mis amigas, era muy diferente a mí, ella se casó más joven, a los dieciocho años y ya tenía una niña de 4 años.

Vamos al caso, era parte de una familia que al hijo, mi futuro marido aun no me había dado ni un beso.

A mis veinte años, estaba cursando mi tercer año de la carrera de Nutrición, el apareció a buscarme, y mi mundo se paralizo, vino con un ramo de flores, y recuerdo que todas mis amigas de la Universidad estaban tan asombradas al igual que yo en ese momento, y solo le di un beso en la mejilla y un abrazo de costado.

 

Nicolás: Vamos a cenar.

Emilia: Bueno, aviso a mi madre.

Nicolás: No, ya le pedí permiso, quédate tranquila.

 

Aquella noche nos conocimos, el me conto de su vida en Estados Unidos, y yo le conté que me iba tan bien en la Universidad, que si todo iba bien iba a terminar con un buen promedio, y que solo me faltaban dos años para terminar.

Hablamos de nuestro casamiento que se celebraría en Marruecos con toda nuestra familia de allí, y porque por supuesto, deberíamos cumplir con el protocolo hasta nuestro casamiento.

Después de hablar, caminamos a buscar el auto, llegamos hasta mi casa , el bajo conmigo, y cuando me acerque a darle un beso en la mejilla, el corrió el rosto un poco más y me beso, fue nuestro primer beso, en ese momento me sentí en las nubes, y luego me abrazo.

 

Nicolás: -mientras la abrazaba- Emilia por favor tratemos de mantener esto pero lejos de la familia, al menos quería llegar al altar con mi mujer sabiéndola besar.

Emilia: -me reí- está bien.

 

Como toda mujer, entre a mi casa y le conté a mi hermana lo que había sucedido, y mama escucho ya que estaba en la espera de que llegue de la salida.

 

Celia: -sonríe- Hija por favor, acordarte que debes llegar pura al matrimonio.

Emilia: Si mama.

Celia: Si no, están en el horno vos y Nicolás.

Emilia: Solo fue un beso.

 

Ahora entendía a Nicolás porque queríamos que todo sucediera fuera de la familia.

Fueros casi seis meses de vernos después del estudio, hasta que el volvió a Estados Unidos y ahí fue donde todo cambio.

Como todo hombre comenzó a darse cuenta , ¿Quién esperaría a una pendeja hasta llegar al matrimonio para tener relaciones? Yo en ese momento, el no, el se fue ese año y media a Estados Unidos y volvió diferente, ambicioso, egoísta, y odiando querer cumplir en casarse con alguien por acuerdo, Facebook me lo decía, tenía todos los medios para averiguarlo, mis amigas me lo decían, él se sacaba fotos con minas totalmente diferentes a mí, morochas, petizas, y de ojos oscuros, el había conocido otro mundo que yo no, porque yo esperaba conocerlo con el.

Sufrí a mares, estaba a finales de recibirme, pero la angustia era aún mas fuerte, o organizaba mi casamiento que faltaba un mes, o estudiaba y comenzaba a hacer mi Tesis de Nutrición para recibirme y sin duda tuve que elegir la primera opción con la mínima esperanza que Nicolás cambiara.

Aquel mes viaje a marruecos, tuve que usar el velo, porque mi familia si lo utilizaba, y allí fue donde me prepararon hermosa para él.

Todo comenzaba con una pintura por el cuerpo de henna , para que después de “la gran noche el te limpie” cada detalle significada un mensaje de nuestra religión y de lo importante que era el matrimonio.

Recuerdo que mi vestido era hermoso, el de toda una princesa, y cuando me reencontré con Nicolás no dejaba de sonreír, y crean que hasta el peor lobo se podría creer esa sonrisa.

Todo sucedió, nos besamos, festejamos toda la noche, y solo hubo un beso beso en la historia de mi casamiento, hasta que llegamos a nuestro cuarto, donde nuestras familia moría de nervios, tanto que si la mujer no llegaba con su virginidad al matrimonio, en los peores casos se podía declararle la muerte, o echarla de la familia, que obviamente no iba a suceder en mi caso, al menos si me hubiese criado en marruecos y mis padres al tanto como los padres de Nicolás seguirían cada protocolo de la religión, nos casaron en ese país, solo para aparentar que aunque te vayas de allí, a tus hijos le vas a enseñar su religión igual.

 

Emilia: - me senté en el borde de la cama y lo mire-

Nicolás: Gracias a dios que ya todo sucedió. –se saca el anillo de casamiento- Sos libre Emilia, vos y tu novio.

Emilia: -lo mire extraño- ¿Novio?

Nicolás: Así es, no me retes que dar explicaciones, ya se que vas a bailar, ya se todo lo demás, yo amo a otra mujer, tranquila, porque en el fondo te quise, “Hoy pasamos la mejor noche de nuestra vida” Ya contrate empleados y les explique, solo ahora es tu turno de vos aceptarlo.

Emilia: -a punto de llorar-

Nicolás: No me decepciones, bueno a tu familia, somos un matrimonio feliz, con una mentira de por medio, todo normal, vos podes continuar con tu vida amorosa, eso si –la mira fijo- No la cagues nada de hijos Emilia.

 

Adivinen que hice, si acepte la propuesta porque estaba completamente enamorada de Él, y aunque ahora era un mujeriego, egoísta, y manipulador, a pesar de todo eso lo amaba con toda mi alma, y deseaba que ese sentimiento hubiese desaparecido aquella madrugada pero no desapareció.

Me entre a bañar, me quite mi pintura de henna cuando lo tendrá que haber hecho el después de nuestra noche de amor que jamás sucedió. Salí de bañarme y Nicolás se estaba curando el dedo que aun tenía con sangre.

 

Emilia: ¿Qué hiciste?

Nicolás: -le señala la cama que tenía algunas gotas de sangre- Emilia lo aceptaste, no voy a mandarte a matar o que te deshereden de esta religión, acabaste de perder la virginidad conmigo.

Emilia: ¿Pero? –mirándolo tratándole de explicar-

Nicolás: acá sucedió esto y punto.

 

A partir de ese momento comencé a comprender de sucedía con Nicolás. Él había aceptado que salga a fiestas y cumpleaños, por lo cual salía al igual que él, y unos de mis mejores amigos me acompañaba a casa o me llevaba en su auto, pero solo era un gran amigo, que nunca iba a suceder nada.

Él estaba convencido que salía con el y que había perdido mi virginidad con él, y por eso mismo el se acostó con quien conocía en ese momento, eso entendía, pero un tiempo después el termino confesándome que creía eso.

Así que a primeras horas del mediodía Salí con Nicolás del cuarto, una de sus tías reviso nuestras sabanas y salió a festejar nuestra “Unión” como matrimonio, pude ver en cada rostro de mi familia y en la de el, su hija se había entregado a ese hombre como se debía.

Si nos ponemos a pensar que estábamos en el SIGLO XXI y que esto aún existiera era estúpido, pero la realidad era esta, si existía, y lo único que me pidieron mis padres es que cumpla con ese protocolo y si después en un futuro decidía separarme no había problema.

Mi luna de miel fue lo más triste del mundo, nos habíamos ido a México, lo único bueno fue conocer las playas grandiosas, lo demás no, el salía todas las noches y yo me quedaba en el hotel durmiendo sola.

Después de diez días de luna de miel, llegue a mi gran casa, estaba ubica en una isla de Tigre, para llegar tendrías que ir en lancha o cruzar un puente en auto, era hermosa, por donde la veas.

 

Nicolás: Bueno te presento ella es Beatriz, la que se va a ocupar de las cosas de casa, El es Mario, el jardinero, ellos ya saben todo lo nuestro, asi que son unos cómplices mas.

 

Los miraba casi sin entender ellos mismos porque estábamos juntos, Mario y Beatriz tenían unos 55 años de edad, pero aunque en ese momento me los presentaba como unas personas mas, al final terminaron siendo la única compañía de esta enorme casa.

La casa apenas ingresabas había un pasillo, un lugar donde poner los abrigos, a la derecha observabas una escalera que te dirigías al primer piso que contaba con tres habitaciones y dos baños, y si ibas a la izquierda estaba el living, detrás la cocina y en el fondo del pasillo una habitación con baño que sería el cuarto principal, por afuera había un gran jardín, un garaje, y un pequeño salón, como para invitados que contaba con baño y sobre todo una gran parrilla.

Los primeros dos días fueron caóticos, llegaban todas las cosas nuevas para la gran casa, dentro de todo lo egoísta que era Nicolás fue en lo único que no se metió en la decoración de la casa, pero tendría que haber un cuarto principal “El nuestro” el de planta baja, que si lo decore y solo estaba para insinuar el hermoso cuarto que era, porque por supuesto, no iba a dormir con Nicolás, el el piso de arriba cada uno eligió una habitación ya que nadie iría allí, se iban a mantener cerrados, y si alguien preguntaba la respuesta iba a ser que teníamos muchas cosas y por decisión elegimos un cuarto para guardar nuestras cosas personales.

Después de dos días caóticos, Nicolás me insinuó que a la noche llegaría nuestra familia, para ver “la nueva casa de este hermoso matrimonio”

 

Emilia: -escuchaba mientras hablaba con una mujer- Nicolás.

Nicolás: -mirándola serio- Bueno te corto, mañana después de trabajo que comienzo vamos a comer, te quiero. –corta- ¿Decime? Rápido que no tengo tiempo.

Emilia: Hay una sola cosa que quiero que respetemos. A esta casa no viene nadie.

Nicolás: ¿eso solo?

Emilia: Si eso solo.

Nicolás: –suena el timbre- llegaron las víctimas.

Emilia: -suspire triste-

Martha: (Madre de Nicolás) Mi pareja favorita –sonríe y los abraza-

Emilia: -sonrió-

Raúl: Martha! –se ríe- ¿Cómo les fue esa luna de miel?

Nicolás: Muy bien. Mañana regreso a la empresa –intentando cambiar de tema-

Martha: vamos a la cocina Emi, asi hablamos mejor.

Emilia: Bueno.

Nicolás: -Mira a Emilia seriamente-

Emilia: -lo miro y me dirijo a la cocina con la madre de Nicolás-

Martha: ¿te gusto México?

Emilia: Me encanto –sonrió- ¿Queres tomar mates?

Martha: Si, porque hasta que cenemos falta bastante.  ¿Pensaron en hijos?

Emilia: ¿eh? , No, no.

Martha: ¿Por qué?

Emilia: Quiero terminar mi tesis, recibirme, y después vemos.

Martha: ¿Pero ustedes se cuidaron?

Rocío: (Hermana de Nicolás entrando a la cocina) –levantando la voz- ¡MAMAAA! ¿Cómo vas a preguntar eso? –mira a Emilia- No le des bola, Anda con Nicolás que te quiere mostrar cómo es por afuera la casa.

Martha: Bueno, bueno –se va de la cocina-

Rocío: Bueno ahora es mi turno ¡CUÑADA! –la abraza , casi saltando- ¿Se cuidaron? –Comienza a reírse- Mi mama se va a la mierda, acostúmbrate, va a estar así, como estuvo conmigo hasta que tuve a Agostina.

Emilia: ¿Cómo esta Agos?

Rocío: Como siempre preguntando por la tía Emilia.

Emilia: -Sonrió-

Rocío: ¿Cómo estas vos? Porque la convivencia va a ser difícil, aunque bueno ahora estas atravesando todo lo lindo, es el momento donde hay macha acción de amor, y no discusión, igual no quiero saber, menos imaginar a mi hermano, horror.

Emilia: Mejor –me rio.

 

Rocío era hermana de Nicolás, su única hermana, y en parte de mi historia ella termino siendo mi tercer hermana, era tan diferente a Nicolás, humilde, dulce, compañera, y sobre todo buena amiga, podía confiar en lo que quisiera con ella, tanto que hasta por momentos quería llorar y contarle la verdad.

Su única hija era Agostina, una niña de cuatro años que se ganó mi amor desde el primer día, como había dicho en un principio, a Nicolás antes de casarnos lo veía pocos, pero a ellos los veía siempre, estuve en el Nacimiento de Agostina, fui al casamiento de Rocío, porque esta familia a pesar de todo quiso involucrarme con ellos desde el día que supieron que yo iba a ser su nuera.

Aquel día fue el comienzo de muchos, de muchos de los que me daba los besos, bueno picos más fríos del mundo, donde me abrazaba por compromiso, donde me daba besos en el cachete para insinuar lo buen marido que era, pero la verdadera historia no era esa, mentíamos con un amor inexistente.

Parte 2

El primer mes, de este “hermoso matrimonio” fue el mas fácil, bueno “fácil” Porque Nicolás nunca venía a almorzar y mucho menos a cenar, era la personas mas ausente de esta casa, solo estaba el jardinera, la señora que me ayudaba en esta gran casona y yo por supuesto.

Durante ese mes me dedique a hacer mi Tesis de Nutrición, la ultima que me faltaba para finalmente ser Nutricionista, la profesión que toda mi vida anhelé ser, pero siempre me la imagine al lado de alguien y ese alguien siempre tuvo nombre y apellido y se trataba de Nicolás.

Hasta que el primer dia de muchos comenzó a llegar, si no hablamos de las peleas que fueron interminables.

 

4 AM –sábado por la madrugada-

 

Emilia: -me despierto escuchando risas y me quedo escuchando desde la puerta de mi habitación -

Xxx: Mi amor estas muy en pedo. –riéndose- vamos a la cama.

Nicolás: Que buena noche pasamos Mercedes, subimos a mi cuarto, despacio no quiero que se despierte Mi mujer.

Mercedes: “Claro tu mujer” estas tan en pedo que todavía la tratas de tu mujer a esa que no vale nada vamos. –subiendo a la habitación-

Nicolás: Entramos –entrando a la habitación de el que quedaba enfrente a la de Emilia- Shuu.. silencio. –cierra la puerta-

 

Aquella noche fue la primera de muchas que llore, el hacia el amor con otra que no fuera yo en Nuestra casa, el traía a quien quisiera cuando había un trato de por medio, lo único bueno fue que jamás escuche nada, pero si sabía lo que sucedía.

 

4 PM –sábado por la tarde-

 

Emilia: -sentada en la silla de la isla mientras seguía con mi Tesis-

Nicolás: ¿No hay café?

Emilia: No.

Nicolás: ¿y porque mierda no le dijiste a la chica que limpia que compre? –levantando la voz-

Emilia: Beatriz se llama Nicolás.

Nicolás: No me importa en este momento su nombre, tenes que darte cuenta ¡Es lo único que haces!

Emilia: ¿Que? ¿Que yo que? –enojándome- Yo tendría que ser la que este enojada en este momento caradura, Que traes a las minas y te la coges en esta CASA. Que también es MI CASA! –me levanto agarrando mi notebook y mis copias-

Nicolás: Si, si es lo mejor que podes hacer, ándate como toda pendeja.

Emilia: -mirándolo fijo- ¿Qué dijiste?¿que yo soy que?

Nicolás: Pen-De-Ja. ¿o te lo repito de nuevo?

Emilia: Pero ándate a la mierda. –gritándole-

Nicolás: Ojala pudiera y me voy a la puta madre asi no te veo mas la cara.

Beatriz: -ingresando a la cocina mientras los gritos seguían- Señores disculpen, pero sus padres están en la puerta.

Nicola: ¡la concha de su madre! –muy enojado- Atendelos.

Emilia: -me voy con mis cosas-

Nicolás: ¿adonde vas ahora?

Emilia: ah guardar mis cosas Nicolás, podes dejarme el paz un segundo. –me voy rápidamente a dejar las cosas a mi cuarto y bajo a saludarlos-

Martha: escuchamos gritos ¡paso algo? –mirandolos-

Nicolás: -abraza de costado a Emilia- no mama, que va a suceder, si esta todo perfecto con mi mujer.

Martha: tu padre esta en el auto, vine a pedirles un favor.

Nicolás: decime.

Martha: ¿pueden cuidar a Agostina? Por favor, El marido de tu hermana Eugenia tiene que ir a firmar papeles a Estados Unidos, y tu hermana también porque son propietarios, y no vana  llevar a Agostina a ese viaje de locos, de ir firmar y volver.

Nicolás: ¿y vos mas?

Martha: ¿Qué no pueden? Pensé que les iba a encartar la idea.

Emilia: Por supuesto Martha, tráela y la cuidamos.

Martha: -sonríe- Sabia que mi nuera hermosa aceptaría.

Nicolás: Por supuesto –le da un beso en el cachete-

Emilia: ¿Cuándo la traen?

Martha: Mañana cuando se va Eugenia.

Nicolás: Perfecto.

Martha: No los molesto mas, nos vemos –los saluda y se va-

Nicolás: ¿Qué carajo hiciste Emilia?

Emilia: ¿Que hice? –mirándolo-

Nicolás: Tiene 4 años sabes las cosas que puede decir.

Emilia: No va a decir nada, porque vos nunca estas, por lo menos aparte del jardinero y de Beatriz voy a tener compañía –me voy a mi cuarto-

Nicolás: La puta madre –agarrándose la cabeza-

 

Aquella noche, cada uno durmió en su cuarto, nos levantamos, casa uno desayuno a su propio justo, y aunque Nicolás me hacía indiferente, sabía lo que le gustaba y siempre se lo preparaba yo a su gusto, para que solo me diga un simple gracias y me deje contenta el resto del día.

La niña se quedaría el día viernes, hasta el domingo por la mañana.

Agostina era la niña más dulce y compradora de todo del mundo, tenía un ángel por dentro, y yo la amaba como si fuera mi propia hija.

 

Viernes  13 PM

 

Agostina: El tío no viene a almorzar?

Emilia: No mi amor, pero yo te prepare una milanesa a la napolitana con papas fritas.

Agostina: ¡Sí! –festejando sonríe-

Emilia: -sirviendo la comida- Aca tenes mi amor.

Agostina: -come y la mira- Riquísimo tía, mama nunca cocina.

Emilia: -me rio- Me imagine.

 

Almorzamos juntas, la lleve al cine, y sin saber era su primera vez, y a pesar de todo miro toda la película, le compre algunas ropitas y juguetes, y cuando manejaba de regreso a casa, estaba ya dormida en su asiento. Agostina era mi suena, el sueño que tenia pero con Nicolás, cuando la veía me daba cuenta que nunca iba a tener un hijo o una hija, mi vida iba a ser esta, y yo la escogí así, para solo tener a Nicolás a mi lado.

Aquel dia Nicolás nunca llego, según el se había olvidado completamente que su sobrina estaría en nuestra casa.

Agostina ceno conmigo preguntándose ¿Dónde estaba su tío Nicolás? Y yo ya no sabía que excusa poner, Nicolás no respondía mis llamadas, y mucho menos los mensajes. Asi que acosté en mi cuarto a Agostina, y fui a dormir al cuarto “matrimonial” que nunca habíamos usado, por supuesto deberíamos mentir porque aunque tenga casi cinco años sabíamos en el fondo que esto también podría ser una excusa para saber si en realidad estábamos juntos.

Aquella madrugada de Sábado, Nicolás se mandó la primer cagada del ano, se vino con Mercedes, su novia, o amante como les pareciera mejor, la llevo a su cuarto, y adivinen quien dormía en frente ¡Si la mismísima sobrina de el! Ella lo esperaba ansioso, y lo escucho, asi que decidió irse a la habitación que lo escuchaba-

 

Agostina: -abre la puerta-

Nicolás: -besando a Mercedes-

Agostina: -los miraba-

Mercedes: Mi amor, creo que escuche algo.

Nicolás: Shh mi amor.

Mercedes: -mira hacia la puerta y se detiene-

Nicolás: ¿Qué pasa? –mira hacia donde miraba Mercedes-

Agostina: ¿Ya no queres a la tia? –sale corriendo-

Nicolás: ¡La reputisima madre!  Mercedes, anda, anda para tu casa .

Mercedes: ¿Por qué?

Nicolás: ¡Rápido ya! –a los gritos-

 

Mientras Nicolás estaba sacado, pensando que explicación le iba a dar a una nena de casi cinco años, Agostina corría al cuarto matrimonial, donde estaba Emilia muy dormida sin entender nada.

 

Agostina: -traba la puerta y sube a la cama llorando-

Emilia: -despertándome- ¿Qué pasa mi amor? ¿Porque lloras?

Agostina: No lo quiero mas.

Emilia: -la abrazo- ¿a quién mi amor? ¿tuviste una pesadilla?

Agostina: Al tío, tiene otra mujer.

Emi: ¿Que? ¿Qué viste Agostina-

Agostina: Besando a otra mujer –mientras lloraba sin dejar de abrazar- yo te quiero a vos tia, no me dejes.

 

Las palabras de Agostina me rompían una y mil veces el corazón, ella lloraba por un amor que no existía y tenia terror que se separe.

Nicolás intento entrar a la habitación a explicarle a Agostina lo que había sucedido, otra gran mentira, que no hubo caso , porque no dejaba de llorar diciéndole que se vaya y que no lo quería más. Hasta que algunas horas después se quedó dormida y logre salir.

 

Emilia: por favor Nicolás decime que no estabas en pelotas.

Nicolás: No, no –agarrándose la cabeza- Solo nos besábamos.

Emilia: ahh..

Nicolás: Emilia, te das cuenta todo se va a ir a la mierda… ¿Por qué no me avisaste?

Emilia: te llame mas de cincuenta veces y te mande diez mensajes.

Nicolás: Dios, dios.

Emilia: Tranquilo con algo la vas a extorsionar, como lo haces con todo. –me dirijo a la habitación y me vuelvo a dormir.

 

 A la mañana siguiente.

Agostina: -se despierta y se dirige a la cocina y estaba Nicolás-

Nicolás: ¿Podemos hablar?

Agostina: ¿vos amas a la tía?

Emilia: -se despierta y se queda detrás de la puerta de la cocina escuchando-

Nicolás: Con toda mi alma.

Agostina: ¿Color favorito?

Nicolás: Azul, le encanta los dulces, su flor favorita, son las rosas blancas, le encanta ducharse y poner música para cantar, y un sueño pendiente es irse un dia a la peluquería y aparecer con el pelo rubio.

Agostina: ¿Cómo estaba vestida el dia que la conociste?

Nicolás: Sencilla, tenia un velo color rosa, que hacía que le resalte sus hermosos ojos verdes.

 

Tal cual como me describía Nicolás, era verdad, sabía todo de mí y lo odiaba, porque como así quería convencer a una niña de casi 5 años, también me estaba convenciendo a mí.

Nicolás se encargó de abrazarme, demostrar todo su cariño delante de la niña con el terror de que Agostina diga toda la verdad.

Aquella noche tuve que dormir en el cuarto, nuestro cuarto. El que estaba en planta baja, en el que lo hice para nosotros con esperanzas de algún dia usarlo, bueno ese día había llegado, pero siempre con una mentira de por medio.

Me acosté en la parte izquierda de la cama, y Nicolás en la parte derecha, sin mirarlo, el no dejaba de moverse, y yo solo me quedaba quieta en mi lugar dándole la espalda, asi fueron dos horas, hasta que me acomode mirando el techo lo mire y finalmente el se había quedado dormido, no pude evitar mirarlo, mirarlo como una mujer enamorada deseando que ese sueño se haga realidad algún dia, hasta que escucho un grito que venia desde afuera de la habitación.

 

Agostina: -llorando- tios.

Nicolás: -se despierta- ¿Que paso?

Agostina: Tuve pesadillas ¿Puedo dormir con ustedes?

Emilia: -lo mire a Nicolás y después a Agostina- Si mi amor veni.

Agostina: -se puso en el medio de los dos- Los quiero mucho.

Emilia: -mire a Nicolás- yo también mi amor –le acaricio la cara- Ahora vamos a dormir.

 

La imagen mas hermosa estaba entre nosotros, a diferencia que Nicolás no me amaba, pero a pesar de todo, pareciéramos una familia durmiendo con su niña.

Si después de aquella noche me despertaran y me dijeran que siete años después se iba a cumplir la misma imagen pero como una verdadera pareja con Agostina, juro que no se los creería

Esa mañana Nicolás apareció con el desayuno en la cama, y finalmente Agostina mas tarde se fue. Ellos hicieron un pacto, ella no iba a decir una palabra, prometiéndole a la niña que iba a amar a su tía aún mas, pobre criatura, aun era muy pequeña para entender tantas cosas

Todo iba mal en peor, Nicolás mas agresivo, Nicolás no me hablaba, Nicolás no estaba existiendo en mi mundo. Asi que deje de ser la sufrida y comencé a hacer lo mismo que el, a salir con amigas, a bailar, no lo engañaba porque realmente no éramos más que una pareja que no existía.

Mis salidas era con Valeria, ella era mi compañera de mi carrera, y mi cómplice número uno. Fue la única persona que sabia que estaba casada, y la única que sabía nuestra verdad, a la única que me anime a contarle todo, porque necesitaba un hombro  para llorar, y ella siempre estaba.

 

-Viernes por la noche en la casa de Valeria-

 

Valeria: Emilia por favor, hoy la rompemos, con veintitrés años que tenemos y con estas hermosas caritas y cuerpo, la rompemos.

Emilia: -me rio maquillándome- Llega a ver mi familia de Marruecos que estoy asi de vestida y me voy a bailar, deshereda mi familia.

Valeria: -riéndose- Sos la oveja negra –se acerca- Bueno tanto no. Te admiro la manera que soportas tener a ese hombre al lado –se pone los tacos-

Emilia: -la miro-

Valeria: Ya se Emilia, te encanta lo amas, pero… hoy seguro encontras a alguien con quien poder olvidarte a Nicolás.

 

Tenía un remeron color rosado, una campera de cuero , medias finas y unas bucaneras negras puestas para aquella noche.

Salíamos a lugares lejos, donde nadie nos viera.

Aquella noche sin darnos cuenta salimos al mismo lugar con Nicolás, el con sus amigos y yo con Valeria y algunos amigos de la Universidad.

Nos divertimos las primeras horas, y para ser clara había tomado un poco de tequila que estaba entonada, pero podía mantenerme parada.

 

Ariel: -compañero dela universidad - Estas muy hermosa hoy.

Emilia: -me rio- Gracias.

Ariel: No entiendo como tanta hermosura anda sola por la vida. –Acercándose mas a ella mientras bailaban-

 

-Mientras Nicolás-

Ramiro: Que hermosa mina, esas bucaneras le quedan hermoso.

Nicolás: -tomando cerveza- ¿Quién?

Ramiro: La chica de pelo suelto, castaño que está a la derecha.

Nicolás: -mira y alterándose- ¡Que mierda hace Emilia acá!

Ramiro: ¿Emilia se llama ese bombón? No te acerques, que seguro ese es el novio.

Nicolás: ¡Que novio, ni que novio!  -se acerca-

Ariel: -se acerca para besarla-

Nicolás: -lo empuja- No la tocas. –enojadísimo-

Emilia: -lo miro seria- ¿Qué haces acá?

Nicolás: vamos a casa.

Emilia: No me voy a ningún lado.

Nicolás: -la agarra del brazo- Vamos.

Emilia: Nicolás –mirándola seria-

Ariel: Chavón no ves que no quiere ir con vos. –enfrentándoselo-

Nicolás: yo con mi mujer hago lo que quiera.

Ariel: ¿Qué es tu qué? –mira a Emilia-

Nicolás: Mi mujer como escuchaste –la agarra la cara y le parte la boca de un beso-

 

Cualquier persona diría que en ese momento lo tendría que haber empujado y gritarle de que está haciendo… , pero la verdad no lo fue así. Lo deje, deje que me bese , y me beso de tal manera que me obligaba dejarme, ese beso era como comer cuando uno está hambriento , o como beber cuando esta sediento.

 

Nicolás: -deja de besarla- vámonos.

Emilia: -hice una mueca y asistí con mi cabeza-

Nicolás: -la agarra de la mano-

Ariel: -enojado se va de allí-

Emilia: -Miro a Valeria y la saludo con la mano-

Nicolás: -saliendo del boliche- Hace frio Emilia –le pone su campera sobre los hombros- Estas demasiado desabrigada –sin dejar de mirarla- Subí al auto.

Emilia: -subo al auto sin decir ni una palabra-

Nicolás: ¿No pensas hablar? –mirándola-

Emilia: -Lo miro y me rio un poco-

Nicolás: ¿Qué tengo?

Emilia: Mi lápiz labial por toda tu boca –me acerco con mi mano limpiándole- y para la próxima, yo no soy de nadie.

Nicolás: Ante la ley sos mi mujer, asi que deja de estar ante el público vestida asi, sin tu marido y encima levantándote al que venga.

Emilia: ¿Perdón? –lo vuelvo a mirar- Quédate tranquilo que ya te encargaste de demostrar a mis compañeros de la Universidad de que soy tu mujer. Apurate porque me hago pis.

Nicolás: Tomaste demasiado Emilia eso es lo que pasa.

Emilia: ¿y que queres que haga? Si mi vida es una mierda.

Nicolás: No exageres.

Emilia: -cierro mis ojos y inclino el asiento del auto-

Nicolás: -la mira, suspira y sigue manejando-

 

20 minutos después…

Nicolás: Emilia llegamos –despertándola-

Emilia: Ok, -bajo del auto y salgo corriendo hacia el baño-

Nicolás: -entra el auto a la casa , se hace un café y escucha como Emilia estaba vomitando en el baño, así que apaga el café y se dirige hasta allí- ¿Estas bien?

Emilia: -me limpio la cara y salgo del baño- Me besaste y termine vomitando. –lo miro seria-

Nicolás: Siempre tan pendeja.

Emilia: ¿Yo pendeja? –señalándome-

Nicolás: Emilia por favor decime que no estas embarazada, si no la cagas, la cagas.

Emilia: ¿Si lo estuviera cual seria el problema? Otra mentira mas a esta vida. –Camino hacia mi habitación-

Nicolás: -la sigue- ¿Estas embarazada?

Emilia: No Nicolás, no lo estoy.

Nicolás: ¿Entonces?

Emilia: Comí sushi, y me callo como el orto. Fin –me voy vueltas mirando cómo me seguía- ¿También vas a controlar si duermo o no?

Nicolás: Pendeja, pendeja tendrías que ser. –Se va a su habitación-

Emilia: Porque hablo el maduro –bufo y cierro la puerta de mi habitación-

 

Después de esa discusión, no nos dirigimos ni una palabra esa semana, asi que aproveche para estudiar ya que el viernes si iba todo bien me recibía.

Nicolás se hizo ausente, y le dije a mi familia de mi último final, mi entrega de tesis ya estaba hecho, faltaba defenderlo ese día, y luego ver los resultados.

Un Lunes por la noche nos juntábamos en la casa de Rocío la hermana de Nicolás ya que era feriado, y aprovechaban festejar su aniversario.

 

- Lunes 8 PM-

Nicolás: Y ya estas –acomodándose la camisa mientras se miraba en el espejo que había en el pasillo de la entrada-

Emilia: -bajando las escaleras-

Nicolás: -la mira-

Emilia: Vamos.

Nicolás: -sin dejar de mirarla- ¿No es muy corta esa pollera?

Emilia: -muevo mis hombros le hago una mueca y me miro al espejo- Esta en el tamaño perfecto. –tenía una falda con una camisa y un bléiser puesto con unos zapatos que combinaban con el atuendo-

Nicolás: ¿segura?

Emilia: Dale vamos.

Nicolás: -agarra las llaves- Anda yendo.

Emilia: -camino hacia el auto y observaba como Nicolás me miraba, asi que me doy vueltas- ¿Nunca viste a una mujer que me miras asi?

Nicolás: -se pone serio- Vamos.

Emilia: -Me rio- decile a tu novia que no se ponga celosa.

Nicolás: -se rie un poco y sube al auto-

Emilia: -subo y me miro al espejito del auto retocándome el lápiz labial-

Nicolás: -la vuelve a mirar-

Emilia: -mientras me pintaba- Dale Nicolás maneja.

 

Veinte minutos después llegamos a la casa de Eugenia, estaban también mis padres, hablamos, luego cenamos, cuando la niña aparecía Nicolás me abrazaba, o me daba algún beso en el cachete y la situación no parecía la más cómoda del mundo.

Se hizo de madrugada, y todo seguía, nos sentamos a tomar un café con los dulces mas la torta de aniversario.

 

Eugenia: (hermana de Emilia) Voy a traer una silla, falta para Emilia.

Nicolás: -sentado en el sillón- Deja Euge –mira a Emilia- Veni mi amor.

Emilia: -lo miro sorprendida, el me señalaba su falda, y me senté-

Roció: (Hermana de Nicolás) Ay –haciendo un gesto- ya me da asco tanto amor.

Emilia: -me rio incomoda-

Martha: (madre de Nicolás)Vendrán los nietos prontos –sonriendo- ¿Alguien quiere mas torta?

Emilia: Ni en sueños.

Nicolás: -se rie y le da un beso en el cuello a Emilia-

Emilia: -lo miro con cara de matarlo- ¿Qué haces?

Nicolás: -sonriendo- Nada.

Emilia: -siento la mano de Nicolás por mi cintura- ¿Ya se durmió Agos?

Roció: (hermana de Nicolás) Si, esta chocha con sus tíos, me conto lo bien que lo paso.

Emilia: Nosotros también- ¿te ayudo a juntar? –levantándome-

Rocío: No, no.

Nicolás: -la agarra del brazo haciendo que se vuelva a sentar sobre ella.

Emilia: -siento como Nicolás me apoya y me levanto rápido y lo miro- ¿estás loco? –lo digo muy seria-

Rocío: ¿Qué paso? –mirando-

Emilia: Nada , nada –me vuelvo a sentar en la falda y lo digo despacio entre dientes- La próxima te corto las pelotas.

Nicolás: -se ríe- Perdón. –le agarra la cara y le da un beso-

Emilia: -le muerdo el labio mientras me besaba-

Nicolás: -deja de besarla, haciendo un gesto de dolor-

Emilia: te gusto mi amor –le toco la cara sonriendo muy sarcástica-

Nicolás: Si mi amor.

Emilia: -le limpio la pintura de labios que tenía en el rostro-

 

Después de ese dia, que Nicolás se dedicó a demostrar el tanto amor que tenia hacia mi , llegamos a casa y me diriji hacia el cuarto rápidamente para ir a descansar ya que sabia que se venía una semana intensa de estudio.

La semana paso rapidísimo, ese viernes había llegado y me moría de nervios, apenas pude desayunar y  no almorzar, Nicolás estaba ausente , yo podía entender que estaba encargándose de toda la fábrica de textil de nuestro padres, pero no tenía la obligación de estar allí todo el día, intentaba pensar eso, pero la verdad era que estaba con Mercedes, almorzaba con ella, dormía casi todas las noches allí, y yo solo me la pasaba estudiando para este último examen.

Di mi examen, y después de dos horas, me informaron que había aprobado, me senté en el pasillo de la Universidad y me puse a llorar, por fin había logrado algo por mi misma, nadie me obligaba a nada, estaba siendo muy feliz.

Valeria y todos mis amigos de la Universidad estaban allí, tirándome harina, huevo, papelitos, y sacándome fotos. Mi hermana Eugenia llego diez minutos después, lloro conmigo de felicidad, y aunque trataba de evitarlo, ella se había dado cuenta que Nicolás no tenia ni la menor idea de que si daba ese examen me recibía.

Después de tantos festejos llegaron mis padres emocionados, y luego los padres de Nicolás abrazándome me llenaron con mas papelitos y me hicieron un cartel de Recibida, se sentían muy orgullosos mis padres y los padres de El también, todo el mundo, luego llego la hermana de Nicolás con Agostina y aunque en el fondo quería evitarlo, no dejaba de pensar en Nicolás,  Nicolás no tenía la menor idea de nada de lo que estaba sucediendo y ese fue el acto mayor para que se dieran cuenta nuestros padres que él no me amaba ni un poco.

Disimule, y trate de evitar que me preguntaran por Nicolás, llegue a mi casa horas después, me bañe me vestí linda y salí a festejar con mis compañeros de la Universidad que en ese momento era el único apoyo emocional que había en mi vida.

 

-Sábado 4:30 AM-

Emilia: -sonreí entrando a mi casa, me saque los zapatos y me diriji hasta el comedor-

Nicolás: -Sentado en el sillón tomando alcohol- Lindas horas para llegar.

Emilia: -lo miro y sigo caminando dirigiéndome para la cocina-

Nicolás: -se levanta le agarra el brazo a Emilia-

Nicolás: Te hice una pregunta Emilia.

Emilia: Salí con mis amigos. Como vos lo haces todos los putos días –comienzo a levantar la voz- por lo menos yo tengo más respeto y no me ando encamando con una puta en mi casa.

Nicolás: -le pega un cachetazo y luego reacciona al darse cuenta lo que hizo-

Emilia: -me toco la cara y mis lágrimas comenzaron a caer-

Nicolás: -la mira asustado-

Emilia: -asustada- Me pegaste –sin dejar de caerme las lágrimas-

Nicolás: -se agarra la cabeza- Emilia…

Emilia: Me recibí Nicolás, mis compañeros me invitaron a comer.

Nicolás: Perdóname…

Emilia: Me pegaste –lo empujo- ¡Sos un hijo de puta!

Nicolás: Emilia por favor, tome demasiado.

Emilia: Pégale a tu novia no a mi.

Nicolás: -le toca el hombro-

Emilia: ¡¡NO ME TOQUES!! –le grito y me dirijo cambiando a mi habitación-

Nicolás: -la sigue-

Emilia: -subiendo las escaleras me doy vueltas mirándolo- Mañana mismo voy a pedir la anulación de matrimonio.

Nicolás: ¿Qué? ¿Estás loca?

Emilia: -sigo caminando- No nunca estuve más segura en mi vida.

Nicolás: Vos no te podes ir.

Emilia: Si que puedo, soy una pendeja, pero ya tengo bien claro que hacer con mi vida, y yo con vos asi, no voy a seguir.

Nicolás: Nuestros padres.

 

Emilia: Me chupa un huevo nuestros padres en este momento, ya te dedicaste a hacerles entender a cada uno de ellos que no me querías –sin dejar de llorar- Soy Nutricionista Nicolás, ellos fueron todos festejaron, te llame más de cincuenta veces y nunca atendiste, basta me canse. –entrando a mi habitación golpeo la puerta- No doy mas.

Tercera Parte.

Me encerré en mi cuarto por algunas horas llorando, no entendía como podía estar pasándome esto, como con veintitrés años tenía una vida tan de mierda, así que sin dudarlo, agarre mis cosas y comencé a guardarla en mi valija, sin pensarlo dos veces, cuando escuche que Nicolás entro a su cuarto, Salí de allí, agarre plata, documentos y me tome un taxi hasta Capital Federal, tenía que irme más lejos de Tigre, busque un hotel apague mi celular , suspire y sonreí por primera vez estaba eligiendo bien, si él no me amaba, estaba decidida con el corazón hecho a pedazos dejarlo de una vez por todas.

Después de unas horas, desayune y me fui a una inmobiliaria, busque algún departamento para alquilar, al menos momentáneamente y encontré uno perfecto, en pleno centro pequeño pero hermoso, se ubicaba en un Quinto piso, tenía un living en la entrada, a la derecha una cocina con una isla hermosa, detrás el living, y al entrar había un pasillo a la derecha que te llevaba al baño y luego a mi cuarto enorme con un vestidor, perfecto para mí. Sin dudar firme el contrato, pague con el dinero que tenía en mi cuenta bancaria, porque por supuesto al casarme con Nicolás esto sucedió, los dos teníamos la misma cuanta bancaria, todo el dinero de la fábrica de Buenos Aires iría a nuestra cuenta.

Después de cuatro días ya instalada en el departamento, compre cosas necesarias, ya que bueno estaba comenzando de nuevo, aunque el departamento ya venía bastante amueblado , luego encendí mi celular, y mire el caos de llamadas, miles de mis padres, mis suegros y luego las de él, así que decidí con la frente en alto llamar a mi padre.

 

Carlos: -padre de Emilia- Al fin hija, por dios estoy tan preocupado.

Emilia: Perdón papa, necesitaba pensar.

Carlos: ¿Dónde estás? ¿Cómo estás?

Emilia: Estoy bien, eso es lo importante.

Carlos: Sabia que las cosas no estaban bien, él no fue a tu recibimiento.

Emilia: Lo importante es que estoy bien.

Carlos: No los entiendo, la verdad creía que estaba todo perfecto, los veía tan enamorados, pero lo importante ahora hija es verte bien a vos, y si vos sos feliz sola, te lo vamos a respetar, pero necesitamos verte.

Emilia: Ya voy a ir a verlos, ahora déjenme así.

Carlos: Bueno pero primero tenes que hablar con Nicolás, nunca vi a un hombre llorar tanto, como lo eh visto a él, Emilia no se porque se pelearon, y tampoco me interesa saberlo, el matrimonio es así, al principio es muy difícil, pero te puedo decir que Nicolás está mal, yo creo que deberían hablar. Ese chico está loco por vos, como hombre y `padre te lo digo.

Emilia: Esta bien papa, voy a hablar con él.

 

Después del llamado de papa, no dejaba de pensar recostada en el sillón de mi nuevo departamento, ¿Nicolás lloraba por mí? Si era una mas de sus actuaciones le estaba saliendo muy bien.

Los días comenzaban a pasar, y comencé a buscar trabajo, y en muy pocos días lo había conseguido, así que comencé a trabajar en una clínica, donde se especializaba en personas que decidían bajar de peso, como también en tratamiento para subirlo , cada uno en su especialidad, y yo por supuesto en la mía.

Mi primer día de trabajo fue con muchos nervios, pero realmente todo había salido perfecto, comencé a conocer gente de mi ambiente laborar y eso me gustaba.

El mes paso volando, un mes aislada de todos, familia, amigos, mi única compañía en ese momento eran mis compañeros de trabajo.

 

-Viernes por la tarde-

 

Romina: -compañera de trabajo- ¿Estas de novia?

Emilia: -la miro mientras guardaba mis cosas-Casada.

Romina: -sorprendida- ¿Qué?

Emilia: -me rio un poco-Si, es largo de explicar, seguramente en unos meses lo esté separada.

Romina: Pero sos muy joven para estar casada.

Emilia: Si, lo se. Después cuando tengamos tiempo, te cuento.

Romina: Dale por favor.

Emilia: Bueno, descansa que por fin se nos juntaron los dos francos para este fin de semana.

Romina: Dale –la saluda y se va-

 

Esa noche vino mi amiga Valeria, nos pusimos lindas y salimos a bailar.

Tenía mis bucaneras que tanto amaba en usar en invierno que era la estación que estábamos transitando, y un remeron. Fuimos en su auto, entramos y comenzamos a tomar, ella festejaba su soltería, y yo mi divorcio, entre las dos no hacíamos una.

Pero nada de lo que pensamos que iba a suceder paso aquella noche adivinen, si Nicolás estaba en ese mismísimo boliche , para tapar sus penas porque “me extrañaba”

 

Emilia: -riéndome mientras bailaba con Valeria-

Valeria: esta noche la rompemos –mientras tomaba cerveza-

Emilia: Si seguimos así, no llego a mi departamento-

Valeria: Vamos a encontrar con quien ir, tranquila.

Xxx; -se acerca a Valeria y la saca a bailar-

Emilia: -me acerco a la barra y pido otra cerveza-

 

Mientras Nicolás.

Nicolás: Gastón, ¿Qué pasa?

Ramiro: (amigo de Nicolás) Mira en la barra esta la mina del otro día.

Nicolás: -miro para la barra- Emilia.

Ramiro: Hermosa mina, pero quédate tranquilo es tuya.

Nicolás: -sonrió- No te imaginas lo feliz que se me hace verla.

Ramiro: Me imagino, si la otra vez le rompiste la boca.

Nicolás: Te abandono, es mi momento.

 

Mientras Emilia

Emilia: -saliendo de la barra tomo un trago de cerveza-

Nicolás: -se acerca- ¿Bailas?

Emilia: -lo miro sorprendida y me rio- Si, porque no.  –Nicolás me agarra una mano, ya que con la otra tenía mi vaso de cerveza y comenzamos a bailar- Sos de madera –me rio y tomo un trago-

Nicolás: ¿no estas tomando demasiado ya?

Emilia: No –me pongo de espalda a Nicolás, mientras el me agarra de la cintura y meneo hasta abajo-

Nicolás: -sin dejar de mirarla embobado-

Emilia: -vuelvo a mirarlo- Bueno, creo que es hora de irme.

Nicolás: ¿Adonde?

Emilia: -me rio y termino de tomar mi vaso de cerveza-a mi nueva casa.

Nicolás: -dándose cuenta que Emilia ya estaba en pedo-

Valeria: -se acerca y lo mira a Nicolás y luego a Emilia- Amiga me voy con este pibe, te dejo en buenas manos, disfruta –lo mire a Nicolás- cuídala o te la corto.

Nicolás: Tranquila.

Valeria: -se va-

Emilia: -me rio-

Nicolás: vamos a casa.

Emilia: No a la mía.

Nicolás: Adonde sea, pero vamos.

 

Imaginen lo que puede hacer una mujer con varias copas de mas, de todo, menos decir mentiras, así que Nicolás me llevo hasta mi nuevo departamento y entro conmigo.

 

Nicolás: Vamos que te llevo a dormir.

Emilia: ¿dormís conmigo?

Nicolás: Duermo con vos.

Emilia: -me dirijo como puedo hasta mi cuarto-

Nicolás: -siguiéndola-

 

Nicolás fue la persona mas educada del mundo, me mimo hasta que me durmiera y luego él se durmió conmigo en sus propios brazos.

Al mediodía, después de varias horas de dormir, me desperté con mi cabeza junto a su pecho, y lo recordaba todo, él no me había tocado un pelo, aunque con la debilidad de copas que tenía podía haberlo hecho, no lo hizo.

 

Nicolás: -se despierta y la mira en silencio-

Emilia: -lo miro-

Nicolás: ¿vas a volver a casa?

Emilia: Está lloviendo muchísimo.

Nicolás: Lo sé, pero no te pregunte eso.

Emilia: ¿tendría una razón para volver? –me levanto la cama y miro desde la ventana como llueve-

Nicolás: -se sienta en el borde de la cama, baja la cabeza y comienza llorar-

Emilia: -me doy vuelta y lo miro- Nicolás estas llorando? -me acerco a el-

Nicolás: Lo intente, intente olvidarte cuando me dijeron que tenías otro, intente odiarte, pero no pude, todo lo que hice fue para olvidarte –la mira- Volve a casa por favor.

Emilia: ¿Qué dijiste Nicolás?

Nicolás: ¿Porque lo elegiste a el?

Emilia: ¿A quién Nicolás? –sin entenderlo-

Nicolás: Ah ese hombre, a quien entregaste todo cuando deberías habérmelo entregado a mí. No me importa ahora, desde que te fuiste me di cuenta de algo, no me importa nada, si estas conmigo te perdono la vida Emilia -la mira-

Emilia: -quebrándome-  ¿Esto no es una broma no?

Nicolás: No Emilia, te amo.

Emilia: -comenzaron a caerme las lágrimas y sonrió acercándome más-

 

Se acercó y me beso sin pedir permiso y a mi en ese momento me pareció la gloria, le devolví el beso con hambre atrasada.

Nos besamos y cuando abrí los ojos recordé que esta vez no estaba soñando, caímos en la cama y nuestras bocas se soltaron un ratito-

 

Emilia: -sonrió y le toco la cara- No puedo creer que esto sea real –lo vuelvo a besar-

Nicolás: -comienza a besarle el cuello-

Emilia: –emito una carcajada-

Nicolás: -Mete una de sus manos debajo dela remera de Emilia para hacerle cosquillas-

Emilia: No, Nicolás, No –comenzándome a reírme-

Nicolás: -se ríe. ¿Desayunamos? –le vuelve a dar otro beso-

Emilia: Con vos así no puedo desayunar –le hablaba mientras lo besaba y luego dejo de besarlo- dale desayunemos-

 

Me cambie rápidamente y nos fuimos a almorzar directamente ya era demasiado tarde para desayunar.

 

Emilia: Estas milanesas son la gloria –comiendo-

Nicolás: Muy buenas –se acerca a ella- mira lo que tenes ahí –señalando el labio-

Emilia: ¿Qué tengo?

Nicolás: -se acerca y le da un beso-

Emilia: -Lo miro y me rio- Sos un tarado, estamos en pleno centro de capital, nos están mirando todos.

Nicolás: Que miren , no me importa.

Emilia: -Sonrió un poquito-

Nicolás: ¿vamos a casa?

Emilia: No, -mirándolo- perdóname, pero no quiero volver.

Nicolás: Entonces me voy a tu departamento.

Emilia: Eso no me molesta –sonrió- es una casa demasiado grande.

Nicolás: Bueno yo voy a tener que ir, no puedo andar con esta ropa toda mi vida.

Emilia: Como si no tuvieras dinero para comprarte ropa.

Nicolás: Como estamos hoy eh, hoy voy a casa que tengo que arreglar varios asuntos.

Emilia: -mirándolo fijamente- ¿la dejaste no?

Nicolás: Si –no muy convencido-

Emilia: Espero porque te la corto.

Nicolás: Tranquila mi amor.

 

Después de ese almuerzo, me llevo a casa, me mimo un ratito y se fue para nuestra casa de tigre, así que me dedique a ordenar, luego bañarme y finalmente descansar.

Se hizo el siguiente día, era domingo, Nicolás fue a almorzar con su familia, claramente fue sin mí, queríamos estar distanciados con la familia hasta que sea necesario, así que acomode todas mis cosas de trabajo y después fui a visitar a mis padres.

Realmente me vieron feliz, les conté como iba mi trabajo, no se insinuó a Nicolás, pero lo que menos tenían idea era que Nicolás también era parte de esa felicidad.

Pasaron dos semanas, y con Nicolás nos veíamos poco, pero eso hacía que cuando nos veíamos todo sea con más ganas y muchas cosas de que contar.

Aquel viernes me paso a buscar después del trabajo, fuimos a comer a un restaurant yo de ambo y el con traje, claramente los dos saliendo de sus trabajos, y luego fuimos para mi departamento.

 

Emilia: -sentados en el sillón mirando la película.

Nicolás: -se acerca y comienza a besarla y se recuesta en el sillón-

Emilia: -sobre el besándolo lo miro- ¿la película?

 Nicolás: No está nada interesante, pero vos si –vuelve a besarme y mete la mano debajo de la remera de Emilia-

Emilia: -poniéndome un poco tensa sigo besándolo-

Nicolás: -dándose cuenta que Emilia estaba un poco nerviosa deja de besarla y la mira- ¿pasa algo?

Emilia: -le toco la cara mirándolo- Si –bajo mi mirada-

Nicolás: Si no es el momento, no vamos a estar juntos.

Emilia: -me muerdo el labio mirándolo- Nicolás… -bajo mi mirada-

Nicolás: -le toca el rostro haciendo que lo mire- Estas con el periodo, no se Emilia decime sin vergüenza.

Emilia: Yo… no tengo idea de como es esto.

Nicolás: -sin entenderla- No te entiendo.

Emilia: Nunca lo hice.

Nicolás –se pone serio.- ¿Sos virgen?

Emilia: -asisto-

Nicolás: -se levanta del sillón y camina unos pasos- No puede pasar esto -golpea la pared-

Emilia: -asustándome me acerco a Nicolás- Ey Nicolás tenes los ojos llorosos, ¿que te pasa?.

Nicolás: No puedo ser tan hijo de puta Emilia –comenzando a caerle lagrimas- te juzgue  ,no me lo merezco.

Emilia: -le toco el rostro- No digas eso, siempre pensé que tenia que entregártelo a vos, vos te lo mereces.

Nicolás: Emilia te trate mal, porque pensé que te habías acostado con el estúpido de tu compañero Ariel, el me lo confeso.

Emilia: Mi amor, yo te elegí a vos. –lo abrazo de costado- y ya me la voy a agarrar con Ariel.

Nicolás: vos sos el amor mas puro y importante que tengo en la vida Emilia –le da un beso- No quiero que sea ahora el momento, quiero que se mas especial –mirándola-

Emilia- -abrazándolo de costado- Como vos quieras mi amor.

Nicolás: Vamos a dormir.

 

Nos acostamos en la cama, miramos un ratito la televisión y luego me quede dormida en sus brazos.

A la mañana del sábado me desperté me bañe y me puse mi ambo, el uniforme que tenia la clínica de salud que trabajaba.

 

Emilia: -le doy un beso a Nicolás despertándolo-

Nicolás: Mi amor –le da otro beso-  ¿Te vas? –Mirándola- amo ese rico perfume.

Emilia: Si, tengo que trabajar, tenes ya el desayuno hecho, solo tenes que ponerte el agua en la taza, que ya esta caliente el agua en la pava eléctrica.

Nicolás: Sos perfecta, ¿Cómo no me di cuenta antes?

Emilia: -sonrió- Me voy a trabajar –me acerco dándole un beso-

Nicolás: Escúchame como el lunes es feriado y no trabajas, prepárate algo de ropa que nos vamos.

Emilia: ¿Dónde?

Nicolás: sorpresa

Emilia: Bueno me voy que se me hace tarde

Nicolás: Te queda hermoso ese uniforme, cuídate, te amo.

Emilia: -sonriéndole me voy-

 

Después de un largo día laboral llegue a mi departamento, y todo estaba perfumado en el perfume de Nicolás, pero ya no estaba el. Cene algo y me acosté a dormir, estaba muy agotada.

Esa mañana Nicolás llego a casa a las seis de la mañana, entro porque tenia llaves y vino a despertarme.

 

Nicolás: -llenándola de besos- Vamos arriba.

Emilia:-lo abrazo- quédate asi conmigo.

Nicolás: -me quedo la vida- pero nos están esperando.

Emilia: ¿Quién?

Nicolás: La estancia, y tenemos un largo viaje a Tandil.

Emilia: -mirándolo sonrió- ¿vamos hasta allá?

Nicolás: Asi es ¿preparaste todo?

Emilia: si esta ahí en la valija pequeña-

Nicolás: Vamos entonces.

 

Me cambie rápidamente, agarre mis cosas cerré mi departamento y tuvimos seis largar horas de viaje hasta Tandil.

Al llega a la estancia era hermosa, tenia para haces varias actividades entre ellas andar a caballo. Asi que almorzamos, paseamos conociendo Tandil como una pareja enamorada.

Por la noche llegamos a la estancia , la calefacción la encendió Nicolás ya que estábamos en invierno, y en Tandil se sentía aún mas ya que estábamos en el sur de Buenos Aires.

Terminamos de cenar, y nos dirigimos afuera, había comenzado a llover había una galería en la entrada, asi que Nicolás agarro unas brazadas, nos sentamos en una reposera yo estaba sentada sobre el mientras veíamos llover.

 

Emilia: Una paz terrible, me mudaría.

Nicolás: Sino fuera por la fábrica, nos venimos. –leda un beso y la mira- te amo.

Emilia: -sonrio- yo también Nicolás. –se corta la luz- No veo nada.

Nicolás: Alumbra con el celular, el estanciero me dijo que si se llegaba a cortar por la tormenta, en el segundo cajón había velas, el mueble que esta en la cocina.

 

Comencé a encender algunas velas con Nicolás, mientras me dedique a encender en algunos lados, él se fue a la habitación y un ratito después se acerca y me abraza por atrás.

 

Emilia: Me asuste.

Nicolás: Tranquila.-comienza a besarla-

Emilia: -lo sigo besando mientras nos dirigíamos hacia la habitación- Mi amor –mirando la habitación- el ruido de la lluvia, velas, no conocía este lado romántico de vos.

Nicolás: Yo tampoco.

Emilia: -le doy un beso y caímos en la cama –Nicolás encima mío mirándome-

Nicolás: ¿estas segura?

Emilia: Si mi amor.

Nicolás: Por favor, avísame, si te duele algo, o no te gusta algo.

Emilia: Si-le toco el rostro- Tranquilo.

Nicolás: Te amo Emilia.

 

Mientras el agua de la lluvia caía, nuestras prendas también. Trataba de no estar nerviosa, porque sabía que si lo estaba podía pasarla mal .Nicolás me acariciaba la espalda mientras me besaba y me decía que me amaba, yo podía percibir que él también estaba un poco nervioso, me saco mi remera mientras con que mis pies me sacaba mis botas, luego  me beso el cuello y con sus manos me desabrochaba el jean que tenia puesto dejándome en ropa interior.

Bajo besándome cada parte de mi cuerpo, produciéndome una sensación nueva a mis hormonas y luego volvió a besarme en la boca, se desabrochaba la camisa y lo ayude un poco, luego se sacó el cinto y finalmente su jeans quedando en bóxer.

Me decía que me amaba en el oído y luego me desabrocho el corpiño y vuelve a besarme me mira fijo unos segundos.

Nicolás: Segura?

Emilia: Si Nicolás –le toco el rostro-

Termina de sacarme mi última prenda para unos segundos para ponerse protección y vuelve a besarme unos segundos, comienza a hacerme el amor, largue un gemido, al principio con un poco de dolor, y después comencé a disfrutar el momento, fue la noche de mis sueños, no había nada que nos pueda detener, nos amábamos y eso fue lo que se reflejó aquella noche.

A la mañana siguiente Nicolás se despertó y trajo un rico tradicional desayuno de campo y me despertó.

 

Nicolás: Arriba, arriba esposa.

Emilia: -despertándome- Según el mandamiento Musulmán, ahora soy tu mujer.-le doy un beso-

Nicolás: y la mas hermosa.

Emilia: -Sonriendo tapándome con las sabanas comienzo a desayunar-No quiero volver.

Nicolás: yo mucho menos pero mañana tengo que presentar al trabajo.

Emilia: al menos que le digas a mi suegro que estás conmigo.

Nicolás: No me tientes Emilia.

Emilia: -Me rio y le doy un beso- La verdad que valió la pena esperar, no me hubiese imaginado ese momento aquella noche.

Nicolás: La verdad –desayunando- No tiro todo a la mierda por mis padres, pero nuestro arreglo es algo que odie de nuestra religión, a mi me gusta esto, conocernos, amarnos no obligarnos a amarnos.

Emilia: Ya esta, tus padres tanto como los míos son ese producto.

Nicolás: Si, mi viejo se separó, y cuando conoció a mi mama, su segunda mujer prometieron casarse y irse, para amarse y cuando me tuvieron a mi y a Rocio, prometieron a su familia que a pesar de la distancias sus hijos iban a cumplir.

Emilia: No sabia que tu madre erala segunda.

Nicolás: Si, sabes como esto, podes tener miles de mujeres.

Emilia: -lo miro serio-

Nicolás: No va a ser mi caso, porqué después de lo que paso con mi padre en mi familia no están permitido mas de una mujer, ya que la primera no soporto que se case con otra y se divorció.

Emilia: Espero porque te la corto Nicolás.

Nicolás: No mi amor.

 

Después de una larga charla, me bañe, luego me cambie y fuimos con Nicolás a almorzar, luego retomamos hacia nuestra casa de Tigre, había decidido volver con la condición que Nicolás me lleve al trabajo, de todas formas, decidimos apostar por ese departamento, y pensar en la posible compra.

El martes nos teníamos que presentar a trabajar, pero por la tarde así que estábamos tan cansados del largo viaje que dormimos hasta tarde.

 

Nicolás: -preparando el desayuno-

Beatriz: (empleada de la casa) Esta su madre en la puerta

Nicolás: Hazla pasar.

Beatriz: Bueno…

Martha: (madre de Nicolás) Al fin, -ingresando a la cocina- vine este fin de semana, y no estabas, traje algo dulce ¿Se puede saber qué te pasa?

Emilia: -entrando dormida sin haberla escuchado en pijama- Mi amor…

Nicolás: -mira a Martha-

Martha: -con una sonrisa de oreja a oreja- Mi Emilia.

Emilia: Ay Marta-mirando sin entender- ¿Cómo anda? –la saludo-

Martha: Ahora muy feliz.

Emilia: -me acerco arrastrando mis pantuflas  y le doy un pico a Nicolás- ¿Desayunamos?

Martha: Por supuesto. –sentándose-

Emilia: ¿Qué paso?

Martha: Nada, vine este fin de semana y no lo encontré.

Emilia:-sentándome-Nos fuimos a Tandil –sonrió-

Martha: ¿la llevaste ahí Nicolás? -sonriendo-Me muero.

Emilia: ¿conoce?

Martha: Por supuesto, es nuestra, hace mucho tiempo que no voy, yo le digo el nidito de amor.

Emilia: -me rio- La pasamos súper bien –lo miro a Nicolás-

Martha: Pero ¿porque no se quedaron? Le hubieses avisado a tu padre que estabas con Emilia y no trabajaban hoy, pasaban la reunión de trabajo para otro dia.

Emilia: Te lo dije –mirando a Nicolás- Igual yo también estoy trabajando en una clínica y hace un mes recién estoy, no quiero faltar.

Martha: ¿vienen a la cena hoy no?

Emilia: Si, salimos del trabajo y vamos.

 

Terminamos de desayunar y Martha no dejaba de sonreír, estaba feliz porque nos veía juntos, y yo también lo estaba, por primera vez estábamos transitando un momento juntos sin andar actuando, al ratito se fue y Nicolás me llevo al trabajo y él se fue al suyo.

 

En el trabajo. (era una clínica tipo cormillot)

Valeria: (amiga de Emilia) Que bueno que ahora trabajemos juntas amiga.

Emilia: Lo sé.

Romina: (compañera de trabajo) Emilia, acá tenes –le da unos comprimidos-

Valeria: ¿De que me perdí?

Romina: Como Ginecóloga ,lo veo hasta en las pieles, parece que hubo reconciliación con el marido –se va-

Valeria: Emilia, ¿de que me perdí?

Emilia: Estas tres semanas, que no nos vimos por trabajo, pasaron miles de cosas, entre esas empezamos una relación con Nicolás.

Valeria: OMG, entonces te estas preparando para ese momento.

Emilia: Ya sucedió.

Valeria: Me muero –la abraza- ¿Cómo te sentís?

Emilia: Bien, el me mimo toda la noche, es raro esto que tenga veintitrés años y recién suceda, pero no me arrepiento vivo rodeadas de médicos y sabia que si me ponía nerviosa iba a pasarla mal, entonces me saque todo esos, y la pase espectacular.

 

Hablamos un ratito y después cada una en su consultorio comenzó a trabajar, tres horas luego Nicolás vino a buscarme y nos fuimos directo a la casa de Martha, celebrábamos el aniversario de la hermana de Nicolás, y por supuesto mis padres iban a ir con la esperanza de que yo vaya y se arregle el asunto con Nicolás, pero por supuesto solo Martha sabia en ese momento que estábamos juntos.

Así que llegamos y fuimos las miradas de todos, hicieron como que nada sucedió ,pero en realidad estaban felices por vernos juntos otra vez.

 

Nicolás: veni mi amor.

Emilia: -me siento en su falda y pongo mis brazos sobre su cuello- están todos afuera viendo el eclipse.

Nicolás: -la besa- y yo besando a mi mujer.

Emilia: -me rio-

Martha:-junto a la madre de Emilia ingresan a la casa y los miran desde lejos-

Nicolás: -le da otro beso- Vamos a tener que ir  casa y continuarla ¿no?

Emilia: -riéndome- Muero de sueño.

Nicolás: -que sueño ni que sueño.

Emilia: -me acerco al oído- Quiero que me hagas el amor.

Nicolás: Emilia me estas volviendo loco. –Le parte la boca-

Celia: Creo que ya no me dan ganas de mirar.

Martha: la reconciliación hizo que vuelvan a estar en plena luna de miel, creo que vamos a ser abuelas pronto.

Celia: Que Ala te escuche.

Agostina: Tío deja en paz a la tía.

Emilia: -me rio- La nena lo dice –la alzo a upa-

Nicolás: voy a morir con tanto peso.

Agostina: -se rie-

Emilia: Mañana salimos los tres ¿Qué te parece?

Agostina: Siiiii! –sonriendo-

Roció: ¿A que se debe tanta felicidad?

Agostina: Mañana salgo con los tios a la tarde.

Nicolás: y después te la llevamos.

Roció: Esta bien, ella es feliz con sus tios.

Nicolás: Nosotros también, vamos mi amor.

Emilia: Si, -bajo a Agostina de mi falda-

Nicolás: -Levantándose-

Emilia: Saludos a mis padres y a los tuyos y vamos. –acercándome para saludarlos-

Celia: Chau hija, y la próxima contame que hubo reconciliación

Emilia Esta bien, la próxima te digo a vos primero.

 

Termine de saludar a todos y nos fuimos con Nicolás en el auto hasta casa.

 

Emilia: Me saque un peso de encima –entrando a la casa-, mi madre hablando de nosotros y que no nos teníamos que separar hace algunos días, y ahora ya está la calle –me saco los zapatos- Ya no los aguantaba, pero combinan con este Uniforme.

Nicolás: -cerrándola casa mientras la escuchaba- Lo feliz que estaba mi bebe.

Emilia: Agostina se gana mi corazón desde que nació.

Nicolás: y si, si sos la Madrina desde antes que nos casemos, ellos ya te eligieron de madrina.

Emilia; y vos el padrino, ¿cuál es el problema?

Nicolás: Que vinimos por otra cosa, no para hablar de mi familia.

Emilia: -me rio- y vamos al cuarto –comenzando a caminar hasta allá me doy vueltas y lo mío- ¿venís o te vas a quedar mirando desde la entrada de casa-

Nicolás: -camina hacia ella y la abraza por atrás-

Emilia: -Me rio- aprovéchame que hoy estoy de buenas.

 

Nos reímos un rato y entramos la habitación con Nicolás, nos besamos un rato y luego hicimos el amor aquella noche, y finalmente nos fuimos a dormir.

A la mañana siguiente yo me desperté mas temprano, desayune rápidamente y me fui a la clínica al trabajar, el entraba a su oficina a las diez y yo a las ocho de la mañana , trabaje algunas horas y luego me mandó un mensaje Nicolás que iba a salir más temprano para buscar a Agostina, la busco y luego paso por mi, me cambie antes en la clínica y salimos los tres.

Agostina a pesar de que tenia cinco años era la niña mas duce, tierna, compañera y por ahora era el único contacto infantil que había entre nosotros.

Si había algo que me daba miedo en la vida era perder a esa niña.

El tiempo comenzaba a trascurrir, tanto que mi cumpleaños número veinticuatro estaba llegando, y fue el último que pase con Nicolás, y luego de casi seis años volví a pasar un cumpleaños junto a él, ya lo van a entender.

 

Nicolás: Amor de mi vida, arriba.

Emilia: No quiero –tapándome mas con las brazadas-

Nicolás: Mi amor, feliz cumpleaños.

Emilia: -me destapo un poco y sonrió-

Nicolás: -la llena de besos y luego la mira- Esto es tu regalito, es chiquito.

Emilia: No importa el tamaño mi  amor gracias. –abro el regalo y adentro había una cajita y la abro- Esta cadenita es hermosa, dice mi nombre en árabe –le doy un beso- gracias mi amor

Nicolás: ¿te la pongo?

Emilia: -lo miro y me rio- si mi amor.

Nicolás: -se rie- sos una mal pensada –le pone la cadenita- Creo que debajo del estuche hay algo mas.

Emilia: -le saco el estuche y veo una llaves- Nicolás decime que esto es joda.

Nicolás: Fíjate afuera.

Emilia: -me levanto rápidamente corriendo-

Nicolás: -La sigue-

Emilia: -miro y estaba un mini cooper de color azul- Nooooooo! –gritando- Me muerooooo! Y es azul!

Nicolás:-sonríe mirándola- tu color favorito.

Emilia: -me tiro sobre el auto abrazándolo-

Nicolás: -se ríe-

Emilia: -corro hacia Nicolás-Ay te amo Nicolás –le doy un beso largo y sin darme cuenta mi familia estaba todo afuera mirando la situación-

Carlos: (Padre de Emilia) Bueno, bueno vamos soltando, Feliz cumple mi reina.

Emilia: Gracias pa –lo abrazo-

Eugenia: (hermana de Emilia) Fue muy fuerte ver ese beso, pero de todas formas, feliz cumpleaños hermana.

Emilia: No me lo digas más, que me muero de vergüenza no sabían que estaban todos.

 

Todos comenzaron a saludarme, hicimos un súper desayuno y luego mi padre hizo un gran asado para toda la familia. Había pasado el mejor cumpleaños de mi vida, luego llegue a la clínica y había globos en mi despacho, luego vinieron mis colegas y los otros doctores y me cantaron el feliz cumpleaños.

Todo iba siendo un color de rosa en mi vida, tanto que me costaba creer que era real.

Pero lo bueno dura poco dice un dicho, y un 5 de agosto sucedió lo que hubiese deseado que nunca hubiera sucedido, pero por algo pasan las cosas.

Comencemos mejor con la charla de la noche del  4 de agosto.

 

Emilia: -estábamos en la cama acostados- ¿Te gustaría tener hijos Nicolás?-lo miro mientras lo abrazaba.

Nicolás: Cinco.

Emilia: ¿Qué? ¿estás loco?

Nicolás: No creo que es poco.

Emilia: -me rio-

Nicolás:  Hablo de enserio.

Emilia: Yo creo que dos me parece suficiente.

Nicolás: Cinco.

Emilia: Si lo vas a cuidar vos , perfecto.

Nicolás: -la besa- Podemos comenzar ahora.

Emilia: -me rio y sigo en beso- ¿te parece?

Nicolás: y si quiero cinco ya tengo que empezar.

Emilia:-me rio y la miro seria- ¿Nicolás enserio que queres?

Nicolás: -casi encima de ella- Si mi amor.

 

Esa noche fue la última noche que hice el amor con Nicolás, era muy feliz, el me estaba escogiendo como madre de sus futuros hijos, y luego nos dormimos abrazados.

 Aquel 5 de Agosto comenzó muy temprano, Nicolás se fue a trabajar y yo también, pero en el trabajo recibí una horrible Noticia.

 

Emilia: -atiendo-

Xxx: ¿Mujer de Nicolás ?

Emilia: si soy yo.

Xxx: necesito que se presente en el hospital Italiano, su marido tuvo un accidente.

 

Mi celular se cayo de mis brazos y me fui rápidamente en auto hasta la clínica, mientras no dejaba de llorar y pedirle a Ala que Nicolás este bien.

 

Martha: -sentada en la sala de espera- Emilia llegaste.

Emilia: -entrando corriendo- ¿Donde esta mi marido? –Desesperada-

Doctora: Espere señora.

Emilia: ¿Dónde esta?-comenzando a llorar-

Martha: Tranquila mi amor –intentando tranquilizarla-

Doctor: Venga por acá, él se encuentra bien, pensé que estaba usted adentro, solo tuvo una fractura en el brazo, tuvo un choque, pero está bien , aquí esta, te dejo.

 

Entro y la peor imagen de mi vida estaba sucediendo, estaba Mercedes dándole un beso y diciéndole que pensaba que él bebe que esperaba iba a perder a su padre.

Mis pierdas comenzaron a temblar y mis lágrimas comenzaron a salir rápidamente.

 

Emilia: Yo que te lo di todo, sos un hijo de puta.

Nicolás: Mi amor, espera –intentándose levantar- puedo explicarte.

Emilia: ¿explicarme? Vengo a ver a mi marido, y me lo encuentro asi.

Mercedes: -la mira- No entiendo porque dar explicaciones, si el es mi hombre, vos sos su mujer por contrato.

Nicolás: ¡Cállate Mercedes.!

Emilia: Ayer hablamos de hijos Nicolás,-gritándole-sos una mierda.

Nicolás: Para mi amor te puedo explicar.

Emilia: Metete las explicaciones en el orto –salgo corriendo llorando- Hace los trámites de divorcio, declara tu infidelidad.

Nicolás: Para Emilia.

Emilia: ¡Emilia las pelotas! –Sali corriendo de allí.

Martha: ¿Emilia que pasa? –viéndola llorar la detiene-

Emilia: tu… tu… –tartamudeando-  Vas a tener un nieto –sin parar de llorar-

Martha: ¿Qué? –Sonríe- ¿estas embarazada?

Emilia: ¡Yo no !la amante de tu hijo –Salí de allí-

Martha: ¡Para Emilia! ¡Para!

 

Agarre el auto y salí de allí, lloraba mientras manejaba. Entre a mi casa y comencé a buscar documentos, luego agarre solo una muda de ropa mientras mis manos temblaban. Me fui a la clínica y renuncie, les dije que les agradecía pero tendría que irme de viaje, salude a uno por uno me despedí de mi amiga Valeria, y le prometí que después iba a contarle que estaba sucediendo.

Fui a la casa de mis padres ya estaban al tanto porque Martha los había llamado, me despedí y por último pase por la casa de la hermana de Nicolás.

 

Roció: -con lágrimas en los ojos- Saluda a la madrina que se tiene que ir.

Agostina: ¿Vas a volver?

Emilia: Algún día mi amor. Toma-entregándole una cadenita- Dice tu nombre en árabe, es igual al mío, es un regalito de cumpleaños adelantado, te amo hermosa.

Agostina: Yo más Tia Madrina –la abraza-

Roció: -la abraza y se le caen algunas lágrimas-

Agostina: ¿Por qué lloran?

 

Emilia: No pasa nada mi amor. Nos vemos –le doy un beso en la frente y vuelvo a subir al taxi.

 

Mas tarde actualizare, regresando a ti, saludos.

Parte 4

Llegue al aeropuerto, y me tome un vuelo a Marruecos, hice escala en Barcelona y luego casi veinte cinco horas llegue a Marruecos  me tome un taxi hasta la ciudad de Marrakech donde  vivía mi familia.

Fue duro, no les voy a decir que fue fácil, porque no lo fue. Ser una mujer divorciada en esta religión y estar justamente en este país era difícil, al principio no me miraban muy bien, y mi familia me lo había advertido.

Usaba el velo vivía en la antigua casa de mis padres, todo era hermoso pero comenzaron a respetarme cuando Nicolás decidió informar que nuestro divorcio fue por un engaño.

Aunque acá las mujeres casi no trabajaban, decidí buscar trabajo y comencé a trabajar en un hospital como Nutricionista, quedaba a unos pocos kilómetros de donde vivía.

La plata que había en el banco ,no la había tocado ,el pasaje para venir hasta marruecos lo pague con mis ahorros de trabajo, decidí vivir de otra manera, deje de pensar del dinero que tenia y comencé a vivir con el dinero que ganaba, que dentro de todo era muy bueno y me podia dar mis gustos.

Mis tíos querían volverme a casar, a pesar de que ya no era virgen, tenía pretendientes habia hombres que querían casarse con mujeres que ya sabían como era tener relaciones, pero a pesar de eso ,les dije a mis tios que si me volvería a casar no seria con hombre musulmán.

El tiempo habia comenzado a pasar, tanto que me dedicaba mucho a mi trabajo y no sabia que era vivir el dia, mi vida era eso y yo era feliz haciéndolo que yo amaba.

Mis padres venían a visitarme, y no me contaban nada sobre Nicolás,  pero mi hermana si me lo menciono una vez, y me dijo que los padres de él seguían trabajando con mi padre, y que Nicolás se sentía tan mal que compro el departamento que yo habia alquilado, para no perder cosas mías que habia allí.

De todas formas, ya nada me importaba, va en realidad me importaba tanto que me daba miedo a recordarlo, porque lo amaba con la vida entera, pero me sentía muy mal cuando lo recordaba, por eso trabajaba tanto para no pensar en el.

En el hospital que trabajaba era de niños, asi que siempre que habia campañas de donación de sangre, medula entre otras cosas yo estaba, estaba tan involucrada en mi trabajo que lo demás ya no me importaba, lo demás era todo material me habia convertido en la persona mas sencilla del mundo.

Amaba estar ahí que no había ni un motivo para volver a la Argentina.

En el hospital conocí a Elias, un medico impecable que se dedicaba a la salud de niños con cáncer, su forma de amar su profesión me habia enamorado, ya habia pasado tres años de mi separación con Nicolás y Elias ocupo un poco de mi corazón. Comencé una relación con él y al poco tiempo se convirtió en mi novio por lo cual nuestra relación duro unos tres años, nos amábamos pero la realidad era que teníamos pensamientos diferentes y trabajábamos tanto que no nos ocupamos de nuestra relación y se desgasto. A pesar de eso el termino siendo mi amigo, y mi compañero de trabajo.

En total habían pasado casi siete años, ya tenía treinta años y a pesar de que me negaba volverá la Argentina, en el momento menos indicado volví.

 

(Por Nicolás)

 

No pude explicarle nada, se me fue de mis manos, y si me dolía por no haber dejado nunca a Mercedes, lo tenia todo con Emilia y lo eche a perder.

Mercedes estaba embarazada y un dia antes de nacer me confeso llorando que yo no era el padre del niño, a pesar de eso mis padres insistieron que me haga un ADN y si, había dado negativo.

La llore, tanto que decidi comprar el departamento que ella había alquilado y estaban todas sus cosas al igual que nuestra casa de tigre.

Mi padre me aviso que nuestra cuenta bancaria con Emilia seguía abierta y que no entendían como a pesar que el tiempo trascurría ella no habia sacado ni un peso, y mi padre me habia confesado que sus padres no le tramitaban dinero aparte. Lo suponía, ella estaba viendo con su sueldo y me partía en corazón pensar a diario como la había perdido.

Anuncie mi engaño a Marruecos para que Emilia sea respetada y no divulgado por no estar con su marido, lo hice porque lo único que llegue a escuchar que ella se habia ido para alla.

Los primeros tres años me acosté con cualquier mujer para olvidarla, pero nada era amor, ellas venían porque sabían que tenia mucho dinero, me convertí en el peor ser del mundo, egoísta, manipulador, egocentrista que me había olvidado de mi familia.

Pero lo peor sucedió dos años luego, ya habían pasado cinco años de mi separación  con Emilia, mi sobrina Agostina había enfermado nadie sabía que tenia, pero un año luego se le diagnostico Leucemia, fue la peor noticia del mundo , ella ya tenia once años, recién comenzaba a disfrutar y que este pasando por esa mierda de enfermedad me rompía el corazón. Hizo que lograda ser el de antes pero aun mas vulnerable, me dedique a ella, tanto que deje de lado la fabrica , ella lo era todo, era todo lo que soñábamos con Emilia.

Pero el gran dia llego, nos dieron la noticia que esperábamos.

 

Doctora: Encontramos el donante de medula.

Eugenia: (hermana de Nicolás, madre de Agostina) –Comienza a llorar- gracias Ala.

Doctora: El donante es de Marruecos.

Martha: Viene de nuestra sangre, Ala nos escucho.

Doctora: Asi que mañana comenzamos.

 

Mientras Emilia.

Doctor: (compañero de trabajo) Puede creer su donación de medula fue compatible con una niña Argentina.

Emilia: ¿enserio? –sonrió-Que felicidad me da saber esto.

Doctor: Asi es Emilia te dedicas a la nutrición de los niños y ahora vas a salvar a uno.

Emilia: No lo puedo creer.

 

Dicen que el mundo es un pañuelo y aunque estábamos a miles de Kilómetros sin saberlo estaba salvándola vida de Agostina.

El tratamiento duraba varios meses, era doloroso por eso tardaba, después de tantas quimioterapias y demás el cuerpo de una criatura se debilitaba más rápido.

Elias  me contaba cómo iba el tratamiento y por lo que sabia era una niña de once años, tanto me involucro en el tema, que me convenció en volver a ir a la Argentina, para conocer a la niña que le había donado mi medula ósea,  porque por supuesto la familia de esa nena querían conocerme. Mayormente nunca conocer a la persona que le donas, porque es anónima, pero como trabajaba en un hospital y Elías era especialista en esto se dedicó a que esta donación no sea anónima.

 

 -En el trabajo-

Elías: ¿lo pensaste? Dale aprovecha tus tres semanas de vacaciones.

Emilia: Es difícil, no quiero volver y a la vez sí.

Elías: Volve, visita a tus amigos familia, te va a ser bien.                  

Emilia: Bueno, mañana saco el pasaje.

Elías: Voy a informar a los médicos que vas a ir.

 

Elías se encargó de todo, aquella tarde mientras tomaba mi te, me quede pensando, no se si estaba bien que lo haga, que viaje y si había una razón era Nicolás, tenía miedo de cruzármelo, mirarlo con una familia y aunque me juraba a mí misma de que trataría de no encontrarlo, el destino se había desempeñado sin saberlo que iba a pasar.

Llame a mis padres y les dije que viajaría, con solo escucharlos sabía que estaban felices, hace casi dos años que ellos no estaban viniendo a Marruecos a visitarme.

Regrese dos días después, tome mi vuelo hasta Madrid para ser escala y llegar a Argentina, todo parecía como aquel 5 de agosto, con una valija, mis documentos, pero con la diferencia de que habían pasado casi siete años.

 

Carlos: -esperándola en el aeropuerto-

Emilia: Papa! –Salí corriendo con la valija y lo abrase-

Carlos: Mi princesa más grande –emocionado deja de abrazarla- Te hiciste esa locura.

Emilia: ¿te gusta? Mostrándole el pelo.

Carlos: Te queda hermoso el rubio.

Emilia: Gracias papa -sonriendo- .

 

Fuimos hasta el estacionamiento y no podía dejar de mirar, estar nuevamente en este país, me traía recuerdos, tristezas y alegrías, y no dejaba de pensar en encontrarme con todas las personas que deje atrás.

 

-Una hora luego en la casa-

 

Celia: (Madre de Emilia) No te suelto mas –abrazándola-

Emilia: Yo tampoco ma, -le doy otro beso en el cachete y la suelto-

Celia: Estas tan grande hija, tan hermosa.

Eugenia: (Hermana de Emilia) -ingresando a la casa- Emilia –corre y la abraza emocionada-

Emilia: Mi hermanita –dejo de abrazarla y le toco el rostro-Ya estás tan grande.

Eugenia: y vos tan rubia.

Emilia: -me rio-  Hace dos años que tengo el pelo así.

Eugenia: Mi casamiento hizo que se retrase todo.

Emilia: -se acomoda y se sienta en el sillón- ¿Cómo va eso? No puedo creer que vas a casarte y mucho menos con un católico.

Eugenia: Gracias a vos.

Emilia: ¿Por qué?

Eugenia: Si, si no fuera por todo lo que te sucedió hoy estarían arreglando un matrimonio.

Carlos: Bueno, bueno , las dejamos solas que vamos a comprar con tu madre.

 

Hablamos con mi hermana mucho tiempo, y estaba feliz por ella, que haya conocido al hombre de su vida y renunciar a todo por él, apostaba como lo hubiese querido hacerlo en su lugar pero de todas formas no me arrepentía de nada.

 

Horas más tarde.

 

Emilia: Ahora soy persona ya me bañe y todo. –sentándome en el sillón- Gracias mama por mantener todo ordenado en mi viaja habitación.

Celia: de nada hija.

Emilia: Ahora que papa se fue a trabajar me olvide de contarles algo.

Celia: ¿Qué hija?

Emilia: Mi donación de medula fue compatible con una niña de acá, así que voy a ir a visitarla.

Eugenia: ¿Enserio? –sonríe-

Emilia: Si , la verdad que es una mierda esto que alla niños con cáncer.

Celia: -mira a Eugenia y hace un silencio-

Emilia: ¿Paso algo y no me entere? –mirándolas-

Celia: No, no hija.

Emilia: Hablando de niños ¿Agostina?

Eugenia: -abre maslos ojos- ¿tu ahijada?

Emilia: Si –suspiro y miro a mi madre- ¿Le entregaste siempre los regalos que te enviaba desde Marruecos, para su cumpleaños?

Celia: Si hija.

Eugenia: ¿No crees que es tiempo de verla? Saca aparte que es la sobrina de esa persona.

Emilia: Me muero por verla, pero no se , no se si me va a reconocer ,pasaron casi siete años, ella ya debe tener once años.

Eugenia: Yo me encargue que todos sus regalos sean entregados, y créeme que no se olvidó de vos.

 

La primera semana me dedique a acomodar mis cosas, y a visitar a mis viejas amigas de la Universidad, y por supuesto me quedaban dos semanas y a lo que había venido todavía no había ido al hospital.

Pase por una juguetería y compre un peluche en las primeras horas de la mañana y me fui hasta la casa de Roció la hermana de Nicolás, la madre de Agostina en el auto de mi madre, y estuve pensándolo media hora antes de tocar el timbre, hasta que me anime.

 

Xxx: Hola, si ¿a quién busca?

Emilia: A Roció.

Xxx: Yo soy la empleada, pero Roció no está, ella se encuentra en el hospital.

Emilia: Ah... bueno

Xxx: ¿Quiere que le avise algo?

Emilia: No, no. Vengo después.

 

Por un instante sentí un alivio por no verla en ese momento pero por otro mi alma moría ganas de verlas y abrazarlas a las dos.

Decidí ya que estaba fuera mi la casa de mis padres finalmente ir al hospital para conocer a la niña que le había donado mi medula, me comunique antes y me dijeron que la familia estaba contenta y me esperaba, conduci media hora y decidí llevar el peluche que había comprado a Agostina, para regalárselo a esta niña, sin saber que en realidad era la misma persona.

Ingreso al hospital, ese dia estaba fresco, tenia un tapado de color rosa, unos jeans azules, unos zapatos bajos y el pelo recogido con una colita.

 

En el hospital.

Emilia: El mismo hospital que salí corriendo aquel día , .suspiro y me acerco a recepción- Buenos días, soy Emilia que recién me comunique con el Doctor Gutiérrez.

Doctor Gutiérrez: ¿Emilia?

Emilia: Me muero, sos vos Gustavo –lo saludo- no sabía que después seguiste estudiando.

Doctor: Así es, de nutricionista a Medico, el mundo es un pañuelo no puedo creer que del otro lado del mundo tu medula llego y fue compatible.

Emilia: ¿Cómo es ella?

Doctor: Hermosa, sonrisas por todos lados. Ya la vas a ver, recién sus padres se fueron a desayunar, así que veni yo te hago entrar.

 

Subimos al tercer piso y mi corazón comenzó a acelerar deprisa, camine por el largo pasillo comuchos nervios, yo en ese momento no lo sabía pero mi corazón sí.

 

Doctor: Entremos –abre la puerta-

Agostina: -de espalda-

Doctor: Agostina, ella es Emilia tu donante.

Emilia: -sonriendo-

Agostina: -se da vuelta y la mira- ¿Madrina?

Mi corazón se rompió en mil pedazos, entre  la abrace y me quebré, no podía parar de llorar, estaba peladita, estaba tan grande y me dolía no saberlo que estaba sufriendo, pero me llenaba de felicidad de que aunque el tiempo nos había separado el destino nos había juntado.

 

Agostina: -sonriendo- Pensé que me iba a morir, -comenzando a llorar- sin verte, y aca estas, me salvaste la vida.

Emilia: -me siento en la cama-No llores mi amor –le limpio las lagrimas-

Rocio: -Ingresa y les tiembla las piernas a verla-  No puedo creerlo.

Doctor: Ella es la donadora.

Rocio: ¿Emilia?

Emilia: -me levanto y la abrazo unos segundos- ¿Por qué no me avisaste?

Rocio: No podía –sonrió- Gracias por salvar a mi hija-comenzando a caerles algunas lagrimas- no puedo creer que en dos semanas vamos a estar en casa y mucho menos  que todo fue gracias a vos.

Emilia: No seas tonta

Doctor: Las dejo –se va-

Emilia: Esto es para vos –le entrega el peluche-Lo compre para vos y fui a tu casa y no te encontré, entonces decidi pasar al hospital y dárselo a la niña que no sabía quien era y mira resulta que eras vos –le toca el rostro- Estas tan grande tan hermosa.

Agostina: Vos también y rubia.

Emilia: -me rio-

Agostina: El sueño que tenias.

Emilia: ¿Todavía te acordas?

Agostina: Siempre te recordamos con el tio. Uy creo que hable de alguien que no debía. –tapándose la boca-

Emilia: No pasa nada mi amor.

Agostina: ¿estas de novia?

Emilia: Veo que hay cosas que no cambiaron. –la miro a Eugenia-

Eugenia: Creerme que no –se ríe-

Emilia: No, tampoco tengo hijos, estoy trabajando mucho en Marruecos.

Agostina: Me parece bien.

 

Estuve una hora y le prometí que volvería a visitarla durante la tarde que tenían que hacerle el último estudio. Estar ahí en ese momento era arriesgarme a todo, sabía que podía cruzarme con Nicolás y aunque memoria de ganas, también me moría de miedo.

 

Horas después…

 

(Por Nicolás)

Nicolás:  -ingresando al hospital- Roció.

Rocio: -suspira y lo abraza- Ya paso todo, salieron bien los estudios así que definitivamente a Agostina en diez días la tenemos de nuevo en casa.

Nicolás: Gracias a Ala siempre –la abraza y vuelve a Mirarla- ¿Paso algo más?

Rocio: Vino la donante.

Nicolás ¿Y?

Rocio: Nunca pensé que iba a ser tan feliz. Esta ahora con Agostina.

Nicolás: ¿Puedo ir?

Rocio: Si anda-lo mira- Suerte.

 

Sin entenderá mi hermana me dirigí hacia la habitación donde se encontraba Eugenia ,la puerta estaba abierta así que al ingresar vi a las dos mujeres de mi vida, y mi corazón estallo de felicidad, cerré los ojos y volví a mirar y era real, verla me hacía feliz creía que nunca mas iba a cruzármela y estaba hermosa, rubia como ella alguna vez lo soñó.

 

(Por Emilia)

Emilia: Así que bueno mi amor cualquier cosa tenes mi número.

Agostina: -mira hacia el costado y se queda en silencio-

Emilia: ¿Pasa algo mi amor?

 

Mire hacia donde miraba Agostina y de golpe mi cuerpo sintió un impacto de angustia y felicidad, estaba el hombre que fue el amor de mi vida y que aun el corazón se había roto hace años cuando lo deje, en ese momento se quería reconstruir con curitas, Él estaba ahí, parado tan hermoso como siempre, mas grande, mas hombre, mirándome.

 

Agostina: Tío –sonrisa de oreja a oreja- ¿no se van a  saludar?

Nicolás: Si, si –se acerca y le da un beso en la mejilla-

Emilia: -lo mire unos segundo y volví a mirar a Agostina-

Nicolás: Gracias Emilia, gracias.

Emilia: No sabia que era ella-

Nicolás: -se sienta al lado de Agostina, ella estaba en el medio de los dos-

Martha: (Madre de Nicolás) -Ingresa- Agostina festejemos –vuelve a mirar y queda helada mirándolos- ¿Emilia? Voy a morir

Emilia: -me levanto rápidamente y la abrazo-

Martha: Eugenia me dijo que me iba a encontrar con una sorpresa pero me tiembla todo.

Emilia: -me rio- Tranquila-

Martha: Estas tan –le toca el rostro- Grande, hermosa.

Nicolás: y rubia.

Emilia: -lo miro y me rio un poco- Gracias.

Martha: ¿Cómo estás?

Emilia: Bien, bien, estoy muy bien.

Martha: ¿Hace cuando viniste?

Emilia: Una semana, en dos regreso.

Martha: Entonces vas a estar para el cumpleaños de Agostina.

Emilia: Si, si.

Doctor: -ingresa- Disculpen, pero necesito que se retiren para hacer el control.

Martha: Bueno, Bueno –mira a Emilia-Nos vemos entonces –sonriendo-

Emilia: -Agarro mi cartera y saludo a Agostina-Mi amor nos vemos –le doy un beso-

Agostina: Te espero, eh –mirándola- Te quiero Madrina –mira a Nicolás- A vos también Tio Padrino.

Nicolás: -se ríe- Mejor.

Emilia: -Saliendo de la habitación-

Nicolás: -siguiéndola- Emilia

Emilia: -lo miro- Decime –mientras caminaba-

Nicolás: ¿Podemos hablar? ¿tomar un café por favor?

Emilia: Si no hay problema.

 

Camine junto a el hasta la cafetería de la clínica, nos sentamos y todo seguía en silencio, me pedí un cortado con medialunas y  el un café negro con medialunas, todo parecía volver a regresar al pasado, pero la diferencia es que estábamos más grandes y eso se podía notar.

 

Emilia: ¿Cómo está tu hijo? –tomo un sorbo de café mirándolo-

Nicolás: -se rie un poco- Sabia que ibas a tirar esa bomba.

Emilia: -levanto un poco mis cejas y como un poco de medialuna-No se me ocurre que preguntarte.

Nicolás: No tengo hijos, el ADN dio negativo.

Emilia: Ahh –sin saber que decir comienza sonar mi celular y atiendo- Elías ¡Al fin llamaste! –sonrió y miro como mira Nicolás-

Elias: ¿estas con el no?

Emilia: Decime que no fue idea tuya.

Elias: Si, supe desde el primer día que la compatibilidad era con esa niña ,quiero que seas feliz, yo te quiero.

Emilia: Yo también te quiero.

Nicolás: -toce un poco, y se pone incomodo-

Elias: Ya se que me queres, pero amas a Nicolás. ¿Esta con vos?

Emilia: Si.

Elias: Pensalo Emilia, dale, dale otra oportunidad.

Emilia: no puedo creer que me estas diciendo todo esto.

Elias: Porque te quiero, no te molesto mas, disfruta.

Emilia: -suspiro- Chau –corto y guardo mi celular- Perdón –lo miro- ¿En que estábamos?

Nicolás: En que te llamo tu novio y te descoloco.

Emilia: no, no es que –mirándolo-No creo que deba darte explicaciones

Nicolás: No Emilia.

Emilia: ¿Cómo esta mercedes?

Nicolás: Ah como estamos hoy. Te estoy diciendo que el ADN dio negativo ¿pensas que la sigo viendo?

Emilia: Tema tuyo.

Nicolás: no porque si no, no me estarías preguntando, no tengo hijos y estoy solo.

Emilia: -hago un sonrisa apenas- Está bien, tenes todo el derecho de estar con quien quieras.

Nicolás: -le agarro la mano y la miro- ¿Me perdonas?

Emilia: -mirándolo- Te perdone hace mucho tiempo.

Nicolás: Gracias.

Emilia: Tengo que irme –levantándome agarro mi billetera-

Nicolás: -se levanta- No te dije que pago yo.

 

Me fui rápido de allí, y no dejaba de pensar de la manera que me miraba Nicolás me miraba como un hombre enamorado, me miraba tanto que me desnuda el alma, me hizo recordar por un instante lo feliz que me hacía hace años atrás. No podía evitar que me hacía feliz saber que no tenía hijos, pero aun así todavía tenia el alma en pedazos.

 

(Por Nicolás)

 

Agostina: ¿Cómo estas tio? ¿Viste lo hermosa que esta? Es tu momento.

Nicolás: -la miro-No, sale con ese.

Agostina: ¿Elías?

Nicolás: Asi es ¿Cómo lo sabias?

Agostina: Hable un poco, y me conto que estuvo de novia con Elias, que salio con el tres años, pero que todo acabo , y quedaron con una buena amistad porque trabajan juntos,el la convenció a que venga.

Nicolás: -sonríe un poco- ¿y ahora?

Agostina: Esta sola, solita.

 

 

Por un instante volví a ser muy feliz escuchando a mi sobrina, sabía que esta era mi oportunidad, y aunque muchos crean que iba a ser imposible no me importaba, mi objetivo era Emilia y solo me quedaban dos semanas para volverla a enamorar.

Finalmente antes de lo esperado le dieron el alta a Agostina y eso nos llenaba de felicidad, por eso mismo después de un año de lucha queríamos festejar sus doce años en familia un dia inolvidable, lo festejaría con nosotros y luego con sus amiguitos del colegio.

La idea fue de Agostina, lo festejaríamos en Tandil, en la gran estancia que pase un día inolvidable con Emilia hace muchos años atrás, la idea era que mis padres vayan, mis primos con sus hijos y por supuesto su madrina Emilia, la estancia tenia muchas habitaciones, y por supuesto tendríamos que pasar un fin e semana allí, porque eran varias horas de viaje para solo ir un dia, la cuestión era pasar un fin de semana allí.

 

-En la casa de Agostina-

Agostina: -cómplice- Ya tengo el plan, mis padres y los abuelos van a ir juntos, yo voy a ir en el auto con vos y Emilia –le guiña el ojo- Los otros tios van a  ir en el auto individual, lo importante es esto, vamos los tres. Bueno voy a llamar a la madrina –Comienza a llamar-

Emilia: Agostina mi amor ¿Cómo estas? Ansiosa por tu cumple.

Agostina: -pone alta voz- Por supuesto madrina, ¿vasa venir?

Emilia: obvio mi amor.

Agostina: Buenísimo entonces, lo festejamos en Tandil un fin de semana en la estancia de mis abuelos.

Emilia: Pero mi amor ¿hasta alla?

Agostina: Si, te vamos a buscar el sábado a las 5 dela mañana , yo voy a ir con el tio Nicolás, mama y los demás van en el otro auto ¿venis no?

Emilia: Si, -no convencida- Voy en el auto de mis padres y vuelvo ese dia.

Agostina: Por favor, es solo una noche en la estancia, por favor

Emilia:¿Por qué me haces hacer estas cosas? Esta bien mi amor, decile a Nicolás que estoy durmiendo en la casa de mis padres –suspira- Lo hago por vos nada mas.

Agostina: Te amo Tia ,perdón Madrina.

Emilia: -hace un silencio- Yo mas mi amor.

Agostina: -corta- Hecho –choca las manos con Nicolás- Ahora , nose tenes dos días para que se vuelva enamorar de vos –le da un beso en el cachete- Suerte.

 

(Por Emilia)

 

Corte por teléfono y suspire me senté unos segundos y me había dado cuenta que había tomado la peor decisión de mi vida, volver a compartir dos días con Nicolás me aterraba y aun mas sabiendo donde íbamos a estar, en el lugar que me entregue a él y pensé que iba a ser el único hombre en toda mi vida. Me aterraba porque sabia que el en pocas horas podia volarme la cabeza, pero la realidad era que habia obstáculos que podían salvar, y en ese momento era la familia de Nicolás.

 

Celia: -madre de Emilia- ¿Pasa algo hija? –se acerca mientras mira como Emilia estaba recostada sobre el sillón-

Emilia: Si-suspiro-Agostina festeja su cumpleaños en Tandil, y me rogo que vaya.

Celia: Ah, ya lo entendí, no queres ver a Nicolás.

Emilia: Asi es –la miro- Tengo que dormir una noche alla, eso es lo peor, y la quiero a Agostina.

Celia: Y por eso aceptaste ir.

Emilia: Exactamente.

Celia: Mira mi amor,si vos tenes claro que no va a suceder nada, no va a sucederlo, en cambio si vos vas dispuesta a otra cosa, si estaríamos en problema.

Emilia: No, no mama.

Celia: Entonces no tendría que haber problema.

Emilia: Nicolás me pasa a buscar el sábado a las seis de la mañana.

Celia: -sonríe- ¿vas con el? Ah ya lo entendí.

Emilia: y Agostina.

Celia: Suerte entonces –le da un beso en la frente-Me voy a comprar con tu padre.

 

Mi madre al igual que mi hermana estaban al tanto con todo, y solo me desearon suerte.

El sábado llego mas rápido delo que esperaba y a la seis puntual Nicolás vino a buscarme.

 

Emilia: -Salgo de mi casa-

Nicolás: -Baja del auto y agarra mis cosas-

Emilia: Buenos días.

Nicolás: -le da un beso en la mejilla- Subite adelante, atrás esta Agos, pero ya se durmió.

Emilia: Bueno –subo a la camioneta-

Nicolás: -Entra al auto y comienza a manejar-

Emilia: Traje el mate porque si no me duermo –agarrando las cosas comienzo a preparar-

Nicolás: Buenísimo.

 

El clima era muy tenso, las primeras dos horas se pudieron sentir, casi no hablábamos, hasta que Agostina se despertó.

 

Agostina: -se levanta y la abraza por atrás-

Emilia: Buen día mi amor.

Agostina: Buen día Madrina –se acerca le a un beso en el cachete y después a Nicolás- Vamos a parar porque me muero de hambre.

Emilia: Abrí el bolsito rosa que está al lado tuyo hice el bizcochuelo de frutilla que tanto te gustaba.

Nicolás: ¿Lo hiciste?-la mira-

Emilia: Si. –lo miro-

Nicolás: -le da un beso en la mejilla a Emilia- Sos la mejor, lo que extrañe ese bizcochuelo.

Agostina: -se ríe-

Emilia: -quede quieta un segundo pensando en el beso de repente que medio en la mejilla Nicolás- Vayan criaturas y coman.

Agostina: -le pasa una porción bizcochuelo a Nicolás- Esto está muy bueno –con la boca llena-

Nicolás: Mortal –comiendo-

Emilia: No la hago desde que me fui de acá –miro a Nicolás- Pero no me olvide la receta.

Agostina: estas a una semana de regresar ¿Por qué no te quedas acá?

Emilia: Es complicado, tengo una vida allá, un trabajo, amigos empecé acostumbrarme a la vida de marruecos.

Agostina: Pero aca tenes a toda tu familia.

 

Fue una conversación larga, paramos por el camino a seguís comprando cosas ricas,me entere que hizo Nicolás por encima durante los años que no estuve y por supuesto ellos de mi. Hablamos durante las últimas cuatro horas que nos quedaban de viaje y llegamos a la estancia que ya estaba toda la familia.

Los primos de Nicolás al verme me saludaron y se alegraron, todo volvia a ser como antes pero a diferencia que no eramos nada con Nicolás, al principio fue incomodo pero después todo eso se iba yendo.

 

-Esa tarde-

 

Nicolás: Dale Emilia, subite al caballo que te juego quien llega mas rápido.

Emilia: -lo miro- Queres desafiar dale.

Agostina: Yo tomo el tiempo suban, dale.

Emilia: -Subimos cada uno a un caballo-

Agostina: Listo preparado ya.

Emilia: -comienzo  a andar fuerte en el caballo, y a doscientos metros había un obstáculo al saltar no me sostuve bien y caí en el medio de un charco lleno de barro.

Nicolás: -la mira y para con el caballo y comienza a reírse mientras Toda la familia mirando desde la galería.

Agostina: Se mató Emilia, voy a ver.

Rocio: -madre de Agostina- No, no deja que Nicolás va a ayudarla.

Emilia: Deja de reírte y ayudarme

Nicolás: -se acerca con el caballo y le extiende la mano-

Emilia: -le agarro fuerte la mano haciendo que caiga junto a mí y comienzo a reírme-

Martha: -mirándolos- ¡Lo hizo! –riéndose! Esa es mi pichona

Nicolás: Sos una mala persona-

Emilia: -le embarro la cara- Ahora sí.

Nicolás: -empieza a ensuciarla-

Emilia: No Nicolás!

Nicolás: Empieza la guerra

Emilia: -empiezo a tirarle barro-

Nicolás: Listo, listo ganaste –se miran y se empiezan a reír-

Emilia: Mira como estamos.

Nicolás: Seguís hermosa igual.

Emilia: -sonrió un poquito- Vamos que somos el espectáculo de todos.

Nicolás: -se levanta y ayuda a levantarla-

Emilia: -comienzo a reírme a carcajadas-

Nicolás: -la mira y se ríe-

Emilia: Estoy hecha un asco –comienzo a caminar y agarro al caballo-

Nicolás: -agarra el caballo de él y caminan hasta la estancia-

Agostina: Dos perdedores –los mira y serie-

Nicolás: Mejor vamos a bañarnos.

Martha: -se acerca- Dos criaturas.

Emilia: ¿Perdón? -Levanto una ceja y miro a Nicolás- Fue su hijo.

Nicolás: Mira quién habla la que me tiro.

Emilia: Te lo merecías.

Martha: -se ríe- Vayan a bañarse.

 

Cada uno se fue a bañar, luego esa noche cantamos a las doce de la noche el cumpleaños de Agostina, comimos de todo, y cerca de casi las dos de la mañana todos se fueron a dormir. Había muchas habitaciones en esa estancia, y para ser clara me había tocado la habitación que había pasado mi primera noche con Nicolás, y aunque lo negra no dejaba de pensar, así que decidí salir a la galería, sentarme en una de las reposeras y mirar las estrellas un momento tapada con una frazada.

 

Nicolás: -sale con dos tazas de té a la galería- Le puse dos de azúcar.

Emilia: -Gracias –agarro mi taza de té-

Nicolás: Yo tampoco puedo dormir.

Emilia: -tomo un sorbo de té en silencio-

Nicolás: ¿Jugamos a la generala?

Emilia: Si, dale.

Nicolás: Espera que lo busco.

 

Nicolás se fue a buscar y aunque la noche era larga les juro que se hizo muy corta, jugamos y los dos de tan competitivos que éramos, gritábamos al ganar, nos reímos sin parar toda la noche, tanto que mi estómago no daba más. Risas y más risas hubo esa noche, tanto que nos habíamos olvidado del daño que había pasado en nuestras vidas.

 

Nicolás: Creo que son las seis de la mañana y mañana después del mediodía emprendemos regreso, hay que dormir un poco.

Emilia: Si, si vos que tenes que manejar.

Nicolás: Hasta dentro de un rato entonces rubia –le da un beso en la mejilla y se va-

Emilia: -suspiro y voy a dormir-

 

Algunas horas después, fuimos los ultimo en levantarnos y aunque lo negaran todos sabían porque, por supuesto toda la noche escucharon nuestras risas a morir, y de vez en cuando escuchamos como se asno omaban por la ventana a ver quién eran las personas que se reían tanto.

 

Agostina: Bueno vuelvo con los abuelos.

Emilia: ¿Por qué?

Agostina: Si, vayan –sonriendo- Nos vemos padrinos –los abraza y sube al otro auto-

Nicolás: Bueno –mira a Emilia-  ¿No es muy corta esa pollera de jean?

Emilia –lo miro y me rio-

Nicolás: ¿Subimos?

Emilia: Si, si –acomodo mis cosas y subo a la camioneta-

Nicolás: sube y comienza a manejar-

Emilia: ¿No te molesta si duermo un poco?

Nicolás: No Emilia, dormí tranquila, acomódate como si fuera tu auto.

Emilia: -inclino un poco el asiento y me recuesto a dormir-

 

Los primeros minutos pude sentir como Nicolás no dejaba de mirarme durmiendo, varios minutos sentí como acomodaba mi cabello, y por ultimo escuche como me dijo “No te vayas mi amor” y aunque lo negaba mi corazón exaltaba de felicidad, el no dejaba de amarme, y yo al volver a verlos esos sentimiento regresaron aun peor que antes, lo amaba pero sabía que mi realidad era otra.

 

Emilia: -me despierto- ¿Por dónde vamos? –mirándolo-

Nicolás: Por entrar capital

Emilia: ¿Tanto dormí?

Nicolás: -se ríe- Así es.

Emilia: ¿Seguís trabajando en la fábrica?

Nicolás: Si, sigo trabajando con tu papa.

Emilia: Nunca se lo pregunte –miro hacia adelante- ¿Por qué no dejaste a Mercedes?

Nicolás: -suspira- Ella desapareció cuando estábamos juntos, la deje muchas veces pero aun asi seguía negando de que estábamos juntos, se obsesiono conmigo y el embarazo tenia los meses que nosotros estamos juntos, todo concordaba, yo te amaba Emilia, pero desde que me dijeron que ese bebe podría ser mío no quería dejarlo, siempre te lo dije y lo hablamos, moría por tener hijos, con vos –la mira y sigue manejando-, pero eso surgió y ella estaba embaraza de los meses antes que estuviéramos juntos, entendes jamás te engañe, te lo quise explicar pero te fuiste corriendo.

Emilia: Tenia veintitrés años, era una pendeja, ya está. –Mire hacia el costado-

 

Media hora más manejo Nicolás en silencio, recordar el pasado nos destrozaba el corazón a cada uno de nosotros. A mí en ese momento por salir corriendo sin dejar que me explicara y a él porque no se atrevió a confesarme antes de lo que estaba sucediendo.

Llegamos y estaciono en la esquina de la casa de mis padres, ellos vivían en un barrio privado, era los únicos de esa cuadra y enfrente no había ninguna casa, si no árboles, ellos vivían atrás de todo el barrio, donde nadie los molestara-

 

 

Emilia: Gracias por traerme.

Nicolás: A vos por venir al cumpleaños de Agostina.

Emilia: -lo miro- Creo que es momento de despedirnos.

Nicolás: -suspira y se desabrocha el cinturón del auto-

Emilia: En cinco días emprendo viaje nuevamente a Marruecos, así que deseo que seas feliz – me desabrocho el cinturón, y le doy un beso en la mejilla a Nicolás , luego intento abrir la puerta del auto-

Nicolás: -le agarra el brazo-

Emilia: -Lo miro- ¿Qué pasa?

 

No termine de decir la palabra que me descoloco partiéndome la boca de un beso, sentía sus manos sobre mi cara y todo eso era la gloria, el tiempo se había detenido unos segundos durante ese instante, pero de algo me había dado cuenta en ese momento, sus labios eran la gloria y mis hormonas estaban revolucionadas.

 

Emilia: -sentí como las manos de Nicolás tocaban mi espalda y seguí besándolo- Nicolás-entre beso un poco agitada-

Nicolás: ¿Qué? –sin dejar de besarla-

Emilia: ¿Los vidrios están polarizados no?

Nicolás: Si mi amor.

Emilia: -Entre besos- Tira el asiento mas para atrás.

Nicolás: - la mira asombrado unos segundos , vuelve a besarla y tira el asiento hacia atrás con una mano cómo podía-

Emilia: -me siento sobre él y sigo besándolo-

Nicolás: -deja de besarla y comienza a besarle el cuello, mientras le desabrocha los primero botones de la camisa que tenía puesta Emilia-

Emilia: -le desabrocho el cinturón y luego el pantalón-

Nicolás: -vuele a besarla-

Emilia: -dejo de besarlo y comienzo a besarle el cuello y bajando poco a poco.

Nicolás: -cierra un poco los ojos disfrutando el momento- Me están matando mujer-

Emilia: -me rio un poco- Shh…

 

Luego volví a besarlo, subí un poco mi pollera de jeans , y comenzamos a hacer el amor, ya estaba dispuesta a todo, no me importaba nada, si en ese momento él me decía que nos tiremos al un pozo estaba dispuesta hacer todo con él.

Fue un momento mágico y sobre todo era adrenalino, estábamos en un auto y no nos importaba un carajo nada en ese momento.

 

-------------

 

subire en la semana la ultima Parte, avisare en la cuenta de instagram GUARDATUFE.

 

 

5ta Parte

Minutos después.

Emilia: -seguía encima de él, lo miro y comienzo a reírme, apoyando mi frente junto a la de el-

Nicolás: -le da un beso y se ríe junto a ella- Acabo de estrenar mi camioneta.

Emilia: -sonrió un poco y vuelvo a besarlo-

Nicolás: -deja de besarla y la mira- Te amo mujer.

Emilia: -le doy un beso y lo miro tocándole el rostro – Como extrañe esto  -le doy otro beso- Creo que de acá puedo caminar hasta el frente de mi casa.

Nicolás: ¿Estas loca? Pensas que voy a dejarte con lo que acabamos de hacer, No te vas de acá.

Emilia: Les dije que llegaba en media hora, se van a preocupar.

Nicolás: Vos te vas conmigo,  como una nena grande.

Emilia: -me rio- Soy una nena grande, mira –levantándole una ceja-

Nicolás: La Emilia que conocía no hacia estas cosas.

Emilia: Es que soy una mujer adulta –me rio y agarro el celular como puedo- Espera –llamo a mi madre-

Celia: ¿Qué paso? ¿Por qué no llegaste?

Nicolás: -le daba un beso en el cuello-

Emilia: Le dije a Nicolás que me lleve a lo de Eugenia asi la ayudo a organizar su casamiento.

Celia: Listo hija, entonces ¿te quedas allá?

Emilia: Si mama, nos vemos, te quiero -corto-

Nicolás: ¿Ahora me llamo Eugenia?

Emilia: Si cállate –regreso a mi asiento y me acomodo la ropa- Vamonos.

Nicolás: -se acomoda la ropa y arranca- ¿vamos a un hotel? ¿o a casa?

Emilia- A tu casa.

 

Manejo y durante el viaje me daba cuenta que íbamos a nuestra antigua casa, me había olvidado de que el todavía seguía viviendo allí, y cada paso que hacía con el auto me regresaba a un instante al pasado.

 

Nicolás: -estaciona la camioneta- Entremos.

Emilia: -Bajo del auto y le agarro la mano a Nicolás-

Nicolás: -entran a la casa y besa a Emilia alzándola tipo princesa-

Emilia: -comienzo a reírme-

Nicolás:-entra a la habitación y se tira junto a Emilia a la cama-

Emilia: -le desabrocho la camisa-

Nicolás: -sigue besándola-

Emilia: Que bueno que no perdiste la manía de ir al gimnasio.

Nicolás: -se ríe y la mira- ¿te gustan mis abdominales?

Emilia: -me rio- Me encantan.

Nicolás: Mira la nena grande. –Vuelve a besarla y le comienza a desabrochar la camisa a Emilia- ¿Emilia vos te operaste las lolas?

Emilia: -comienzo a reírme a carajadas- No mi amor son mías, que ¿ya te olvidaste?

Nicolás: No las recordaba así –vuelve a besarla- Me estas volviendo loco.

Emilia: -le desabrocho el pantalón-

Nicolás: -Le termina de saca la camisa a Emilia-

Emilia: -le termino de sacar el pantalón a Nicolás-

Nicolás: mi amor-mirándola- ¿Queres ser mi novia?

Emilia: -lo miro parando un instante- Te llego a encontrar con otra y esta vez te la corto Nicolás.

Nicolás: ¿Entonces?

Emilia: Claro que quiero que vuelvas a ser mio y de nadie mas.

Nicolás: Te amo –vuelve a besarla-

 

Termino de sacarme todas las prendas y nuevamente nos entregamos mutuamente, era una mujer feliz en su mejor momento, si alguien me decía algo en ese momento no me interesaría porque lo único importante estaba conmigo y era el amor de mi vida.

 

Emilia –encima de Nicolás- ¿Por qué seguís viviendo aca?

Nicolás: -mirándola- Esta fue nuestra casa, y me gusta esta casa –le da un beso y le toca el rostro- Nunca deje de pensar en vos durante este tiempo.

Emilia: -suspiro- Estoy acá por mi ex novio.

Nicolás: ¿Cómo? no entiendo

Emilia: Si, el sabia mi vida, supo todo lo nuestro , bueno fue mi novio casi tres años, pero nos queríamos mucho, teníamos mucha cosas en común, pero no nos amábamos. El me dijo que venga porque lo sabia, sabia que Agostina era tu sobrina,  cuando te vi, me llamo y me dijo que me la juegue por vos, porque el sabia que el único amor que tuve fue el tuyo , te extrañe.

Nicolás: ahora vivamos una vida diferente empezando todo de nuevo por favor.

Emilia: -me acomodo apoyando mi cabeza en el pecho de Nicolás- Si mi amor

 

Cuando terminamos de hablar, nos mimamos unos minutos y nos acostamos a dormir habíamos tenido un día de locos.

Me despierto esa mañana, me meto a bañar y me pongo una bata y preparo el desayuno.

 

Emilia: -Terminando de hacer las tostadas-

Beatriz: -señora de limpieza- Nicolás –entrando a la cocina- le preparo el desayuno.

Emilia: No puedo creer que sigas trabajando.

Beatriz: ¿Emilia? No puedo creerlo.

Emilia: ¿Cómo anda?

Beatriz: Ahora que la veo mejor.

Nicolás: -entra cambiado a la cocina- Buen dia Beatriz, Buen dia  –se acerca y la abraza por atrás a Emilia- Como anda el amor de mi vida.

Beatriz: -se va de la cocina-

Emilia: Muy bien -Me doy vueltas y le doy un beso- No puedo creer que este aca, esta todo como antes.

Nicolás: Tambien están tus cosas en tu cuarto de arriba.

Emilia: ¿de encerio?

Nicolás: Asi es, tenia esperanzas que un dia ibas a volver.

Emilia: y aca estoy.

Nicolás: -la abraza por atrás y le da un beso en la mejilla- Te amo.

Emilia: -sonrio-y yo a vos mas.

Nicolás: Estoy agotado, le dije a mi padre que hoy no iba a trabajar.

Emilia: Que flojito sos.

Nicolás: Emilia –la mira- Te me cambiaron, vos no eras así en la cama.

Emilia: -me rio- No exageres.

Nicolás: Me encanta igual.

Emilia: son los años de la inocencia, a eso.

Nicolás: La inocente me encantaba, ero esta me vuela la cabeza.

Emilia: -me rio a carcajadas- Dale desayunemos que tengo que regresar a mi casa.

Nicolás: ¿Ya?

Emilia: Si Nicolás, llega a aparecer mi hermana y estoy al horno.

Nicolás: Emilia tenes treinta años.

Emilia: -me rio- ya sé, pero prefiero no decir nada, al menos por tiempo.

Nicolás: Estas bien, y tu vuelo a marruecos ¿Qué?

Emilia: Lo acabo de cancelar.

Nicolás: -sonríe-

Emilia-. Todo lo que vienen ahora me llena de miedo, -suspiro-

Nicolás: Estamos juntos.

Emilia: -mirándolo- Lo se, tengo que hablar con mis padres.

Nicolás: Hablo yo si queres con Carlos.

Emilia: ¿seguro?

Nicolás: Si mi amor.

Emilia: Bueno pero esperemos un tiempo, desayunemos que ya se me va a ocurrir que decirles a mis padres.

 

Termine de desayunar, me cambie y me tome un taxi hasta la casa de  mis padres y estaba mi madre junto a mi hermana y quede en silencio mirando.

 

Emilia: Yo puedo explicar.

Celia: ¿Qué hija? Me dijo tu hermana que fuiste a hacer un tramite.

Emilia: -Miro a Eugenia- Si, si.

Celia: Espera que te preparo una taza de café –se levanta-

Eugenia: Asi que ayer dormiste conmigo, me hubieses avisado, casi meto la pata. ¿Se puede saber con quien dormiste?

Emilia: -Sonrió un poco- Gracias , no lo conoces.

Eugenia: Que me importa, mira tu piel –tocándole los brazos- Alguien paso una buena noche.

Emilia: Muy buena noche.

Eugenia: -Sonríe- ¿y ahora marruecos?

Emilia: Acabo de cancelar mi vuelo, después voy a hablar con mama, es largo pero ya te voy a contar quien es.

 

Luego almorcé con mi familia y me recosté a dormir, ya les había explicado que me quedaría a vivir en Buenos Aires por decisión propia y ellos estaban felices de una vez por todas volvi a mi pais y estaba junto a ellos.

 

Emilia: -suena el celular y atiendo- Hola.

Nicolás: ¿Estabas durmiendo?

Emilia: -bostezo- Si-sonrió-

Nicolás: Yo se que nos separamos hace algunas horas pero me muero por estar con vos.

Emilia: No seas tonto, me haces poner como una tarada.

Nicolás:-se rie- si es verdad. ¿Tengo que raptarte?

Emilia: Mmm… nose, mis padres se van a cenar afuera, me siento una adolescente de quince años diciéndoles a mis padres donde me voy.

Nicolás: y ya estamos un poco grande.

Emilia: Ya se, mañana salí del trabajo y me acompañas de buscar algún departamento, ya hable con mis viejos , me dijeron que saque el dinero de nuestra cuenta bancaria, que después iban a hablar de eso, porque bueno quedo en la nada misma.

Nicolás: Si no fuiste capas de sacar nada, y odiaba eso de vos.

Emilia: Tengo un sueldo, bueno lo tenia y créeme que fui muy feliz.

Nicolás: Y no vas a sacar nada.

Emilia: ¿Qué paso ahora?

Nicolás: Vos tenes tu departamento y nuestra casa.

Emilia: Pero ese departamento… mis viejos se encargaron, no pregunte.

Nicolás: Es tuyo, mañana te paso a buscar y vamos yo tengo las llaves.

Emilia: ¿Qué? ¿Cómo que lo compraste?

Nicolás: Cuando te fuiste, la inmobiliaria llamo porque no se había efectuado el pago entonces decidi comprarlo, sabias que algún dia podrias volver, están tus cosas alla, tus padres lo saben.

Emilia: Nunca me lo dijeron.

Nicolás: Bueno mañana paso y vamos.

Emilia: Esta bien, no me extrañes.

Nicolás: te voy a extrañar toda la noche.

Emilia: No seas cursi Nicolás, te llamo después.

Nicolás: Chau mi amor, te amo.

Emilia: Yo también , nos vemos –corto y suspiro-

 

Cene sola y cuando llegaron mis padres les mencione sobre el antiguo departamento, y que había hablado con Nicolás para comprárselo a él,  que no había problema, también les mencione que me iría mañana allí, y comenzaría volver a instalarme allí,  aunque parecía una locura y todo muy rápido ellos no dudaron en apoyarme.

A la tarde del siguiente día me cambie y Nicolás me paso a buscar.

 

Nicolás: No podes estar mas hermosa.

Emilia: -entro al auto-y toda para vos. –Me acerco y le doy un beso-  Dale vamos rápido que no quiero que mis viejos te vean.

Nicolás: ¿Por qué? Si se supone que te estoy por dar el departamento que, supuestamente alquilaste.

Emilia: Ya lo se, pero no te van a soltar mas.

 

Nicolás arranco con el auto , minutos después llegamos al departamento, el me ayudo a reacomodar las cosas y darle una buena limpieza.

 

Emilia: Quedo tan como antes –sonrió-

Nicolás: Si –bufa- Nunca pensé que iba a agotarme tanto

Emilia: -levanto una ceja y lo miro- y vos estas cada día más viejo.

Nicolás: ¿Qué? ¿Perdón?

Emilia: -me rio- Te quejas hasta del aire que respiras.

Nicolás: Bueno hoy trabaje toda la mañana.

Emilia: ¿Te quedas hoy? –lo abrazo mirándolo-

Nicolás: Si me lo pedís asi.

Emilia: Si –sonrió-Pedimos algo para cenar, porque ya no hay ganas de cocinar.

Nicolás: Esta bien.

 

Terminamos de cenar, hablamos un buen rato y luego nos acostamos a dormir.

Nicolás  a primera hora de la mañana se fue a trabajar , sentí su beso por la mañana y escuche como se iba, dos horas después me desperté y reorganice todas mis cosas.

 

-Por Nicolás, en el trabajo-

 

Nicolás: Permiso –entrando a la oficina de Carlos, el padre de Emilia-

Carlos: Pasa Nicolás, estaba mirando cómo iba la producción, y por suerte cada año mejor –sentado en su despacho-

Nicolás: Vine por otra cosa a hablar.

Carlos: -mirándolo- ¿Qué paso?

Nicolás: Sé que hice mucho mal en su familia.

Carlos: Pero por favor Nicolás, ya paso tanto tiempo ya me pediste las disculpas hace mucho, tema olvidado.

Nicolás: No es tema olvidado porque con Emilia estamos juntos.

Carlos: ¿Qué? –asombrado se levanta de la silla y se acerca Nicolás-

Nicolás: -lo miro un poco asustado-

Carlos: Dame un abrazo –lo abraza- la mejor noticia que podría darme, -dejando de abrazarla- Ahora la cuidas o esta vez si te mato.

Raúl: -padre de Nicolás ingresa- ¿De que me perdí? –mirándolos-

Carlos: Volvimos a ser familia –lo abraza y le da dos golpes en la espalda-

Raúl: ¿de enserio?

Nicolás: Si, pero no le digas nada a mama, por favor.

Raúl: Quédate tranquilo.

 

(Por Emilia)

El tiempo había comenzado a transcurrir y mi antiguo  trabajo me había vuelto a llamar, ya que faltaba personal y sabían mi vuelta al país, seguíamos sin decir sobre nosotros, y aunque ya habían sucedido cuatro meses por primera vez después de tanto tiempo íbamos a anunciar nuestro noviazgo a la familia, ya que nuestros padres fueron los insistentes.

Era viernes y Nicolás como cada fin de semana, se quedaba a dormir conmigo, ya que el fin de semana no trabajábamos. El Sábado había comenzado temprano y desgraciadamente nos había despertado un llamado, era Roció la hermana de Nicolás diciendo de que Agostina se había descompuesto y que la trasladaron de urgencia a la clínica, así que salimos volando para allá.

 

Emilia: -entro de la mano con Nicolás corriendo a la clínica y cuando vemos a la familia nos soltamos- ¿Cómo está?

Roció: No lo sabemos, me dijo que se sentía mal y vomito –a punto de llorar-

Emilia: -la abrazo de costado- Tranquila.

Roció: ¿Cómo te enteraste? Gracias por estar.

Emilia: Nicolás me llamo, -lo miro a El y luego vuelvo a mirar a Rocio- lo importante que este bien y voy a estar.

Martha: -mira extraña la situación-

Rocio: Voy que me llaman los médicos –se va-

Raul: -padre de Nicolás-Voy a buscar café para todos que es temprano –se va-

Emilia: -a punto de llorar-

Nicolás: -se acerca y le dice bajo -Mi amor tranquila. –La abraza de costado-

Emilia: Nicolás… agárrame.

Nicolás: -la mira-

Emilia: Estoy mareada.

Nicolás: -mira como Emilia le costaba estar parada y la agarra-

Emilia: -comenzaron a temblármelas piernas debilitándome-

Nicolás: Emilia –la sostiene-Un medico por favor.

Martha: -se levanta rápidamente y mira como Emilia estaba desmayada en los brazos de Nicolás- Dios mío, un médico.

Medico: -Siéntenla rápido.

Nicolás: -la sientan-

Medico: se le bajo la presión, ¿Quién me acompaña?

Nicolás: Voy yo.

Medico: ¿El marido? –mirándolo-

Nicolás: Si, si soy yo.

Martha: -lo mira extraño nuevamente como se va Nicolás junto a Emilia- ¿De qué me perdí?.

 

Una hora luego.

Emilia: -sentada en una de las sillas del pasillo-

Nicolás: ¿Cómo estas mi amor?

Emilia: Estoy bien, me bajo la presión, debe ser por la tensión, igual ya me llenaron de estudios y me lo llevan el lunes a casa ¿y Agostina?

Nicolás: Nose ahí viene mi viejo.

Raul: Esta todo bien, solo Agos estaba mal del estomago ¿hoy van no?

Emilia: -lo miro- Si,si

Raul: Bueno los espero en casa entonces.

Nicolás: Si no era la mejor situación, pero bueno.

Roció: -se acerca- Está todo bien –sonríe-solo estaba mal del estómago, pero no tiene nada, los estudios dieron perfecto.

Emilia: -la miro- Gracias adiós.

Roció: ¿Cómo estas vos? –mirando a Emilia-

Emilia: Bien, bien tranquila.

Agostina: Padrinos –se acerca y los saluda- Mama exagera, pero ya estoy bien. –los mira- ¿Qué hacían juntos?

Nicolás: Tu madrina se desmayó, pero ya está todo bien.

Agostina:  ¿Hoy viene tu nueva novia?

Roció: -mira seriamente a Agostina- Agostina no es momento.

Agostina: Tráela seguro es gorda y fea –se va con el padre-

Roció: Esta nena, -mirando a Emilia-Perdón, me muero de la vergüenza..

Emilia: -me rio un poco- Está bien, soy gorda y fea.

Roció: ¿Qué?  ¿Qué? –sorprendida la abraza un poco a Emilia- Mama se muere ¿Cómo lo escondiste hermano? –mira a Nicolás- Agostina también se muere.

Nicolás: No digas nada, ahora vamos con Emilia para alla.

Roció: -sonriendo- Que gran noticia ,los veo ,porque esta Agostina ya se fue para el auto. –se va-

 

Minutos después…

Doctora: Esta todo en orden –le da los estudio- Nos vemos en el próximo control.

Emilia: -agarrándolos estudios-Bueno gracias –salimos- ¿Próximo control? –caminamos saliendo-

Nicolás: -le agarra la  mano-Vamos.

Emilia: -fuimos hasta el estacionamiento y subimos a la camioneta-

Nicolás: Menos mal que mi vieja se fue, estaba rompe bolas.

Emilia: -me rio- Siempre fue asi –abro los estudios y empiezo a leer-

Nicolás: Gracias a dios que Agostina está bien, la veo a ella y me imagino una hija así con vos.

Emilia: -sigo en silencio leyendo-

Nicolás: ¿Vamos a tener hijos no?  -manejando saliendo de la clínica-

Emilia: -comienzan a caerme algunas lágrimas-

Nicolás: Lo hablamos, y muero por tener hijos con vos.

Emilia: -lo miro-

Nicolás: -la mira y la ve con lágrimas en el rostro-

Emilia: Nicolás, estoy embarazada.

Nicolás: -frena de golpe con el auto, estaban saliendo del estacionamiento de la clínica- ¿Qué? –Estaciona de nuevo rápidamente- ¿Qué dijiste Emilia?

Emilia: Estoy de seis semanas –comienzo a llorar-

Nicolás: -se le empezaron a caerles las lágrimas- Decime que no es joda.

Emilia: No, Nicolás.

Nicolás: -se desabrocha el cinturón y la abraza- Te amo –la mira-te amo –la besa- los amo.

Emilia: -sonrió y le doy otro beso a Nicolás- Estoy en shock.

Nicolás: Yo quiero gritarle al mundo.

Emilia: Vamos a ser padres Nicolás, esto es una locura.

Nicolás: Mis padres se van a volver locos.

Emilia: Creo que sucedió todo tan rápido que no lo creo-le agarro la mano de Nicolás y luego lo abrazo- Esperemos que den bien los estudios antes de decirles a todos.

Nicolás: Quédate tranquila.

Emilia: En que momento sucedió.

Nicolás: -regresa a manejar- No hace falta saberlo.

Emilia: Nicolás nos cuidamos lo suficiente.

Nicolás: La verdad que –se ríe- No se mi amor, a vos te me cambiaron.

Emilia: -mirándolo- ¿Cómo?

Nicolás: Hace seis semanas justamente fuimos a comer, a Puerto Madero tomamos alcohol, ¿y donde terminamos?

Emilia: OMG, -comienzo a reírme y le pego un codazo- Bueno tenía un poco de alcohol, y quería saber que era parar en el hotel Hilton.

Nicolás: Le diste en la tecla, ese día no nos cuidamos.

Emilia: Pobre criatura los padres que va a tener.

 

 

Nos fuimos hacia la casa de los padres de Nicolás, el único que sabía era Raúl y bueno Roció, estaban los demás desconcertados, había llegado a la casa pero habían pensado que Nicolás había suspendido y que me invito a comer porque por supuesto después del mal susto era como una recompensa.

 

-En la cocina-

 

Martha: Te cuento algo – mientras preparaba el café- Hoy iba a venir la nueva, pero estoy negada.

Emilia: -sacando las taza de café- ¿La nueva? No la entiendo –haciéndome la desentendida-

Martha: -sirve el café- La nueva novia de Nicolás, pero por supuesto, como sucedió lo de Agostina, como Agostina no la quiso conocer no se atrevió venir.

Emilia: Pero si yo ya estoy acá.

Martha: ¿Qué?  ¿Queeeeee? –casi tirando la cafetera a los gritos-

Emilia: -comienzo a reírme-

Martha: Esto me va a infartar –la abraza- Pero hay que celebrar –llevándola hacia el living-  Nicolás vos no me tenes que contar algo.

Agostina: ¿Qué paso abuela?

Emilia: -miro a Nicolás-

Nicolás: Ah… -dándose cuenta-  Es que yo les dije que iba venir mi novia,  bueno yo la traje y nadie hablo nada al respecto.

Agostina: ¿Qué? –Mira a Emilia- ¿están juntos?

Emilia: -asisto y me acerco a Nicolás-

Agostina: Oh dios mio. –sonríe-

Emilia: No tan fea y gorda pero bueno.

Agostina: -se ríe- Perdón Madrina, perdón.

Emilia: -riéndome- Está bien mi amor.

 

Terminamos de tomar el café, y nos fuimos a la casa de mis padres, porque aun quedaban mi madre y mi hermana .Merendamos, con mi madre y llame a mi hermana para que vaya el lunes a mi departamento y le contaba a ella.

La familia estaba feliz, y aun mas sabiendo que los que ellos unieron hace unos años por obligación, ahora volvían por su propia voluntad.

 

Lunes por la tarde.

 

Eugenia: Al fin nena nos sentamos a hablar

Emilia: Si te tengo que contar algo importante, agarra los estudios de la mesa y leelo.

Eugenia: -comienza a leer- Emilia estas embarazada.

Emilia: Si –sonrio- vas a hacer tia-

Eugenia: ¿Quién es el padre?-desconcertada-

Emilia: Nicolás.

Eugenia: ¿Qué? ¿Te acostaste con tu ex?

Emilia: No, Nicolás esta conmigo.

Eugenia: OMG –la abraza- Voy a ser tía por fin.

Emilia: Estoy muy emocionada, hace cuatro meses que estoy con Nicolás, pero queríamos vivirlo nosotros y bueno este bebe que apareció de sorpresa hizo que anunciemos todo, y bueno mañana vuelvo a mi antigua casa –suspira-

Eugenia: Me llena de emoción.

Emilia: y a mí me vuelve loca.

Eugenia: Necesito preguntarte algo en todo este proceso.

Emilia: Decime

Eugenia: Sabes que estoy a una semana de mi casamiento

Emilia: Lo sé ¿Pero cuál es el problema?

 

Hablamos y almorzamos juntas, al siguiente día por mudanza pedí el día de trabajo y me fui a vivir junto a Nicolás, todo nos llenaba de emoción y mucho mas al saber que en unos días íbamos a tener la primera ecografía de nuestro bebe.

 

Días después… (EN LA CLINICA)

 

Mauricio Obstetra: Bueno Emilia como madre primeriza, vamos a hacer todo con calma –le pasa el gel- Bueno ahora –comenzando a pasar el aparato para ver al bebe-  Podemos escuchar el corazón.

Nicolás: -mirando la pantalla-

Mauricio: Bueno los corazones.

Nicolás: Oh mi dios.

Emilia: ¿Son dos?

Mauricio: Asi es, son dos, lo podemos ver perfectamente –señalando la pantalla- Los dos en diferente bolsa, significa que son mellizos.

Nicolás: -le agarra la mano a Emilia- No puedo creerlo

Mauricio: Bueno, empezamos con todo, dos para este comienzo.

 

No podíamos dejar de mirarnos, sonreírnos. Salimos felices de esa clínica, no se podía explicar la felicidad que tenía sabiendo que iba a tener dos hijos junto a Nicolás.

El tiempo comenzaba a pasar y aun seguíamos sin decir de mi embarazo por eso decidimos invitarlos a cenar a casa ya que teníamos todo reacomodado.

 

Sábado por la tarde.

 

Nicolás: Ahora que están todos queremos dar una noticia, Emilia veni.

Emilia: -me levanto y me acerco sonriendo-

Carlos: (Padre de Emilia) ¿Se vuelven a casar?

Nicolás: Así es.

Emilia: ¿Qué? –sorprendida-

Nicolás: -la abraza de costado- Pero vamos a esperar un poco.

Martha: (madre de Nicolás) ¿Por qué?

Emilia: Porque van a hacer abuelos.

Martha: ¿Qué? Voy a morirme de felicidad.

Emilia: Bueno es importante que sepan que… -miro a Nicolás-

Rocio: (Hermana de Nicolás) ¿Qué pasa ahora?

Nicolás: Un pequeño detalle, son dos.

Todos: ¿Qué?

Emilia: Asi es, vamos a tener mellizos.

 

Todos celebraron, ese día todo fue alegría y más alegría en la familia. Por un instante nuestra ahijada se había ido a recostar y me acosté un ratito junto a ella,  Nicolás paso  nos vio y se unió, esa imagen que deseaba algún día estaba sucediendo, nosotros nos amábamos y sabíamos que ahora nos unirían dos hijos, pero antes estuvo  Agostina la que impulso a que todo esto sucediera.

Así fue como cada día y mes iba pasando, en nuestro quinto mes nos enteramos de que íbamos a tener una niña y un varón que los llamaríamos Lola y Thiago, por lo cual nacieron un 8 de Marzo.

Nuestra vida junto a ellos cambio todos nuestras expectativas hasta que después de su primer año de vida Nicolás volvió a proponerme casamiento y exactamente en el mes de enero nos volveríamos a casar, pero un dia antes decidimos hablar con nuestros padres

 

Emilia: -sentados en el sillon al lado de Nicolás lo miro y le agarro la mano- Bueno mañana es el dia de nuestro casamiento, y queríamos contarles que esta vez vaa ser distinto.

Martha: (Madre de Nicolas) ¿Por qué? ¿No entiendo?

Nicolás: No nos amábamos.

Carlos: (Padre de Emilia) ¿Qué?

Emilia:   Si papa –mirandolo- ahora nos amábamos pero eso antes no sucedia.

Raul: (Padre de Nicolás) Sigo sin entender, si ustedes tuvieron la oportunidad de separarse y volvieron.

Nicolás: Es que ahí fue cuando volvimos  porque nos empezamos a amar .No importa ahora pero necesitábamos que lo supieran.

Celia: Esta bien y estamos orgullosos de ustedes y por eso queremos que ustedes tomen la decisión con sus hijos en continuar con esto.

Emilia: No lo vamos a hacer, se van a criar sabiendo de que sus padres son Musulmanes pero ellos van a tomar la decisión cuando sean mas grandes. Mañana nos vamos a volver a casar acá en Marruecos para que el dia de mañana ellos sepan que a pesar de todo volvimos a decidir casarnos aquí.

 

Después de hablar con ellos todo se sentía mejor, nos habíamos sacado un peso de encima.

Al siguiente día llego nuestro casamiento, todo era lindo, todo era como lo soñaba cuando era una chica de 23 años acá nada era actuado y eso me hacía inmensamente feliz. Aquella noche estaríamos juntos y nos iríamos cuatro días de luna de mil sin nuestros hijos.

 

Emilia: Me había olvidado de estas pinturas de henna que tanto me gusta. –mirándome las manos-

Nicolás: -la abraza por atrás- Tengo que darte una mala noticia tengo que hacerte el baño de inversión.

Emilia: Lo que había soñado con este día hace diez años atrás -cierro un poco los ojos-

Nicolás: Llego mi amor. –la da vuelta y leda un beso- Te amo.

 

Emilia: Yo te amo mucho más.

Comentarios: 8
  • #8

    Nara (domingo, 29 julio 2018 13:16)

    Actualiza por favor muero por leer el final

  • #7

    Dueña del blog (lunes, 09 julio 2018 14:40)

    El día miércoles/jueves estaré actualizando, esta novela, lo aviso en el instagram GUARDATUFE. Saludos.

  • #6

    Carmen (lunes, 09 julio 2018 13:40)

    Seguila la dejaste en la mejor parte

  • #5

    vayamoslejosmiamor (lunes, 18 junio 2018 10:26)

    Bdksksbsks EL MOMENTO EN EL AUTO LPM, son un fuego!! Amé fuertemente, espero con ansias la última parte

  • #4

    Dani (domingo, 03 junio 2018 15:18)

    Muy buenoooo amo tus novelas sos lo mas

  • #3

    Hola (sábado, 02 junio 2018 19:57)

    Esperando todo el día de hoy para que actualices �

  • #2

    Milagros dueña del blog. (viernes, 01 junio 2018 22:27)

    Mañana actualizo.

  • #1

    Yo (viernes, 01 junio 2018 22:25)

    Seguí subiendo