Primera Parte

(NOVELA TERMINADA, CORREGIDA EN WATTPAD) PERFIL MILYEMILISTICA

 

Estoy entrando a mi casa, arrastrando mi valija, con mi cabeza baja y un dolor grande en el pecho, estaba volviendo a el lugar que nunca pensé que regresaría. Trate de evitar comentarios y regrese por la mañana. Subí mi valija y entre a mi habitación, todo estaba como lo había dejado, mis posters de mis bandas favoritas en la pared, mis muñecas en el estante de los recuerdos, alguna ropa tirada en el piso, y la cama hecha porque seguro entro mi madre y la armo.

Luego me recosté, llore por varias horas hasta que me quede dormida, horas más tarde mi madre me estaba despertando diciendo que la comida ya estaba.

 

Emilia: No quiero cenar –con los ojos rojos de tanto llorar-

Graciela: Hija, tenes que comer.

Emilia: Ahora bajo.

 

Mi mama se fue, y decidí levantarme, pase al baño que tenía privado en la habitación me lave la cara, y decidí bajar.

 

Emilia: Buenas.

Carlos: ¿Cómo estas hija?

Emilia: Bien Papa, -me serví un poco de comida-

Graciela: -suspira triste y mira a Carlos- Mañana regresa tu hermana

Emilia: -mi miraba baja, comienzo a comer lentamente-

Graciela: Esta emocionada, necesitaba verte, nosotros también te extrañábamos.

Emilia: -mire a mi madre- Perdón –con los ojos llorosos-

Graciela: -aguantándose las lágrimas- Tranquila hija –se acerca y le da un beso en la mejilla-

Carlos: -suspira triste- Todo pasa hija.

 

Termine de cenar y subí a mi cuarto, me sentía culpable, miserable, y no había nada que remedie ese dolor. Me había ido de esta casa hace cuatro años por un amor adolescente, y volvía con las manos vacías, con el pecho lleno de dolor, y con el corazón hecho trizas.

Mire la televisión hasta que me quede dormida. A la mañana me desperté y sentí ruido en la cocina y me dirigí hasta allí.

 

Emilia: -mire a la persona sentada de espalda- ¿Hermana?

Alejandra: (Hermana de Emilia) -sonríe y se da vuelta emocionada-No puede ser –se acerca y la abraza fuerte-

Emilia: -emocionada-

Alejandra: -emocionada- Te extrañe tanto –deja de abrazarla y le toca la cara- Te amo.

Graciela: -Entra a la cocina y las mira emocionada-

Alejandra: -vuelve a abrazarla-

Emilia: -Comienzo a llorar-

Alejandra: -le acaricia el pelo- Llora todo lo que sea necesario.

Emilia: Perdóname-

Alejandra: No tenes nada que perdonarme.

 

Después de algunas minutos desayunamos juntas, volví a sonreír después de tanto tiempo, ella era mi hermana mayor, mi cómplice en todo, la que me prestaba su documento para salir a bailar, pero en el momento que más la necesite no la tuve, y yo tampoco pude estar para ella. No sabía nada de ella hace casi tres años y la extrañaba irremediablemente.

Por la tarde mi madre me pidió que la acompañemos a comprar las para la Navidad, estábamos a una semana, y mi familia se revolucionaba en esa fecha, por eso mi hermana había regresado a mi casa, ella estudiaba bastante lejos de nuestra casa a casi cinco horas, pero del periodo del mes de diciembre afines de febrero volvía a casa.

Pero faltaba alguien más, mi hermano del medio, Gastón una de las razones de nuestras vidas, el que me acompañaba en todo y me hacia la gamba para salir, él se había ido a vivir a algunos minutos de casa, pero estaba de viaje y regresaría para año nuevo.

Los días sucedieron y costo volver a pasar la navidad en familia, vinieron algunos familiares y no dejaban de mirarme, era un bicho raro que volvió su casa.

 

Alejandra: -se acerca a Emilia- Trata de ignorarlos.

Emilia: Es lo que hago –mirándola- Hace tanto que no festejaba navidad.

Alejandra: ¿Qué hacías entonces?

Emilia: Nada –suspire triste- El primer año lo festeje con unos desconocidos amigos de Mariano, el otro solos, y así termino los siguientes años, solos.

Alejandra: ¿Lo extrañas?

Emilia: Un poco –la miro y bajo mi mirada- Pero ya no puedo seguir con esa vida hermana –tomo un trago de cerveza-

Alejandra: Claro que no, por suerte en año nuevo va a estar Gastón.

Emilia: -sonrió un poquito- La alegría de la familia.

Alejandra: ¿Ya invitaste a tus antiguas  amigas para la noche?

Emilia: Si, pero nuestro hermano ya se encargó de invitarlas.

Alejandra: Va a estar súper bueno, después del brindes fiesta en la quinta.

Emilia: Espero, porque esto es un embole.

Alejandra: Bueno hay que remarla y sonreír no queda otra, la familia no se elige y la que toca.

Emilia: ¿Cómo está la quinta?

Alejandra: Hermosa, ya la vas a ver.

 

Termino la fiesta, y nos fuimos a dormir, al siguiente día, escuche gritos casi en la hora del mediodía y decidí bajar.

 

Emilia: ¿Gastón? –sonrió-

Gastón: (Hermano de Emilia) Mi princesa –corre y la abraza fuerte casi alzándola.

Emilia: -lo lleno de besos-

Gastón: Lo que te extrañe-

Alejandra: -los mira sonriendo- ¿Ey y nada para mí?

Gastón: Veni –abrazándose los tres.

Graciela: (mama de Emilia) –los mira emocionada muy feliz- Hay que celebrar que estamos todos juntos.

 

Comimos juntos, y no deje de abrazarlo y llenarlo de mimos, lo extrañaba tanto. Durante esa semana nos encargamos de preparar todo para año nuevo, mis padres tenían una quinta para pasar los veranos allí, era enorme y tenía una piscina hermosa, así que un día antes nos fuimos a arreglar la quinta, estaba más hermosa que antes y nos encargamos de dejarla más linda aun.

Había llegado el día brindamos todos juntos, mama estaba llena de felicidad con sus tres hijos, brindamos a las doce y comenzaron a legar todos los amigos de Alejandra y Gastón faltaban las mías que estaban en camino.

 

Alejandra: Emilia, mira mama

Emilia:-me doy vueltas- Esta a los gritos ¿Qué paso?

Alejandra: Ni idea, vienen los amigos de Gastón y ella se mete.

Emilia:-me rio un poco-

Alejandra: ¿tus amigas?

Emilia: Ya vienen, me voy a sentar en las reposeras de la piscina así fumo un cigarrillo.

Alejandra: Anda tranquila

 

Camine unos pasos hasta allí, me senté en silencio y apoye mi copa de champagne en el piso, mire las estrellas y mi cabeza no dejaba de pensar y pensar, todo era raro, volverá esta vida de antes era raro y me costaba mucho acostumbrarme.

Xxx: Esperaba tu abrazo y bienvenida.-mirándola de espalda con una copa de champagne en la mano-

Emilia: -me doy vueltas y tiro el cigarrillo sorprendida-¿Nicolás?- sonrió-

Nicolás: El mismo guapo de siempre-

Emilia:-me levanto y lo abrazo fuerte- Pensé que nunca más iba volverte a ver.

 

Él había regresado a mi vida nuevamente, no podía creerlo, lo abrace como si no hubiera un mañana, la misma forma que lo abrace cuando se fue de mi vida hace seis años atrás, mis  recuerdos con él se habían borrado hace tiempo, pero cuento lo abraza todo esos recuerdos volvían. De él me atraía todo, y tenerlo al lado mío en ese momento me hizo olvidar el dolor que Mariano había dejado en mi vida.

 

Nicolás: -dejándola de abraza- Estas, Hermosa –sonriendo mirándola-

Emilia: No exageres –me rio un poco- Vos si estas cambiado.

Nicolás: Lo que pasa que ahora soy el licenciado Vázquez.

Emilia: ¿Enserio? Felicitaciones –lo abrazo de nuevo y lo vuelvo a mirar- Pensé que nunca más te iba a volver a ver.

Nicolás: Error, prometí que volvería, cumplí mi trabajo, logre todo , y ya no tenía que hacer más nada en Colombia, mi padre falleció y era hora de volver.

Emilia: Lo sé, me entere hace poco, lo lamento mucho.

Nicolás: No pasa nada

Emilia: ¿Cuándo llegaste? Sentate por favor –me siento en la reposera mirándolo-

Nicolás: -se sienta al lado- Ayer, mi mama se volvió loca, estas tan diferente

Emilia: ¿yo? –Señalándome- Es larga mi vida, pero no quiero arruinar el dia.

Nicolás: ¿Tanto me perdí?

Emilia: Si –bufo- No importa eso ahora.

Graciela: (Mama de Emilia) Hija… -llamándola la mira y sonríe- Disculpen que los moleste, pero llegaron tus amigas.

Emilia: Entonces después hablamos Nico

Nicolás: Anda, anda que tu hermano me va a matar

Emilia: -sonrió mirándolo- Hablamos después.

 

Me fui con el corazón lleno de alegría, y para completarla estaban mis amigas, mi felicidad no daba más de emoción, todo lo que había perdido hace tiempo estaba regresando a mi vida, aunque el dolor estaba ,trataba de olvidar y no hablar del tema.

 

-La mañana siguiente-

 

Emilia: Buenos Días

Alejandra: buenos Días –mirándola- Súmate que estoy tomando unos mates sola.

Emilia: -Me siento al lado-

Alejandra: Ayer vi al bomboncito

Emilia: lo viste –sonrió-

Alejandra: -se ríe a carcajadas- El amor de tu vida Emilia.

Emilia: -riéndome- No es gracioso

Alejandra: Lo que hubiese dado por que esa relación hubiera existido

Emilia: pero no existió, jamás me beso, y sabes lo que espere para que sucediera.

Alejandra: Pero estas a tiempo, él está solo.

Emilia: ¿Cómo sabes?

Alejandra: Me pregunto si estabas sola.

Emilia: ¿Qué? ¿Mentira no?

Alejandra: -se ríe- No tarada.

Emilia: No eso es imposible.

Alejandra: Te lo juro –jurando con los dedos-

Emilia: -poniéndome colorada me tapo la cara-

Alejandra: me haces acordar cuando tenías 17 años Emilia, basta –se ríe- tu amor eterno, seguro ese sueño se da.

Gastón: -entra a la cocina enojado- Emilia vas vos o lo hecho.

Emilia: ¿Qué paso?

Gastón: Mariano Emilia, el enfermo está afuera.

 

Mi sonrisa se convirtió en angustia y decidí atenderlo, en tan solo un segundo todo lo que me emocionaba se había olvidado y el recuerdo más horrible volvió a aparecer a mi vida.

 

Emilia: ¿Qué haces acá?

Mariano: A vos no te importa nada ¿no?

Emilia: Basta Mariano, ándate por favor.

Mariano: No puedo, yo te amo Emilia ¿y vos?

Emilia: -negándome con la cabeza comenzaron a caerme algunas lágrimas:- Basta Mariano ándate por favor, no quiero inconvenientes.

Mariano: ¿Tan fácil te olvidas?

Emilia: Ándate.

Mariano: No me voy nada-

Gastón: -sale- ¿No entendiste que dijo que te vayas?  Tomatelas pibe.

Mariano: Esto no va a quedar así –yéndose-

Gastón: -abraza a Emilia- Tranquila hermana, tranquila

Alejandra: -sale de la casa y mira a Gastón tristemente- Todo pasa –abraza a Emilia-

Gastón: Entremos mejor.

 

Llore unos minutos, y subí a mi cuarto, mi cabeza no dejaba de maquinar todos sus recuerdos y me llenaba de tanto dolor y tristeza. Mariano fue mi primer novio, y me enamore porque él me contuvo y me hizo olvidar de Nicolás, fue el primero en mi vida, pero él era un lobo disfrazado de príncipe en mi vida, el me hacía daño, el me pegaba, yo era su sumisa , el hizo que me alejara de lo más hermoso de la vida, de mi familia, pero un día decidí terminar con todo esto, y volver a empezar parecía fácil, pero era más complicado porque el volvía una y otra vez.

 

Horas después.

 

Alejandra: -sube a la habitación de Emilia y entra- ¿Estas bien?

Emilia: Si, debo tirar muchas cosas.

 

Alejandra: ¿Te ayudo?

Emilia: Si, -rompiendo fotos con Mariano, cartas y alguna ropa que ya no utilizaba-

Alejandra: -suspira triste mirando un escarpín celeste- ¿Era un varón?

Emilia: -la mire tristemente- Si –suspire- Se iba a llamar Valentín  –comenzando a caerme algunas lágrimas-

Alejandra: –se levanta y la abraza- Es lo que más me duele, yo fui al hospital y él no me dejo pasar, dijo que vos no nos querías ver –le toca el rostro mirándola- No pienses eso, nosotros cuando nos esteramos nos llenamos de emoción, al principio fue duro, pero después no dejábamos de pensar en cuando nazca y camine por esta casa –con los ojos llorosos- Perdóname Hermana.

Emilia: Ya paso, él va a ser mi único recuerdo bonito en la relación con Mariano, lo sentía en mi panza, era hermoso, era mi sostén, pero un día deje de sentirlo, y fue el peor dolor de mi vida, nos habíamos enterado que era un varón una semana antes y ese escarpín se lo compre yo, pero bueno… sé que es muy doloroso, pero a veces pienso que fue para mejor.

Alejandra: Ya vamos a tener a alguien caminando por esta casa, y nos va a hacer muy felices, te amo ¿sí?

Emilia: Yo más hermana.

 

Ella era el sostén en mi vida y tenerla conmigo me hacía tan bien, todo era doloroso, pero algo bueno tendría que pasar en mi vida.

 

-Una semana luego-

 

Emilia: -bajo con el pijama de mi habitación y me sorprenden en el living-

Nicolás: Buenos días.

Emilia: -me rio- Trata de evitar de recordar esta imagen, despeinada y con pijama.

Nicolás: Estas hermosa igual.

Gastón: Bueno, bueno –toce un poco- Ojo con mi hermana.

Emilia: Ay Gastón, bueno los dejo.

Nicolás: Para Emilia, vos me debes una charla.

Emilia: Cuando quieras, no hay problema.

Nicolás: Mañana a las 8 de la noche paso a buscarte.

Emilia: -me rio un poco- Está bien, los dejo.

Gastón: -la mira irse y mira a Nicolás: ojo

Nicolás: Un día se me tienen que dar con tu hermana.

Gastón: -le tira con la almohada del sillón-

Nicolás:-se ríe-

 

Aquella noche estaba tranquila hasta que mi celular no dejo de sonar, era Mariano que quería molestar, decidí apagar el celular y mirar una película en la televisión de mi habitación hasta que me quede dormida.

Al día siguiente por la mañana lo ayude a mi padre con unos papeles que debería terminar del trabajo, y como no tenía nada que hacer lo ayude, luego cocine para mi familia como lo hacía en los viejos tiempos y cerca de las siete de la tarde volví a mirar televisión en el living.

 

Alejandra: -la mira- ¿Qué andabas haciendo? –se sienta a su lado en el sillón-

Emilia: Aburrida, nada.

Gastón:  -ingresa al living- Demasiado cómodas ¿no?

Emilia: Si, voy a tener que buscar un trabajo, por ahora lo estoy ayudando a papa.

Gastón: Bueno, recorda que en una hora tenes una cita ¿Pensas ir en pijama?

Emilia: No! -me olvide –me agarro la cabeza-

Alejandra: ¿Qué paso?

Gastón: Nicolás, la invito a cenar.

Alejandra: -sonríe- ¿Qué? ¿Posta?

Gastón: Así parece, a ver si la ayudas porque en pijama  no va a ir a ningún lado, tampoco la arregles tanto.

Alejandra: -riéndose- Aguanta cuida, anda que yo me encargo.

Emilia: Te juro que me olvide, bueno me pongo un jeans una remera y listo.

Alejandra: ¿Qué? ¿Estás loca? No, no, no te presto un vestidito de verano, hace casi 40 grados Emilia y vos te queres clavar un jeans.

Emilia: -bufo- Está bien, lo que vos digas.

 

Hace mucho que no me arreglaba, me maquillo mi hermana suave, no quería súper producirme y tampoco el día iba a ayudarme ya que hacía mucho calor. Me vesti al final con una remera y una pollera de jeans con unas sandalias bajas.

 

Nicolás llego a mi casa y salí rápidamente, no quería que este toda mi familia mirando la situación.

Nicolás: -mirándola- Estas Hermosa.

Emilia: -sonrió- Gracias, no es nada de otro mundo, apenas me maquille.

Nicolás: -Sonriendo- Bueno subí al auto.

Emilia: -mirándolo- ¿Es tuyo?

Nicolás: Si, vendí mi auto de Colombia y tuve que comprar uno cuando llegue acá.

Emilia: Es hermoso –mirándolo- Te felicito

Nicolás: Gracias Emi , subí –abriéndole la puerta del auto-.

 

Subimos al auto juntos y puso música para que no sea tan tenso. Por momentos me quede en silencio, y pensé, pensé en lo que había soñado con esto hace muchos años atrás y ahora no me estaba pasando en absolutamente nada. Nicolás había sido un sueño adolescente y ahora que lo tenía amarrado a mí no era capaz de sentir nada.

Fuimos a comer a puerto Madero, me llevo a un lugar de lujo, nos sentamos en una mesa que daba hacia los diques de la zona.

 

Emilia: Hace mucho tiempo que no venía a estos lados.

Nicolás: Es uno de mis lugares favoritos. ¿Cómo estas vos ahora?

Emilia: -suspiro- Bien, es raro todo pero bien.

Nicolás: ¿Por qué raro?

Emilia: Regrese a casa hace ya un mes, y es como volver a empezar a mi antigua vida.

Nicolás: ¿Te habías ido?

Emilia: Si –tomo un trago de vino de mi copa- Hace cuatro años que no estaba en casa.

Nicolás: Wooow ¿Pero por estudio?

Emilia: -me rio un poco- Ojala, me fui con otro hombre.

Nicolás: Ahh…

Emilia: Me case.

Nicolás: ¿Qué? –Sorprendido un poco desilusionado-

Emilia: -mirándolo- Fue tan divertida la fiesta –me rio irónica- Si, es largo, pero puedo decirte que me case y fui al departamento donde vivíamos, los testigos fueron unos amigos de Mariano –sin dejar de mirarlo- Me aleje de mi familia por él, y termino todo de la peor manera, ahora estoy en plena anulación de matrimonio-

Nicolás: Estoy en shock

Emilia: -sonrió un poco- No exageres, es raro, tengo 24 años y que este en trámite de un divorcio.

Nicolás: ¿Entonces todavía tengo una oportunidad?

Emilia: -me rio nerviosa- No seas tonto.

 

Así fue toda aquella noche, Nicolás no dejaba de tirarme indirectas y trate de ignorarlas o cambiar de tema cada vez que lo hacía.

Caminamos un rato, y vimos que el tiempo se venía feo así que decidimos ir hasta donde habíamos dejado estacionado el auto y regresar a casa.

 

Nicolás: -estacionando el auto en frente de la casa- Pensar que antes caminaba media cuadra nada más, creo que voy a quedarme en la casa de mi madre.

Emilia: La verdad que si –sonrió un poco- Gracias por todo –sacándome el cinturón agarro mi cartera-

Nicolás: No, a vos por aceptar venir.

Emilia: -me acerco para darle un beso en la mejilla-

Nicolás: -corre su rostro aún más haciendo que se produzca un beso-

Emilia: Eh… -corriendo el rostro- Perdón, no puedo.

Nicolás: -desilusionado- No, no –alejándome- Perdóname vos, creo que me fui de mano.

Emilia: Esta bien Nicolás, esto nunca paso –mirándolo-

Nicolás: Pensé…–suspira triste-

Emilia: ¿Qué Nicolás? Decímelo por favor.

Nicolás: No sé –vuelve a suspirar- Que iba a ser diferente, pero claro es algo tonto aun seguís enamorada de tu ex.

Emilia: -bajo mi mirada- Perdón, -bajo de mi auto y lo saludo con la mano-

 

Entre a mi casa en silencio y subí a mi habitación pensando en lo que había sucedido, me cambie me puse mi pijama, encendí la televisión y comencé a cambiar de canal con el control una y otra vez, mi cabeza estaba maquinando muchísimas cosas, el recuerdo de Mariano, el dolor eterno y el beso que me dio Nicolás.

Lo sé, era raro, si esto sucedía hace muchos años atrás entraría a mi habitación llena de alegría, y el corazón acelerado con una adrenalina que nadie me la iba a sacar y una sonrisa que no me dejaría dormir en toda la noche, pero nada de eso sucedía.

Si no podía dormir, pero era por la culpa que sentía, besar a otra persona me hacía sentir culpable de algo que no tendría que estarlo.

A la mañana siguiente me levante temprano, había sido una noche larga con un poco de insomnio, pero aun asi no tenia sueño.

 

Emilia: -sentada en los banquitos que daba la isla de la cocina tomando un te-

Alejandra: -bosteza- Buenos Días ¿Cómo estuvo la noche?

Emilia: Bien, creo que bien.

Alejandra: ¿Cómo que creo que Bien?

Emilia: Si la verdad que fue bastante rara toda la noche.

Alejandra: Pero, ¿Qué paso?

Emilia: Nicolás no dejo de tirarme indirectas toda la noche.

Alejandra: -sonrie- Pero eso es hermoso Emilia.

Emilia: -Bufo- No ale, te juro que fue horrible.

Alejandra: ¿Pero se desubico?

Emilia: No, Nicolás nunca seria capaz de desubicarse con nadie, pero nose hermana, todo esto es raro, no puedo sentir nada por Nicolás y eso me está alterando, él lo quería todo y yo no fui capaz ni de seguirle un beso-

Alejandra: ¿Cómo? –alterándose- Pero ¿Se besaron? –Sonriendo- ¡Emilia contéstame por favor!

Emilia: -la miro- Me beso.

Alejandra: OMG! –Exaltada sonriendo- Esto me hace la mina mas feliz del mundo.

Emilia: -sonrio apenas- No seas tarada.

Alejandra: ¿Te das cuenta Emilia? Nicolás ¡Te beso!

Emilia: Shhh… no grites.

Alejandra: Es que hay que celebrar, Emilia toda la vida soñaste con ese momento ¿Qué sentiste?

Emilia: Nada, de nada.

Alejandra: -acercándose mas a ella- ¿Tan mal besa?

Emilia: -me rio un poco- No lo se, apenas me beso me aleje.

Alejandra: Ay no dios –se tapa la cara y la vuelve a mirar- Era tu oportunidad y la hechaste a perder.

Emilia: Ese es el problema, que no siento nada.

Alejandra: -bufa- ¿Es Mariano no?

Emilia: Si, -suspiro triste- no dejo de pensar en él.

Alejandra: Bueno hermana, lo se todo es muy reciente, y perdóname por ilusionarme tanto, es que se me vino en los recuerdos las veces que me hablaste de el y que soñabas en formar un familia, todo va a su tiempo, pero pensalo, Nicolás esta muerto por vos.

Emilia: Lose-suspiro-

 

Dos días luego, mi padre me propuso si quería trabajar en el banco que solicitaban personal. Acepte la propuesta y sin dudar me tomaron ya que mi padre se estaba por jubilar y quería que su puesto lo termine cubriendo algún familiar.

Comenzaria a trabajar en la siguente semana asi que me dedique a terminar con mis cosas y a proyectar en irme a vivir sola después del verano, ya que mis hermanos regresaban cada uno a su departamento y no quería que mis padres aun estén detrás mio, estaba aconstumbrada a estar sola y todo eso aun era una revolución.

 

Dos horas de la tarde.

Emilia: -senti que tocaban la puerta y Sali- ¿Qué haces aca Mariano?

Mariano: ¿Podemos hablar por favor?

Emilia: -Suspiro triste- Si, pero aca en frente de la casa de mis padres no –salgo para afuera y cierro la puerta- Caminemos.

 

Caminamos y el no dejaba de decirme que me amaba, y para ser peor me cruce a mi hermano junto a Nicolás, sabia que no estaba bien lo que estaba haciendo pero realmente necesitaba cerrar una etapa de mi vida con el y para eso necesitaba que hablemos.

 

Mariano: Entremos Emilia-

Emilia: -no convencida entro a la casa- ¿y esto?

Mariano: Es de un amigo –se acerca y la besa-

Emilia: No, no –alejandome-

Mariano: Mi amor por favor –rie sarcástico- Sabes las ganas que tengo de coger.

Emilia: No, no  -empujandolo-

Mariano: Me encanta cuando te pones asi –le pega un cachetazo- Emilia ya vamos a la habitación.

Emilia: No, Mariano.

Mariano: -vuelve a pegarle intentando sacarle la ropa-

Emilia: ¡No Mariano-¡ -gritándole- ¡No quiero!

Mariano: Emilia no me hagas enojar.

Emilia: Basta Mariano –gritandole- ¡Basta! No entendes que ya no quiero nada con vos ¡Se termino!

 

Comence a correr, a correr sin parar, fui lo más rápido que pude hasta que logre ver un taxi y lo pare, subi alli casi desesperada, y me llevo a mi casa.

Entre y subi corriendo a mi habitación, luego me duche llorando, quería sacarme la sensación de sus manos, y el dolor que me habían dejado los golpes que me habían dado.

 

Alejandra: ¡Emilia! –Golpeando la puerta del baño-

Emilia: -saliendo en toallas-

Alejandra: Emilia –mirandole los golpes y la abraza-

Emilia: -llorando- Te juro que no quería que sucediera.

Alejandra: Tranquila hermana –abrazandola mas fuerte- Todo pasa, ya pasa.

 

Lloraba con lágrimas de dolor, mi hermana lo hizo en silencio sin preguntar y me ayudo curar las heridas, se había dado cuenta de todo, pero creía que lo mejor era no decir nada, y taparme las heridas para que nadie preguntara.

 

Emilia: Me lo jure que no volveria a tocarme y esto sucedió.

Alejadra: No llores mas –le limpia las lagrimas- Empeza a vivir, y pase lo que pase yo voy a estar acompañándote, si tengo que renunciar un año de mi carrera por vos lo voy a hacer porque te amo hermana ¿lo entendiste?

Emilia: Gracias –volvi a abrazarla-

 

Cene esa noche en familia como si nada hubiese sucedido, pero mi hermano me miraba un poco enojado, el me había visto y mis padres estaban enterados pero nadie hablaba sobre el tema, y por supuesto Alejandra evitaba que sucediera.

Paso un periodo de tres semanas, mi hermana me acompañaba a terapias y comencé a hacer yoga con ella. Comence a reirme y a olvidar de a poco.

Tambien había empezado a trabajar y eso me hacia sentir mas útil y concentrarme solamente en mi trabajo, redearme de gente nueva me hacia bien, y por momentos estaba volviendo mi vieja yo, a hacer chistes, a compartir risas y a llegar con buenas energía a casa.

 

-Saliendo del trabajo-

Emilia: Se largo la lluvia nomas –me empece a reir sola caminando hacia la parada del colectivo-

Nicolás: -frena  el auto- Subi Emilia.

Emilia: -lo mire y sonreí- Gracias –subo al auto- Me salvaste.

Nicolás: -se rie y le da un beso en la mejilla- ¿Trabajando?

Emilia: Si –sonriendo me pongo el cinturón y lo miro- ¿Te conto mi hermano?

Nicolás: Si, me pone feliz por vos.

Emilia: Gracias Nico.

Nicolás: ¿Volviste con tu ex?

Emilia: No nombres a satanás

Nicolás: -se rie- Pero si hace como tres semanas te vi

Emilia: Ya esta Nico, no lo nombremos mas, él está borrado de mi vida.

 

Durante ese viaje de veinte minutos no pare de reirme, y recordamos nuestra niñes juntos. Por momentos recordé lo que había soñado junto a el y algo raro estaba volviendo a suceder. Nicolás tenia eso que me hacia radear de felicidad, me miraba y me hacia olvidar de los malos recuerdos, su sonrisa era la canción mas bonita y su perfume era el paraíso. Toda esa sensación que antes sucedia cosquilleaba en mi cuerpo y yo se que el también lo sentía, sentía que yo volvia a ser la de antes.

 

Nicolás: Justo, mira, se largo la lluvia, llegamos.

Emilia: Gracias Nico –sonriendole me saco el cinturón- ¿No hay nadie no?

 

Nicolás: Emmm  -mira para todos lados- no ¿Por?

Me acerque para saludarlo pero lo bese, si esta vez era yo quien lo hacia y Nicolás siguió el beso sin problemas, sentí sus manos en mi rostro y el ruido de nuestras bocas juntas era la mejor melodía que había escuchado.

                                                         

Emilia: -deje de besarlo y lo mire luego baje mi mirada- No se si esta bien lo que hice, pero no quería dejarte con la otra impresión.

Nicolás: Si me vas a despedir asi siempre te busco todos los días.

Emilia: -nos reimos juntos- Gracias –baje del auto, lo salude con las manos y entre a la casa de mis padres-

 

Una vez que ya estaba en mi casa no dejaba de sonreir, tome algo en la cocina y mi cabeza no dejaba de recordar el beso que me había dado con Nicolás.

Mientras el cielo lloraba con lluvia yo no dejaba de sonreir.

 

Alejandra: -Entra a la cocina y la mira- ¿A que se debe tanta sonrisa? -

Emilia: Nada –me rio y tomo un sorbo de jugo-

Alejandra: -levantando una ceja la mira- ¿Nada? ¿Segura?

Emilia: Me bese con Nicolás.

Alejandra: ¿Qué? Para , para ¿De nuevo?

Emilia: -asisto con la cabeza-

Alejandra: -la abraza- Oh mi dios mi corazón esta acelerado de felicidad.

Emilia: Y yo… no lo se.

Alejandra: ¿Besa bien?

Emilia: -asisto- No se porque me siento en las nubes.

Alejandra: Porque toda la vida soñaste con ese beso, no sabes lo feliz que me haces ¿Paso algo más?

Emilia: No, solo eso… pero no se como explicar, me había olvidado tanto lo que deseaba sus labios.

Alejandra: -le da un beso en la mejilla- Voy a hacer algo rico, no se, estoy muy feliz.

Emilia: -me rio un poco- Yo aun estoy en proceso del shock emocional, me acorde tanto de lo que deseaba el momento que me olvide de mariano completamente.

 

Sabia que todavía era muy reciente para olvidarme de Mariano, pero aunque pareciera imposible Nicolás estaba volviendo a estar en un lugar de mi corazón.

El mes de febrero ya estaba entre nosotros, y de a poco me estaba despidiendo de mi hermano, el tenia que regresar a su casa que quedaba a casi dos horas de la nuestra y de paso aprovechaba a Alejandra también que le quedaba poco tiempo para Volver a Mar del plata a Estudiar.Luego de ese mes cobre mi primer sueldo, mi madre me llevo a la peluquería me arregle un poco y me compre muchísima ropa nueva, ella me decía que era momento de volver a empezar y creo que esa era una gran idea.

De apoco mi hermano se tenia que ir de casa, asi que hicimos una cena en la quinta de mis padres, donde irían sus amigos y algunos familiares.

Nicolás fue, si estaba ahí y aunque se reunio con sus amigos no dejaba de mirarme, hasta que por la madrugada yo me volvi a sentar en el borde de la piscina metiendo los pies en el agua y él se acercó.

 

Nicolás: ¿Por qué sola?

Emilia: -lo miro- Necesito mi espacio para pensar.

Nicolás: ¿Cómo va todo?

Emilia: Se anulo mi matrimonio.

Nicolás: -sonrie- ¿Encerio? ¿Cómo te sentís?

Emilia: Libre, es lo mejor para todos –apoye mi cabeza en sus hombros-

Nicolás: ¿Cómo te trataba el?

Emilia: Como un perro. Pero yo lo amaba, eso es lo que mas me duele, y en este tiempo me di cuenta de muchas cosas, y lo único que pienso es como pude ser capaz de alejarme de ellos, mi familia –mirandolos de lejos-

Nicolás: La familia es lo primero, en este tiempo que me fui a Colombia y no vi a mi madre me pregunte muchas cosas, pero luego me encontré con la enfermedad de mi padre y aunque el alla fallecido, lo bueno es que lo pude disfrutar, un poco tarde, pero lo disfrute.

Emilia: ¿Cómo se vive después de ese gran dolor?

Nicolás: Se vive Emilia, todo se puede superar, -le agarra una mano- Vos lo vas a superar.

Emilia: Gracias. –Lo miro y vuelvo apoyar mi cabeza sobre su hombro-

 

Hablamos un buen rato y luego se fue, el conmigo era tan diferente, siempre fuimos asi juntos, pero a travez de los años las cosas habían cambiado, nuestras vidas.

Al siguente dia mi hermano se fue, y sentía que ya no había excusa para ver a Nicolás, pero seguía enfocada en mi trabajo y en ser libre por un momento.

Una semana luego Sali de trabajo y me cruce con el infierno mismo.

 

Mariano: ¿Ahora trabajas? –Mirándola- ¿En el banco? Emilia conmigo no tenias que laburar.

Emilia: -lo ignore y segui caminando-

Mariano: -corre y la agarra de atrás- Dale mi amor, afloja ya no puedo vivir sin vos.

Emilia: ¡Soltame Mariano! –Alejandome-

Mariano: Mi amor por favor.

Emilia: ¡Sali! –vuelvo a empujar.

Mariano: Mi amor.

Nicolás: ¡Te dijo que la sueltes!

Mariano: ¿Y este? –Mirando de arriba abajo- ¿Y este chetito quien es?

Emilia: Vámonos Nicolás.

Mariano: Ah ya lo entiendo todo –enfurecido- Salis con este, ya lo entendí.

Emilia: Vamonos –agarrandolo del brazo a Nicolás-

Nicolás: No te vuelvas a hacercarte a ella porque la rpoxima te juro que te mato.

Mariano: Ya me las vas a pagar Emilia.

Emilia: Vamos Nico.

 

Lo agarro de la mano y entramos a su auto, me puse tensa por un instante y luego me largue a llorar. Nicolás me abrazo y dejo que llore por algunos minutos en sus brazos.

 

Nicolás: -acariciándole el pelo- Tranquila.

Emilia: Perdóname que te este metiendo con problemas de mi vida, bastante tenes con los tuyos.

Nicolás: No me importa Emilia.

Emilia: Si, Nicolás mi vida es un gran problema.

Nicolás: Si tengo que luchar con tus problema para tenerte a mi lado lo voy a hacer.

Emilia:-Sonrio un poquito- ¿Podemos ir a algún lugar?.

Nicolás: ¿Ahora?

Emilia: -Asisto- Si ahora.

Nicolás: Por supuesto ¿Comiste?

Emilia: Mmm… No.

Nicolás: Entonces te voy a llevar al mejor restaurand.

 

Fuimos hacia un pueblo desconocido, el me llevo alli, la gente lo saludaba, asi parecía el era avitue de ese sitio. Comimos según el “Las mejores empanadas de Buenos Aires”. Nos reimos a carcajados por varias horas, y realmente si me haia hecho olvidar de Mariano.

 

-Sentados en el auto regresando-

Nicolás: ¿Te puedo hacer una pregunta? –Mientras manejaba-

Emilia: Claro que si –mirandolo-

Nicolás: ¿Lloraste el dia que me fui?

Emilia: -me rio un poco- ¿Para que queres saberlo?

Nicolás: Me entro la curiosidad.

Emilia: Mucho.

Nicolás: ¿Me jodes?

Emilia: -vuelvo a reirme- No te jodo.

Nicolás: Pero que tierna.

Emilia: -le pego un codazo- Estaba perdidamnte enamorada de vos Nicolás.

Nicolás: -la mira sorprendida- Que fuerte declaración.

Emilia: Pero vos salias con la mismísima tarada de Carolina.

Nicolás: -se rie- Juro que asi no puedo manejar.

Emilia: Dale! Que mañana hay que trabajar.

Nicolás: ¿Qué te gustaba de ese adolescente?

Emilia: Nicolás que se yo, era una nena, tenía once años cuando me empezaste a gustar.

Nicolás: ¿Qué? –aún mas sorprendido-

Emilia: No sé qué hago diciéndote estas cosas.

Nicolas: Emilia es lo más tierno que me dijeron en toda la vida.

Emilia: Eras un poco soberbio, creído pero aun asi yo no veía esos defectos –suspiro- Mi mundo acabo cuando dijiste que te ibas, pero siempre fue algo platónico, vos eras mi amigo de barrio, el amigo de mi hermano, pero después conoci a Mariano y busque todo lo que esperaba de vos.

Nicolás: -queda en silencio y luego la mira- Nose como no pude darme cuenta lo tierna y hermosa que fuiste y sos.

Emilia: -enrojándome- No seas tarado, paso mucho tiempo, una vida nueva me paso, ojala vos hubieses entrado a mi vida, no hubiese pasado tantas cosas, pero ya esta, ya paso.

Nicolás: Llegamos, Emilia, no puedo mas –se desabrocha el cinturón y la besa-

 

Me beso, me beso como si no existiera un mañana, me beso y recordé lo que soñé con ese beso y se estaba convirtiendo en realidad. Sus manos caminaban por mi rostro como una caricia al alma y no podía soltarlo, me sentía protegida.

 

Emilia: -Dejandolo de besar quedando frente con frente- No se si esta bien esto.

Nicolás: Emilia estoy loco por vos y si tengo que remar contra la corriente para estar con vos lo voy a ahcer.

Emilia: -levanto la mirada y le toco el rostro- Entonces ayúdame a olvidarlo por favor.

Nicolás: -le da otro beso- Claro que lo voy a hacer.

Emilia: -sonrio un poquito-

Nicolás: Quiero que estes conmigo por favor.

Emilia: Nunca pensé que esto iba a pasarme.

Nicolás: No quiero que andemos a escondidas, quiero que esta relación sea seria.

Emilia: ¿Me dejas pensarlo?

Nicolás: Todo lo que sea necesario.

Emilia: -mirandolo- Gracias.

 

Baje del auto y entre con una mezcla de sentimientos a mi casa inexplicables. Fui directamente a mi habitación, me puse mi pijama y encendí mi televison, y aunque lo hacia para mirar y quedarme dormida, mis sentimientos estaban revolucionados y esto se iba a convertir en una larga noche de insomio.

A horas de la madrugada fui hacia la cocina y busque algo para tomar y me encontré con la sorpresa de mi hermana.

 

Emilia: ¿Vos tampoco podes dormir?

Alejandra: Mmm no, ni un poco.

Emilia: Nose que va a pasar de mi vida.

Alejandra: Me dijo mama que te fuiste, y nose, -suspira triste- Tenes que olvidarte de Mariano pero es inútil, no quiero que peliemos.

Emilia: Me fui con Nicolás.

Alejandra: ¿Qué? ¿Cómo? ¿Qué paso?

Emilia: -suspiro y tomo un poco de agua- Nos besamos en la puerta de casa, bueno arriba del auto.

Alejandra: -sonrie- ¿Y?

Emilia: Quiere que me la juegue por el, el promete hacerme olvidar de Mariano.

Alejandra: -emocionandose- No pierdas esa oportunidad.

Emilia: ¿y vos porque pensas que no puedo dormir?

Alejandra: -le da un beso en la mejilla- Estoy muy feliz hermana, esta es mi ultima semana antes de irme, y cuando llegue aca encontré a una hermana hundida y la voy a dejar llena de felicidad, el te va a hacer feliz.

Emilia: Se esta cumpliendo el sueño de mi vida, no pude decirle que si en ese momento por que todo esto fue tan rápido que aun no puedo asimilar todo.

 

Mi hermana estaba feliz y yo aun mas, y aunque la gente podría hablar por demás no me importaba iba a aceptar estar con Nicolás en resto de mi vida.

Al siguente dia le dije a Nicolás que me busque al trabajo y ahí estaba en el horario de mi salida.

 

Nicolás: Te estaba,,,

Emilia: -cortandole la palabra lo bese unos segundos-

Nicolás: -deja de besarla y sonrie- ¿A que se debe esta sorpresa?

Emilia: Estamos juntos, pero prométeme por favor que no vas hacerme sufrir

 

Nicolás me volvió a besar y no dejaba de sonreírme, me decía que a partir de ahora el 6 de marzo era la fecha más bonita de su vida, porque era el día que comenzaba nuestra historia de amor juntos.

Aquel día me llevo a comer arriba de un catamarán, paseamos por la ciudad de Tigre y nos sacamos nuestra primer foto juntos.

Mi corazón se estaba sanando pero todo era diferente, él era diferente me tenía que acostumbrar a una relación de novios a lo normal y no tan desastrosa como lo era con Mariano.

Le mande un mensaje a mi hermana que llegaría a tarde ella ya sabía el motivo así mi familia no se preocupada mucho al respecto.

Después del largo día Nicolás me llevo a mi casa y me despidió con un beso y entre.

 

Alejandra: ¡Al fin! ¿y? –mirándola-

Emilia: -suspiro- Estamos juntos.

Alejandra: Ayyy! –grita y la abraza-

Emilia: Todo es tan raro, no lo puedo explicar.

Alejandra: -mira su teléfono- OMG!

Emilia: ¿Qué paso?

Alejandra: Nicolás acabo de cambiar de “Estar soltero a tener un relación” en Facebook.

Emilia: ¿Qué? ¿Está loco?

Alejandra: Loco por vos –se ríe-

Emilia: -me rio un poco- Voy a matar a este Nicolás.

Alejandra: -se vuelve a reír- Los amo fuerte.

 

Me fui hasta mi habitación y agarre mi celular, Nicolás ya era mi amigo de Facebook, mi nuevo perfil de Facebook, porque la realidad es que tuve que deshabilitar y borrar el perfil anterior para que Mariano no trate de buscarme por ningún sitio y me mande un mensaje al menssenger de Facebook a Nicolás.

 

-Conversación-

Emilia: -escribiendo con el celular- ¿Quién será la nueva relación?

Nicolás: -contesta- Me dijeron que una antigua vecina.

Emilia: -me rio leyéndolo- Estas loco Nicolás.

Nicolás: ¿Por quién será no?

Emilia: Mmm… (Caritas preguntando) La verdad que tengo varias opciones.

Nicolás: La tuya es la mejor.             

Emilia: Jajaja, basta me haces poner colorada.

Nicolás: (Le manda un corazón)

Emilia: -sonrió mientras miro el celular- ¿voy a poder dormir hoy?

Nicolás: No sé, pero seguro que si yo sueño con vos seguro que sí.

Emilia: -miro el celular enamorada-  ¡Ojo con lo que soñas!

Nicolás: ¡María Emilia!

Emilia: jajajaja , chiste, chiste. No te quiero cortar pero debería dormir.

Nicolás: Si, yo también, descansa te quiero.

Emilia: (le mando un corazón)

Nicolás: (manda otro)

Emilia: -suspiro y apago el celular-

-fin del chat-

 

Toda la historia de que alguien alguna vez soñó estaba comenzando en mi vida, los días de ese mes pasaron volando, Nicolás me buscaba, y los fin de semana hacíamos cosas distintas siempre, él era tan educado conmigo que jamás hacia algo que yo no quisiera.

Comencé a conocerlo, sus gustos, su color favorito, su canción favorita. También comencé a conocer sus mal humores, sus mañanas serias, las cosas que no le gustaban y las cosas que lo hacían poner triste, como él también lo estaba haciendo de mí.

Mi hermana ya se había ido, mi hermano Gastón se enteró por Nicolás y bueno mi familia comenzó a preguntar cuando me veían que llegaba más tarde del trabajo, ellos estaban tan feliz por mí, y sin decírmelo lo sabía, sus rostros cuando me veían junto a Nicolás era diferente.

Nuestro primer mes juntos ya había pasado me había mandado rosas al trabajo y desde ese momento lo entendí todo, esto era una relación y estaba viviendo una historia real, sin golpes, sin torturas y sin dolor.

Después de nuestro primer mes y medio decidí aceptar a quedarme una noche a dormir en el departamento de Nicolás, si sabía que podía suceder, y me llenaba de curiosidad y de miedo como cualquier mujer que sabe que en cualquier momento va a estar junto a alguien por primera vez, y aunque no sabía si iba a suceder estaba predispuesta a hacerlo.

 

En el trabajo-

Dolores: (Compañera de trabajo) ¿amiga te depilaste?

Emilia: -llenando unos papeles me rio y la miro- y si.

Dolores: ¿Cómo estás?

Emilia: No sé, -suspiro- siento como si fuera mi primera vez ¿entendes?

Dolores: y quien no se pondría nerviosa con ese hombre.

Emilia: Shhh –me rio-

Dolores: Suerte entonces, y el lunes me contas por favor.

Emilia: Si Dolores, ya sabes que vas a ser la primera en saberlo.

Dolores: Muy bien amiga.

 

Dolores era mi compañera de trabajos, nosotras trabajamos en la parte de tarjetas de crédito y administración de papeleos en el banco, y aunque la conocía hace tan poco se había convertido en mi amiga tan rápidamente, teníamos casi la misma edad ella era un año mayor que yo, y éramos muy diferentes pero iguales a la vez, combinábamos perfecto las dos juntas-

Luego de ese día laboral era viernes, así que llegue a casa me recosté un poco y luego me cambie y me puse linda para salir con Nicolás, íbamos a cenar juntos para festejar nuestro primer mes juntos ya que en esa semana trabajamos muchísimo y casi no nos vimos.

 

-En el restaurant-

Nicolás: Tengo ganas que para las vacaciones de invierno salgamos juntos a algún lugar.

Emilia: Tiene que ser un fin de largo porque hasta fin de año no tengo vacaciones.

Nicolás: Si, lo sé , somos dos. Mi amor… ¿Qué vas a tomar?

Emilia: -sonreí un poquito-

Nicolás: ¿Qué pasa?

Emilia: Nunca me... no importa.

Nicolás: Mi amor –dándose cuenta-acostúmbrate.

Emilia: -me rio un poquito y me acerco a darle un pico- ¿Tomamos un vino?

Nicolás: Me gustó la idea.

 

Cenamos juntos y cuando salimos se largó a llover corrimos hacia el auto y nos dirigimos hacia el departamento de Nicolás.

Entramos corriendo y cuando nos mirábamos estábamos empapados, era una lluvia fuertísima con gotas grandes que tan solo unos pasos logro mojarnos.

 

Nicolás: -entrando al departamento corre a buscar una toalla- Mi amor,  toma-dándole la toalla-.

Emilia: -Gracias –me seco un poco- Que frio me dio.

Nicolás. ¿Queres algo de mi ropa?

Emilia: No, no estoy bien.

Nicolás: -enciende el hogar- Ahora mucho mejor, bajo la temperatura de golpe. –se acerca a ella- ¿Seguro mi amor?

Emilia: -asisto-

Nicolás: -le da un beso y luego la mira- ¿Pasa algo?

Emilia: -le toco el rostro- Quiero que estemos juntos.

Nicolás: -sonríe un poco- Necesitaba tu aprobación, no sientas que esto es una obligación

Emilia: No, de enserio –vuelvo a tocarle el rostro- Necesito que seas vos, pero no preguntes nada, después de que estemos juntos pregúntame lo que quieras.

Nicolás: Esta bien, entonces –la alza tipo princesa-

Emilia: -me empiezo a reír- ¿Qué haces?

Nicolás: estoy llevando a mi princesa a la habitación.

Emilia: -sonrió y le doy un beso-

Nicolás: -la acuesta en la cama sin encender la luz, la única luz de la habitación eran las de los rayos de la tormenta que iluminaban la ventana de la habitación-

Emilia: -un poco nerviosa-

Nicolás: Tranquila si –la vuelve a besar y luego la ayuda a casarse la camisa que tenia puesta quedando en corpiño-

Emilia: -mientras lo besaba lo ayudaba a desabrochar la camisa-

Nicolás: -se termina de sacar la camina y comienza a besarle la espalda a Emilia y luego baja de apoco sacándole el cinturón del jeans de Emilia-

Emilia: -disfrutando del momento-

Nicolás: -le termina de desabrochar el jeans y vuelve a besarle la boca-

Emilia: -lo mire unos segundos  y lo ayude a sacarle el pantalón a él y luego termino sacándome el mío-

Nicolás: -comienza a besarle el cuello y comienza a bajar de apoco dándose cuenta de los moretones que tenía Emilia en su cuerpo comienza a besar uno por unos sin preguntar, luego baja un poco acercándose a sus partes intima para que relajara un poco la tención-

Emilia: -largo un gemido y me rio un poco-

Nicolás: -disfrutando el momento sube de nuevo y le desabrocha el corpiño a Emilia y se acomodan para que los dos queden sentados y vuelven a besarse-

Emilia: -comienzo a besarle el cuello y con las manos ayudo a sacarse el bóxer, luego lo miro y sonrió-

Nicolás: -disfrutando el momento saca su última prenda íntima de Emilia con suavidad mientras volvía a besarla-

Emilia: -Nicolás termina de sacarme mi ropa íntima y me acomodo sentándome sobre sus piernas-

Nicolás: -mirándola a los ojos- ¿Alguna vez te dije que te amo?

Emilia: -sonrió y vuelvo a besarlo-

 

Desde ese momento nuestros cuerpos se unieron, y aunque las primeras veces no siempre son buenas con él había sido especial, había mucha piel, algo que cuesta conseguir, sentí sus manos que acariciaron cada instante, por momentos estaba en la gloria, lo disfrutaba como si no existiera un mañana. No dejábamos de besarnos, y en los momentos de gloria nuestras bocas se separaban un poco para respirar mejor. Cada parte de mi cuerpo con el suyo estaba en llamas y combinados hacían el mejor dúo. Así fue nuestra primer noche de amor y si alguien me decía hace diez años atrás que iba a suceder de esta manera no se los creía, lo amaba que hasta me costaba decírselo, me hizo sentir como una verdadera princesa.

 

-Unos minutos después-

Nicolás: -acostados en la cama le acaricia el rostro- ¿te dije que sos hermosa?

Emilia: -sonrió un poquito-

Nicolás: Emilia acabo de pasar la mejor noche de mi vida, pero necesito que me confíes y me digas ¿Por qué tenes tantas marcas?

Emilia: -suspire tristemente y lo mire- Mariano me golpeaba, y mucho –bajo mi mirada- Jamás supe lo que estar con alguien así –vuelvo a mirarlo a punto de llorar- jamás pensé que iba a sentir esto alguna vez… y vos lo hiciste todo Nicolás no me sueltes nunca por favor -comenzando a caerme algunas lágrimas-

Nicolás: -la abraza y le da un beso en la cabeza- Mi amor nunca seria capas de tocarte un pelo antes me mato ¿escuchaste?

Emilia: Te quiero Nicolás –le doy un beso-

 

Le había confiado lo más triste de mi vida a Nicolás, sentía la confianza plena para hacerlo, él había regresado a mi vida, pero esta vez para sanarla todo aquello que estaba herido.

A la mañana siguiente me desperté y éramos dos desastres en una cama, mis piernas sobre su cuerpo y sus manos sobre los míos, él se despertó al escucharme y luego desayunamos juntos porque debería regresar a mi casa.

Me tome un taxi y llegue a cada que me esperaba mi madre para almorzar.

 

Graciela: (madre de Emilia) ¿Cómo estuvo la salida ayer? –Le da un beso en la mejilla a Emilia-

Emilia: -súper linda ma –deje el bolso colgado- ¿Papa?

Graciela: Se fue a la casa de Gastón a ayudarlo a armar un ropero nuevo que se compró así que estamos solitas.

Emilia: Bueno ma, me baño y comemos ¿sí?

Graciela: Dale hija, anda tranquila.

 

Una hora luego.

Emilia: -me llega un mensaje de Nicolás que decía “Llegaste mi amor”- Uuh me olvide.

Graciela: ¿Qué paso?

Emilia: Me olvide de avisarle que llegue a Nicolás –le mando un mensaje ”llegue Nico me olvide de avisarte, perdón”- Listo

Graciela: Me pone tan feliz que estés con el –sonríe- estas volviendo a ser mi Emilia

Emilia: -sonrió un poquito- Nunca deje de serlo, -le agarro la mano que estaba sobre la mesa de mi madre y la miro- Perdóname vos por abandonarlos.

Graciela: Es parte de mi vida hija… ya paso.

Emilia: Alejandra hace un tiempo me conto que fueron ese día a la clínica, gracias.

Graciela: -se acuerda el momento y se pone un poco triste- Cuando me dijeron –comienza a llorar- que iba a ser abuela me volví loca, perdóname hija, no me dejo estar ahí para abrazarte.

Emilia: -con los ojos llorosos- Ya paso mama –le toco el rostro- ustedes iban a ser los primeros en conocerlo si nacía, Santino iba a estar orgulloso de sus abuelos –me saco las lágrimas que caían-

Graciela: -se acerca y la abraza- Llora mi amor todo lo que sea necesario, soltalo.

Emilia: Yo quería que naciera pero tenía miedo mama y mucho –sin dejar de llorar- Aquella tarde cuando deje de sentirlo se me cayó el mundo a pedazos, a la noche dormir con sus movimientos incomodos y a la mañana ya no estaba, lo comencé a molestar y no se movía, le pedí a Mariano que me lleve a la hospital rápidamente y termine en un hospital público en donde me atendieron y me dijeron que él bebe ya no latía… me dieron dos opciones producirme el parto o cesaría, pero decidí la cesaría, no quería hacer fuerza y no escuchar al bebe llorar no podía así que me lo sacaron y no pude verlo –la miro- No pude mama juro que lo intente.

Graciela –se le caían las lágrimas- Yo si lo vi mi amor.

Emilia: ¿Qué? –Sorprendida- ¿Cómo mama?

Graciela: Le rogué a Mariano y me dejo hacerlo.

Emilia: ¿y mama?

Graciela: Era muy chiquito, su piel blanca y tenía un cabello rubio, era tan parecido a vos cuando naciste, no sé si está bien contártelo.

Emilia: -sonrió un poquito- Mariano nunca me conto.

Graciela: Tu padre también lo vio, el lloro un largo rato, pero nunca hablo sobre el tema.

Emilia: -me limpio las lágrimas- No sabes cuándo me alivia saber que lo conocieron.

Graciela: Si mi amor, somos tus padres no te iba a abandonar en eso.

Emilia: -suspiro- Yo sé que muchos me juzgaron porque decidí donar a centro de científicos, para analizar y que puedan curar a más niños, no quise enterrarlo, tenía seis meses era muy chiquito y sentí que con eso iba a ayudar a que más niños nazcan.

Graciela: Lo hiciste bien hija, lo hiciste bien.

 

Después de hablar  con mi madre sentí un alivio al alma que me dejo dormir esa noche tranquila. A la mañana siguiente Nicolás vino a almorzar en casa por primera vez y se divirtió con mi padre, hablaron cocinaron el asado juntos y eso me hacía feliz.

Cuatro meses luego pasaron volando, nuestra relación seguía intacta y con la misma pasión, éramos felices y eso se podía ver a la distancia.

 

Una tarde en la departamento de Nicolás.

Nicolás: -mirando el partido- ¡Dale patea, patea!

Emilia: -lo miro de lejos mientras hago el bizcochuelo y me rio-

Nicolás: ¡Son unos muertos! –Muy concentrado en el partido- ¡Juegan horrible! ¡Bosteros de mierda!

Emilia: -me reía mirándolo y decidí desconcentrarlo- Nicolás…

Nicolás: ¡Dale patea!

Emilia: Nicolás…

 

Nicolás: ¡Dale, dale pateaaaaaa!

Emilia: Nicolás… Te amo.

Nicolás: -se queda en silencio y se da vuelta- ¿Qué me dijiste?

Emilia: -me acerco a el- Que te amo pero veo

 

No termine de decírselo que me beso y su equipo de futbol metió un gol, créanme que dejo de importarle el partido, era la primera vez que le decía “Te amo”

 

Nicolás: Lo que estaba deseando que me lo digas.

Emilia: -me rio un poco-bueno mi amor voy a sacar el bizcochuelo que si no se me quema.

Nicolás: Ay por dios, que lindo queda de tu voz que me llames así.

Emilia: -vuelvo a reírme-

Minutos después

Emilia: -sentada sobre el- ¿En qué pensas?

Nicolás: Viste que me quiero mudar al dúplex porque es más grande.

Emilia: Si ¿Qué paso? –Desmoldando el bizcochuelo-

Nicolás: ¿Y si nos mudamos juntos?

Emilia: Ok…                               

Nicolás: ¿No te gusta la idea?

Emilia: Creo que es una linda locura.

Nicolás: ¿Queres irte a vivir conmigo?

Emilia: Dios que fuerte propuesta –le doy un beso- Si me dejar que pague los gastos y hagamos un plan de pago para comprarla acepto.

Nicolás: -sonríe- ¿De enserio?

Emilia: Si mi amor.

Nicolás: Mi corazón late por mil cada vez que me decís mi amor.

Emilia: -me rio un poco- Mi amor, mi amor, mi amor –le doy un beso y me acomodo mejor- No quiero irme sin estrenar este sillón –dejo de hacer cosas y me acerco a el

Nicolás: ah bueno, hoy estamos con todo.

Emilia: -me rio un poco- Aprovéchame porque no siempre se te va a dar esta oportunidad.

 

Después de varios minutos estuvimos juntos porque nuestra piel era la mejor conexión y combinación del mundo, juntos lo hacíamos todo mejor, Nicolás me hacía poner en un lugar desconocido yo no era así, pero con él podía hacer cualquier cosa.

Después de ese mes decidimos poner a pago ese dúplex y aunque era una locura, mis padres estaban de acuerdo. Si todo era rápido en seis meses de relación nos fuimos a vivir juntos a un departamento más grande, cada uno comenzó a conocerse de otras maneras, sus mal humores, sus mañanas buenas y malas, su cansancio después de llegar del trabajo y sus momento descanso del uno al otro. Él se juntaba con sus amigos y yo con las mías, Nicolás iba a gimnasio jugaba al futbol  y yo salía a correr una hora por la tarde. Uno se fue acostumbrando al ritmo el otro eso hizo la convivencia que sea todo mejor.

Todo había sucedido tan rápido como el tiempo, ya que volvíamos a estar en el verano en familia pero estaba vez juntos festejando navidad y año nuevo. La navidad lo festeje con su madre y el año nuevo él estuvo con nosotros y toda mi familia en aquella quinta donde nos volvimos a ver.

Luego de las fiestas nos fuimos de vacaciones juntos a Brasil la pasamos hermoso, hasta que las vacaciones acabaron y regresamos a la rutina de trabajo. Volvíamos a estar en el mes de Marzo donde cumplimos un año juntos y todo era diferente y yo todavía no podía creer el cuento de hadas que estaba viviendo.

 

En el departamento.

Nicolás: Estaba pensando mi amor y ¿No queres tener hijos?

Emilia: Emm si me encantaría.

Nicolás: Empezamos ahora entonces.

Emilia: -me rio- No mi amor, falta tiempo todavía.

Nicolás: ¿Por qué? –Se acerca- si trabajamos, vivimos juntos, somos felices, falta un hijo nuestro.

Emilia: No Nicolás, no.

Nicolás: Amor, dale afloja.

Emilia: Todavía no estoy preparada para ser madre

Nicolás: -bufa- A veces no te entiendo.

Emilia: Nicolás, necesito tiempo para eso, apenas tengo 25 años.

Nicolás: y yo 27 no se que esperamos.

Emilia: No quiero hablar sobre el tema, no quiero pelear con vos.

Nicolás: No , esto no se trata de una pelea se trata de la vida Emilia.

Emilia: Nico me muero por tener hijos con vos, pero todavía tenemos que vivir como parejas, pasar mas tiempo, irnos a conocer mas lugares y después que vengan todos los hijos.

Nicolás: No hablo mas Emilia-sube enojado a la habitación-

Emilia: -bufo- Dios mio.

 

 

Estuvo enojado toda esa mañana, no me hablo y trato de evitar tema en la mesa cuando almorzamos, luego se fue por la tarde con sus amigos, era la primera vez que teníamos una discusión que duraba tanto, hasta que llego por la noche, cenamos y llego la hora de dormir.

 

Nicolás: -dándole la espalda-

Emilia: -lo abrazo de costado y le doy un beso en el cuello-

Nicolás: -intentando evitarla-

Emilia: -me tiro sobre el- No me digas que ahora no queres que hagamos el amor, listo te lo perdiste –a punto de levantarme-

Nicolás: -la agarra del brazo y la besa-

Emilia: -me río- No podes con esta tentación ¿Seguís enojado?

Nicolás: No hablemos al respeto.

Emilia: Mejor –vuelvo a besarlo-

 

Hicimos el amor y después de esa noche no se habló mas del tema de hijos. Después de casi un mes de ese día, nuestra relación ya era publica en todos lados ,y su foto de Facebook de Nicolás era conmigo.

Una amiga me había avisado de que Mariano la había encontrado y dijo que quería volverme a encontrar, me llenaba de miedo que pasara que le pedí a Nicolás que cuando salga del trabajo me pase a buscar todos los días.

Pero ese día sucedió lamentablemente Mariano estaba en la puerta de mi trabajo.

 

Emilia: ¿Qué haces acá?

Mariano: Mira como cambio la cosa, de un día para el otro nos metemos en otra cama y nos cambiamos completamente.

Emilia: No me molestes más.

Mariano: Así que encima vivís, veo tus fotos, yo siempre veo todo.

Emilia: Mariano voy a llamar a la policía si me seguís molestando.

Nicolás: -acercándose- ¿Qué haces acá?

Emilia: -le agarro la mano a Nicolás- Vámonos mi amor por favor.

Mariano: ¿Mi amor?

Nicolás: ¿Si cuales el problema? Soy su amor. –enojado-

Mariano: Ya a cualquiera le decís mi amor.

Emilia: Vamos Nicolás –empujando su brazo-

Mariano: Tu hijo se está revolcando en su propia tumba.

Nicolás: -queda en silencio y la mira- ¿su qué?

Mariano: No le contaste que tuvimos un hijo, cántaselo.

Emilia: -comenzando a caerme algunas lágrimas- Vamos Nicolás.

Mariano: Mira cómo te amara que se olvidó ese pequeño detalle de su vida

Emilia: -lo agarre fuertemente del brazo y entramos al auto-

Nicolás: ¿Tuviste un hijo con ese hijo de puta-

Emilia: -llorando-

Nicolás: Emilia contéstame.

Emilia: Si Nicolás, y murió en mi panza.

Nicolás: ¿y conmigo no queres tener un hijo? Ah bueno –enojado comienza a manejar-

Emilia: Nicolás por favor entendeme.

Nicolás: ¿Por qué no me lo contaste? ¿Dónde está enterrado? ¡Habla Emilia! –gritando-

Emilia: trátame bien Nicolás por favor,.

Nicolás: No puedo pensar que ibas a tener un hijo con esa mierda

Emilia: Eran mas pendeja.

Nicolás: Pero conmigo no queres.

Emilia: Si que quiero, pero no ahora.

Nicolás: Listo Emilia, así quedamos.

 

Llegamos al departamento y Nicolás se fue, enojado sin dirigirme una palabra. Mariano había logrado su objetivo, después me mandó un mensaje que no iba a volver al departamento aquella noche.

Así durante tres noches, llame llorando que vuelva y me perdone, casi me la pase durmiendo, esas tres noches, no fui a trabajar, me la pase vomitando y llena de miedo y dolor.

Todo no volvía a tener sentido en mi vida, mi mundo se venía abajo sin él, el seguía enojado y hasta me dijo que nuestra relación había terminado.

Decidí volver a trabajar con ojeras y con el corazón partido y cuando regrese del trabajo sus cosas en ese departamento ya no estaban, llore, y llore, no fui capaz de nada, así que decidí llamar a mi hermana y contarle lo que estaba sucediendo, ella decidió volver de Mar del plata y a ayudarme a superarlo a esto, esta vez no quería estar sola con tanto dolor.

 

Alejandra: Emilia estas mal, vamos a la clínica por favor.

Emilia: Esta bien.

 

Nos fuimos a la clínica y hace unos días que no me sentía nada bien, en realidad desde que me separe de Nicolás no logre sentirme bien, me llenaron de estudios y para mi desgracia la noticia que no deseaba escuchar había aparecido.

 

Doctora: Se debe cuidar, la señorita se encuentra embarazada de 7 semanas

Emilia: Quede en silencio-

Alejandra: Gracias doctora. –Agarra los estudios-

Emilia: -en shock-

Alejandra: Emilia vas a ser mama –sonríe-

Emilia: -se me cae una lágrima-

Alejandra: -la abraza-

 

Mi mundo se paralizaba al saber que volvía a ver algo en mi panza, tenía miedo, tenía terror, después de la gran pérdida era mi miedo mayor que volviera a pasar otra vez, y para peor Nicolás me estaba dejando sola con todo esto.

 

Emilia: No puede ser real.

Alejandra: Es una gran noticia hermana, todo se va a arreglar, vas a tener un hijo con el amor de tu vida, tenes que estar feliz.

 

Después de esa semana llame a Nicolás todas las noches y no respondía su celular hasta que la octava noche respondió, le rogué que nos juntáramos a hablar que necesitaba verlo, que lo extrañaba. El acepto no muy convencido y decidimos encontrarnos en un bar cerca de nuestro departamento.

 

Emilia: Viniste. –me acerco-

Nicolás: -le pone el cachete-

Emilia: -suspiro triste y me siento- Te extraño Nicolás.

Nicolás: ¿Qué es lo tan importante que me tenes que decir? Dale porque no tengo tiempo.

Emilia: -le agarro el brazo- Nicolás por favor mírame te extraño mi amor.

Nicolás: ¿Cuál es la noticia? –serio-

Emilia: Estoy embarazada.

Nicolás: ¿Es mío?

Emilia: Me estas rompiendo el corazón Nicolás por favor, aquel día que tuvimos la pelea sobre este tema, decidí no cuidarme para cumplir tu sueño, nuestro sueño.

Nicolás: A estas alturas dudo todo de vos, ¿pero acaso no estas preparada no?

Emilia: Nicolás me estás haciendo mierda.

Nicolás: ¿Era eso nomas? Quédate tranquila que voy a pasarte todos los meses la cuota alimentaria.

Emilia: -comenzando a caerme lagrimas- Una vez me prometiste que no iba a hacerme sufrir, pero sabes que me estás haciendo mierda –me levante rápidamente de la silla y salí de allí llorando-

 

Mi corazón estaba hecho trizas nada iba a curarlo, estaba inundada entre mis lágrimas todo parecía que no tenía sentido. El ya no quería ser parte de mi vida y yo no podía superar pasar por esto una vez más. Él lo era todo en mi vida, se había convertido en el amor de mi vida y si me preguntaban por Mariano no podía sentir nada, esto era amor, el que le entregue a Nicolás, con toda mi pasión eso era amor, pero él lo único que estaba haciendo era romperme a pedazos.

Entre la situación de estrés tuve perdidas una noche, me dieron reposo absoluto, calmantes y luego de dos semanas regrese al trabajo.

Después de esa pérdida Nicolás me preguntaba todos los días como estaba “el bebe” pero por mi seguía ignorándome completamente y eso me tenía bastante hecha trizas.

Pero paso lo peor en el trabajo, en mi tercer mes de embarazo sentí una puntada que me rompió el alma comencé a gritar y mi compañera de trabajo Dolores llamo a emergencias, mi silla estaba llena de sangre sabía que estaba sucediendo y no pare de llorar. Mi madre vino corriendo y fueron conmigo a emergencias, la peor noticia había llegado nuevamente “Él bebe está muerto” tuve un aborto espontaneo, me hicieron un raspaje y me dejaron con suero mas una trasfusión de sangre y el alma partido en dos, no quería ver a nadie me sentía de la misma forma que me sentí el día que perdí a Santino, pero ahora mi familia estaba y Nicolás también estaba allí.

Nunca supe cómo se sintió el en ese momento, no pudimos hablar años después me lo confeso, pero sabía que él estaba igual que yo , hasta que decidió entrar a mi habitación de la clínica.

 

Nicolás: Perdóname –comenzando a llorar- Perdóname por favor.

Emilia: -me di vueltas mirándolo y llorando- Ya no hay más bebe.

 

Nicolás: -se acerca y la abraza-

Emilia: -sollozando-yo te amo Nicolás, no puedo juzgarte.

Nicolás: -deja de abrazarla y le toca la cara- Me tengo que ir.

Emilia: ¿Adonde?

Nicolás: A Colombia.                   

Emilia: No me dejes por favor.

Nicolás: Tengo que volver, mira como estas, soy una basura te arruine la vida.

Emilia: No digas eso –le toco el rostro-

Nicolás: Abone la última cuota, el departamento está a tu nombre es lo mínimo que pude hacer por vos, vos vas a hacer el gran amor de mi vida, pero me tengo que ir, necesito que me prometas que vas a hacer feliz.

Emilia: -sin dejar de llorar- No puedo prometerte eso porque vos sos el único hombre que me hizo feliz.

Nicolás: Te amo.

Emilia: No te vayas

Nicolás: -se tapa las cara y se limpia las lágrimas- te amo -le da un beso en la frente-

 

Quede en silencio y llorando mire como se iba y una vez más se iba a de mi vida, llore, llore toda esa noche, mi verdadero amor el hombre que me hizo feliz se iba, otra persona mas me dejaba sola en la vida, ¿Qué más me podía suceder? Ya no me dolían ni los golpes, ni las cicatrices, ni las patadas, ni siquiera sentía los ojos hinchados de tanto llorar porque el único dolor que sentía en ese momento era el de mi corazón roto; estaba quebrada  y enamorada del hombre que dejaba mi vida por segunda vez.

 

---------------------------------

La novela esta terminada en Wattpad, perfil Mily Emilistica (allí se encuentra la 2da parte y final)

Comentarios: 3
  • #3

    Ariana snower (sábado, 31 octubre 2020 16:01)

    Dale no la podes dejar así dejaste a mi pareja preferida como la peor basura o al menos Nico

  • #2

    vayamoslejosmiamor (domingo, 11 noviembre 2018 17:52)

    Perdón pero Nicolás es un tremendo pelotudo. Ojalá se vaya y no se vuelvan a ver nunca más ahr no mentira, si no vuelven a verse, Emilia se muere de dolor pero igual no me parece bien...la jodió más de lo que ya estaba. Que decepción de persona. Espero que al final pase lo que pasé ella pueda tener la felicidad que se merece

  • #1

    Marisol (domingo, 11 noviembre 2018 17:08)

    Mad por favor

Segunda Parte