Recibí peticiones de transcribir esta historia, y no lo dude, estoy intentando hacer esto con todas,porque claro estaba escritas con miles de capítulos y hace muchos años atrás, solamente en 3 partes y la subiré en paralelo de mintiéndole al amor, siempre en Instagram @GUARDATUFE avisare cada vez que suba. Espero que lo disfruten, saludos.

Primera Parte.

-Por Emilia-

¿Qué harían ustedes si la vida le da otra oportunidad de vivir? Lo pregunto porque fue lo que me sucedió, la vida me dio esa oportunidad, pero nadie me dijo que iba a ser fácil regresar.

Estuve en coma 8 años por un accidente,  en el momento que lo tenía todo en la vida, pero antes de llegar a ese momento, vamos por el comienzo.

Nací en la ciudad de Buenos Aires en el barrio de Belgrano, mi familia era de clase media, yo fui su primer hija y dos años luego nació Eugenia mi hermana.

Mis padres querían que tengamos la mejor educación, por eso mismo trabajaban muchas horas en su estudio de abogacía, los dos eran abogados, tenían un estudio y se intercalaban los horarios para estar presentes para nosotras dos.

A medida que íbamos creciendo, cada una tomo una personalidad, muy diferente, pero éramos una para la otra, nos amábamos.

Termine el bachillerato y comencé a estudiar leyes igual que mis padres, quería ser una gran abogada, y gracias por estudiar en la facultad de derecho conocí a mi primer amor de mi vida. Él era mayor que yo, estaba en el último año de la carrera, tenía una presencia impecable, una seriedad y compromiso con el trabajo que eso hizo que me enamore.

En su fiesta de graduación el me invito para que lo acompañe, en ese momento solo habíamos hablado muy pocas veces, ya que el de vez en cuando era el ayudante de cátedra del profesor.

Paso a buscarme a mi casa en su auto, saludo a mis padres y nos fuimos a la fiesta, y ese fue el primer día de nuestra historia.

 Aquel día fue toda su familia, su familia era una clase media alta, pero tenían un gran corazón, y aunque en ese momento cuando me los presento nos éramos nada, ellos sabían que lo íbamos a ser todo. Después de la cena, ellos se fueron y yo me quede con Nicolás en el baile, y fue allí donde el me dio nuestro primer beso.

Al poco tiempo me convertí en su novia, y él me ayudaba con la carrera, mientras ya estaba poniendo su consultorio de abogacía. Mis padres estaban tan contentos con él y por supuesto la historia estaba volviéndose a repetir.

Mientras que meses comenzaban a pasar él se estaba convirtiendo en un abogado prestigioso, y muy conocido, se llenó de dinero en muy poco tiempo agarrando los casos más involucrados del país.

A pesar de su dinero el no cambiaba, conmigo seguía siendo el más sencillo del mundo.

La carrera a mi realmente me estaba costando muchísimo, estaba en el tercer año, y en ese instante tenia veintiuno, y aunque fue demasiado rápido en nuestro segundo año de relación me pidió matrimonio, y mis padres aunque le parecía una locura me apoyaban.

Me case, y un año después en el cuarto año de mi carrera quede embarazada de una niña que la llamamos Azul.

Vivíamos en una gran casona, y a pesar de que mi hija era muy pequeña retome la carrera de abogacía y había finalizado mi cursada del último año, solo me quedaba dar mi tesis para recibirme, en ese momento mi niña ya estaba cumpliendo sus dos años, y para ser una gran sorpresa me había enterado de que nuevamente me encontraba embarazada, en ese momento estaba por cumplir veinticuatro, y aunque era muy joven, Nicolás estaba a mi lado, y se desvivía por nosotros.

Azul era nuestra alegría, era muy parecida a mí, aunque tenía el color de ojos de su padre.

 

-Una tarde-

 

 

Nicolás: Lo sé es muy temprano, pero deseo que venga el niño –sentado en el sillón-

Emilia: Si mi amor, yo también lo deseo –me siento en su falda-Yo quería terminar mi tesis –bufo-

Nicolás: Ya la vas a terminar, ahora disfruta de este nuevo embarazo.

Emilia: Pero me gustaría que mis padres vean este logro.

Nicolás: Bueno entonces, termínala si te va a ser feliz.

Emilia: Gracias mi amor.

 

En mi cuarto mes de embarazo, ocurrió lo peor, estaba yendo a defender mi tesis y en camino a la facultad de Medicina ocurrió lo peor.

En plena Av. de mayo, a punto de cruzarla vi a esa mujer, la que ex novia de Nicolás antes de conocerme, conduciendo un Mercedes Benz rojo, doblo de repente chocándome, haciendo que volara por el aire, y mi cartera quedara en la otra punta de la cuadra, eran las tres de la tarde, no había nadie caminando aunque era una venida muy transitada, en ese momento nadie vio quien me atropello, solo vieron mi cuerpo en la calle y la gente corrió a auxiliarme mientras el auto se iba de allí rápidamente., las cámaras de seguridad no pudieron reconocer el auto polarizado, porque por supuesto no tenía patente y desde aquel momento mi  vida cambio.

 

-Por Nicolás-

 

Estaba en mi oficina terminando de guarda todo porque esperaríamos todos que Emilia de su tesis para ir a la facultad y festejar con ella, cuando un llamado me descoloco.

 

Xxx: Su mujer tuvo un accidente y fue trasladada a la clínica privada Italiana.

Nicolás: Ya voy para allá.

 

Fui lo más rápido que pude en el auto, y me encontré en la peor situación, nadie me daba respuestas de mi mujer y cada minuto que pasaba era una eternidad. De golpe porrazo fue la noticia del día, ·la mujer del exitoso abogado había tenido un grave accidente y estaba en riesgo su vida”

 

-Horas después-

 

Doctor: Señor Vázquez venga a mi oficina.

Nicolás: -me levanto rápidamente y lo sigo-

 

Me había explicado de que el impacto fue en la cabeza, pero al bolar y golpearse, perdió al bebe, le había hecho una cirugía porque él bebe ya estaba cerca de los cinco meses, era un niño, tuve que reconocer su pequeño cuerpo, y para peor no había esperanzas de que Emilia sobreviviera, ella estaba en coma y no había respuestas.

Mi mundo se había destrozado, la familia de ella estaba acompañándome en ese triste momento, todos estábamos desconcertados, pero había otra gran razón, nuestra hija de dos años y medio se estaba quedando sin madre.

Cada día que pasaba era su noticia vigente en los noticieros, querían entrevistarme pero no tenía fuerzas, y mi único con suelo era ver a mi hija que era lo único que tenia de ella.

Los meses iban pasando, los cumpleaños también, Azul cumplía tres años y era el primero sin su madre al lado, aunque ella estaba físicamente en la clínica, no estaba presente.

Luego otro año sucedía y mis años sin Emilia eran cada vez peores, verla postrada en una cama sin señales de esperanzas de que algún día salga del coma me volvía loco. Me obsesione en mi trabajo, tanto que comencé en trabajar en muchos casos, y de pronto la noticia “de la mujer del abogado exitoso” dejo de ser noticia, todo iba olvidándose a diario sin ella, tendríamos que vivir sin ella, porque eso es lo que nos decían los médicos.

Azul iba creciendo, comenzó el jardín, y años luego el colegio, los padres de Emilia eran presentes todo el tiempo, ellos comenzaban a asumirlo, y varias veces me preguntaban ¿Qué iba a hacer? La realidad era que Emilia no daba señales de mejora, ella estaba igual que el primer día y eso me desconcertaba a diario.

Azul con seis años me pedía ir a ver a su madre, ella elegía su ropa, ella la peinaba, ella le cantaba canciones, le escribía cartas, y cada navidad su deseo era que su madre se despierte.

Tanto ella como yo íbamos al psicólogo, Azul porque era pequeña y tendrían que explicarles bien lo que sucedía.

Cada cumpleaños de Emilia iba toda la familia, pero después de seis años, ellos estaban insistiendo que aun siendo tan doloroso quería que su hija fuera desenchufada y que de una vez por todas descanse en paz, yo lo negaba porque aún tenía esperanzas de que ella se despierte.

Después del sexto año deje de entrar a visitarla solo llevaba a Azul las veces quémelo pidiera, que prácticamente era una vez a la semana, pague fortuna por cada tratamiento de Emilia que nada daba señales de mejora, me llene de dinero por trabajo pero también de tristeza sin ella.

Azul crecía, sin una madre sus abuelos se enojaron conmigo, porque insistían que deberían desenchufar a Emilia, en cambio Eugenia su única hermana estaba a mi lado en cada momento, y era la que se encargaba de llevar a Azul a la clínica a ver a su madre, porque mientras el tiempo sucedía deje de ir.

Mi psicólogo me decía que era tiempo de soltarla y en el séptimo año del accidente me volví a reencontrar con mi antiguo amor, había sido una novia anterior antes de conocer a Emilia, ella se llamaba  Mercedes, era abogada,   hizo que comenzara a distraerme y olvidarme de Emilia. Hable con los padres de Emilia, y les dije sobre mi nuevo romance y ellos e dijeron que era momento de que su hija de una vez por todas descanse en paz, que ellos con dolor apoyaban a que rehaga mi vida.

Azul cuando se enteró de nuevo romance no le gusto ni un poco, ella no aceptaba, me gritaba que su única madre era Emilia. Pero algo repentino paso ya íbamos a cumplir ocho años del accidente, y Mercedes me dio la noticia de que estaba embarazada y mi mundo se paralizo. Estaba rehaciendo una familia mientras mi mujer estaba en coma, era momento de aceptar y dejarla ir.

 

-Una tarde-

Nicolás: Hija tenemos que hablar.

Azul: -lo mira seria- Decime papa.

Nicolás: Mercedes viene a vivir con nosotros.

Azul: ¿Qué? –sorprendida-

Nicolás: Vas a tener un hermanito.

Azul: No –llenándose los ojos de lágrimas- No papá, no –comienza a pegarle- ¡Te odio papá, te odio! –sale corriendo a su cuarto-

 

Aquella semana fue lamas dura de todas, Azul no me dirigía una palabra. Se contuvo en su tia Eugenia, quien la llevaba a la clínica, y para ser más duro esa semana se dedicó air allí cada vez que salía del colegio.

Verla así me partía el corazón, y no había nada para arreglárselo.

Mercedes se vino a vivir con nosotros, y Azul se dedicó que poner en cada espacio de su cuarto una foto de Emilia, se encerraba en su cuarto por horas y miraba videos de cuando ella era pequeña junto a su madre.

Debería parar con eso, y la única solución era que soltara a Emilia y dejarla de ver, entonces la mejor opción era desenchufarla y dejarla de una vez morir.

Ese mes selo informe a su psicóloga y según ella, lo estaba asimilando Azul. Ella de apoco comenzó a hablar conmigo, y se amoldo a vivir con Mercedes aunque ni le dirigía la palabra.

Un día antes del peor día hable con los padres de Emilia, y ellos aunque sufrían el corazón se aliviaba porque no querían ver más a su hija así, en cambio Eugenia lloro todo el día sabiendo que tendría que dejar ir a su única hermana.

 

En día de la despedida- -en la cocina de la casa-

 

Mercedes: -suspira tocando su panza de tres meses- Ojala sea un varón.

Nicolás: Que sea sano es lo importante.

Azul: -ingresa a la cocina triste y toma el té-

Nicolás: Te compre tus galletitas preferidas hija.

Azul: Gracias papá.

Mercedes: ¿vas a ir a despedirte de tu mami no?

Azul: ¿Feliz no?

Mercedes: Ay chiquita.

Nicolás: Hija por favor, ya lo hablamos.

Azul: -bufa- Vamos papá rápido desayuna que quiero estar el más tiempo posible hoy con mi mama.

Nicolás: Si hija.

 

Desayunamos rápidamente y nos dirigimos a la clínica, allí estaban los padres de Emilia, destruidos, y solo me dijeron que se iban a encargar ellos del sepelio, que era lo único que iba a ser, lloraban pero también estaban aliviados, abrazaron a Azul, y decidieron irse.

Luego entro Eugenia, que era un mar de lágrimas, y después de un tiempo salió de allí y se apaño a Azul un ratito, mientras Azul se contenía y aun no se le había caído ni una lagrima.

 

Doctor: Bueno Nicolás, estamos a una hora es turno de ustedes.

Azul: Entra papi, entra que no lo haces hace mucho tiempo.

 

Lo que decía Azul era verdad, hace más de un año que no entraba a verla, solo venía a traer a azul o a pagar el manteniendo de los tratamientos de Emilia.

Entre allí, y la vi, tenía puesta una camiseta verde, y sus jeans blancos favoritos me acerque a ella y le toque el rostro.

 

Nicolás: -conteniéndome las lágrimas- ¿Por qué nos dejaste? Perdóname, por favor te pido que me perdones –comenzando a caerme algunas lágrimas- lo hice por nuestra hija que se crio ocho años sin una madre, yo quiero que ella encuentre una madre en Mercedes –apoye mi frente junto a la de ella- Te amo Emilia –leda un beso en la boca y la abraza un poco- Nos vemos en otra vida.

 

Me limpie mis lágrimas y salí de allí, y vi a Azul, y por un instante la vi tan igual a ella, y aunque mi corazón estaba destrozado sabía que al menos me quedaba conmigo lo mejor de ella que era nuestra hija azul.

 

Nicolás: Hija es tu momento.

Azul: -se levanta de la silla y camina hasta el cuarto-

Nicolás: -la sigo y al dejar la puerta un poco abierta me quedo escuchándola.

Azul: Mamita –se sienta en la cama y le tocaba cara- Espero nunca olvidar tu carita hermosa, tus ojos verdes que no recuerdo haberlos vistos, tus pestañas largas y tus pecas en el rostro. Desearía haberte tenido aún más tiempo para recordarte de otra manera, para escuchar tu voz, para recordar tus abrazos y tu sonrisa, pero me quedan muchos videos que espero algún día enseñarles a mis hijos cuando sea grande. Quiero ser abogada como vos,  y en vez de elegir derechos privados como papá elegir público como vos, dar esa tesis que intestaste dar y poner un estudio con tu nombre, espero que ahora aparezcas mis sueños y me abraces, espero que estés ahí cuando termine sexto grado y me egrese de la primaria, espero que estés ahí siempre y espero que desde allá arriba te muestren toda la ropa que te compre estando acá, te amo mama –comienza a llorar y se recuesta a su lado. Te amo mama, mucho -la abraza-, ahora vas a estar junto a mi hermanito. –llorando sin parar-

Nicolás: -entre con lágrimas en los ojos- Vamos mi amor, vamos. –Agarrando a Azul-

Azul: Mi mama, papa, mi mama –llorando-

Nicolás: -la abraza fuerte yéndose-

Azul: -saluda con la mano y mira a Emilia- Chau mamita –se tapa la carita llorando con sus manos-

Nicolás: -saliendo del cuarto miro como los doctores entran a la habitación y agarro la mano a Azul-

 

En ese momento mi alama estaba destruida pero la de mi hija estaba peor y eso me hacía pedazos, mientras caminaba por el pasillo de salida mi cabeza se llenaba de preguntas temía por lo que venía y tenía que evitar demostrárselo a mi hija.

Por ese instante, Azul gira su cabeza mirando hacia atrás y estaban sacando el cuerpo de Emilia con una camilla-

 

Azul: -soltándole la mano de Nicolás sale corriendo gritando-¡MAMAAAAAAAA! ¡MAMAAA!

Nicolás: -corrí detrás de ella-

Azul: -se tira sobre Emilia-

Nicolás: -mirando como los médicos lo miran en silencio-Hija vamos –intentando agarrarla- Hija por favor.

Azul: Mi Mamá, mi mamá.-sin querer despegarse-

Emilia: -mueve sus dedos-

Doctor: -mira a Emilia- Oh dios mío.

Nicolás: ¿Qué pasa doctor? –sacando a Azul de allí-

Doctor: Respirador ya por favor

Médicos: -volviendo a enchufara Emilia en el medio del pasillo-

Doctor: -sonríe- Esto es un milagro.

Emilia: -comenzando a abrir sus ojos de apoco-

Doctor: Emilia está despertando.

 

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Segunda parte.

Por Emilia.

 

Me desperté sin entender nada aun, me dolía el cuerpo y mucho la cabeza, todos los medicos me rodeaban y yo estaba como si estuviera anestesiada, estaba desconcertada, y nadie me hablaban , escuchaba como murmuraban pero no entendían bien que decían, después  de algunas horas logre salir de ese estado.

 

Emilia: . Doctor –tozo un poco-

Doctor: ¿Cómo se siente?

Emilia: Me duele el cuerpo,  -intentando acomodarme en la camilla de la habitación- y la cabeza –me toco un poco la cabeza- ¿Tuve un accidente?

Doctor: Si  ¿Usted se acuerda su nombre?

Emilia: Si soy Emilia.

Doctor: Muy bien ¿su edad?

Emilia: Voy a cumplir veinticuatro.

Doctor: -Suspira- ¿Familia?

Emilia: Tengo una niña,-sonrió-se llama Azul, mi marido y –miro mi panza- ¿Perdí a mi bebe?-llenándome los ojo lagrimas-

Doctor: -Mirando el historial clínica- Si Emilia.

Emilia: -comenzando a llorar- ¿Mi marido donde esta? Tiene que reconocer el cuerpito –sollozando.-

Doctor: Necesito que se tranquilice.

Psicólogo: Me presento Emilia, mi nombre es Eduardo, y necesito que usted se calme, yo vine a ayudarla soy Psicólogo.

Emilia: No recuerdo bien que sucedió, pero necesito saber si mi hija y mi marido estan bien –limpiándome el rostro-

Eduardo: (psicólogo) Ellos están muy bien, mientras usted se recupere van a estar mejor. –Pase por favor-

Eugenia: (hermana de Emilia) Hermana –la mira y se larga a llorar-Mi hermana –la abraza-

Emilia: -abrazándola- Estoy bien –la miro extraña- Porque estas tan… -acelerándome el corazón- ¿Doctor hace cuantos años que estoy acá?

 

Mi cabeza no lo podía asimilar, ¿Cómo podían haber pasado ocho años, cuando para mí solo fueron horas durmiendo? Llore por horas quería estar sola, me costaba creerlo que estaba sucediéndome, si esto era una broma no me estaría cayéndome bien, pero no lo era, tampoco era un mal sueño, estaba despierta en una gran pesadilla.

Le pedi a Eugenia que no quería saber nada de nadie, quería verlo con mis propios ojos, me trasladaron a otra clínica que era como una gran casa, donde comenzaron a actualizarme y hacerme entender que había pasado en el mundo externo sin mí.

Mi única razón al recuperarme era mi hija, aunque ahora me iba a encontrar con una niña terminando la primaria , donde me había perdido gran parte de su crecimiento, pero Nicolás aunque mi amor era tan fuerte sabia que algo estaba sucediendo, el no aparecía y mi hermana no era capaz de contarme nada, solo me contaba lo hermosa que era Azul aunque no había visto ninguna foto, era parte de mi tratamiento, no podía actualizarme de golpe porque podría hacerme mal y los médicos temían por ello.

No miraba televisión porque por supuesto era la gran noticia –“La mujer del exitoso abogado despertó del coma”

Un mes había sucedido, recién estaba comenzando a volver a caminar, hacia rehabilitación y aunque extrañaba horrores a mi familia sabía que era lo mejor para mí.

 

 

Una tarde.

 

Emilia: Eugenia creo que es momento de salir de acá.

Eugenia: ¿Segura Emilia?

Emilia: si, -suspiro- a enfrentar la realidad, necesito ver a mi niña.

Eugenia: No te imaginas lo que azul necesita verte, esa niña se desvivió por vos en la clínica.

Emilia: ¿Cómo es?

Eugenia: Es –sonríe- Hermosa, muy parecida a vos, en gestos, contestaciones, sigue su pelo bien rubio, los ojos celestes, pero es lo más humilde, en este tiempo que no estuviste, mamá no dejo de decirme que el alma tuya también estaba en esa niña. Emilia esa niña se desvivió por vos  no hubo semanas que no venia a visitarte, ella se encargo que te corten el pelo para dejártelo tal cual lo tuviste siempre, ella se encargo de peinarte cada tarde, de hablarte los problemas y contarte lo que hacia durante la semana, esa niña te cuido con locura.

Emilia: Mi tesoro. –Mirándola- ¿Podes avisarle al padre que el viernes voy a buscarla al colegio.

Eugenia: -sonríe- ¿me lo decís de enserio?

Emilia: Si, ya hable y mañana Martes me dan el alta. Voy a seguir viniendo a que me atiendan por estudios, pero el doctor ya me dijo que es momento de avanzar y afrontarme a la realidad.

 

Mis padres se encargaron de alquilarme un departamento para cuando me vaya de aquí, asi que guarde mis cosas, y me mude hasta allí, la verdad era que a mis padres los vi una sola vez en el tratamiento y por ahora solo mi meta era azul. Llegue allí y estaba todo amoblado, solo necesitaba acomodar mi ropa.

Eugenia me ayudo en todo, y me aviso que ya estaba avisado que iría a buscar a Azul al colegio, pero por supuesto ella no lo sabría, iba a ser una gran sorpresa.

Aquel viernes casi no dormí de lo ansiosa que estaba, no dejaba de imaginar como lucia actualmente, pero estaba tranquila que podría reconocerla aunque hayan pasado ocho años.

Ese viernes hice todo temprano y cerca de las doce salí de mi casa, fui en un taxi hasta allí, y aunque faltaba media hora en salir yo estaba ahí esperándola.

 

-Aquel mediodia-

 

Xxx: ¿Usted es la mama de azul?

Emilia: -la miro- Si, si.

Xxx: Soy la mama de Candela, no puedo creerlo.

Emilia: Un gusto.

Xxx: Perdon mi nombre es Luciana, su hija es la mejor amiga de mi hija.

Emilia: -Sonrio- un gusto entonces.

Luciana: Su niña si es un angel.

Emilia: Gracias.

Luciana ahí sale mi niña –se corre buscándola-

 

No dejaban de templarme hasta las manos, miraba a todos lados  no la veía, salían chicos y mas niños con uniformes y no podía distinguirla, hasta que escucho la voz mas dulce y hermosa que podía regalarme la vida.

 

Azul: ¡Mamaaaa! –corriendo comenzando a llorar- ¡Mamaaa!

 

Mi mundo se paralizo,la veía como corria hacia mi, y mi corazón se aceleró de alegría, mientras mas se acercaba en mi mente la veía crecer, esa niña me abrazo como nunca nadie en mi vida y yo no la queria soltar, tenia el mismo perfumito que recordaba de su cuerpo, y mis lagrimas se asomaban de felicidad, estaba junto a mi niña y lo demás no me importaba.

 

Azul: -sollozando Ma-ma –tartamudeando-

Emilia: Mi amor, tranquila hija,  tranquila.

Azul: Mamita

Emilia: -saco pañuelitos de la cartera y me agacho a su altura- Azul, hija tranquila.

Azul: Lo que soñé mami, lo que soñé con tenerte a mi lado.

Emilia: y no te voy a soltar nunca.

Azul: te amo mama.

Emilia: yo doy mi vida por vos.

 

Cuando azul se calmó me presento a todos sus compañeritos, esa niña radiaba de felicidad y verla así me llenaba por completo.

Le mostré mi departamento y su habitación, ella la iba a decorar a su gusto, pero la realidad que solo a esa niña le importaba estar conmigo.

 

Azul: ¿mama me puedo quedar?

Emilia: Obvio mi amor, esta es tu casa. –mientras comíamos-

Azul: La abuela me dijo que cocinabas rico, pero no tanto.

Emilia: Sonrió-Que bueno  te gustaron los ravioles.

Azul: Papa nunca me cocina, para eso está Natalia, la encargada de todo en casa.

Emilia: Esta comida era la preferida de tu padre cuando estábamos juntos.

Azul: ¿Lo extrañas?

Emilia: Un poco –le toco la carita- pero te tengo a vos. Es mas ¿hoy me acompañas a la peluquería? Alguien me dijo por ahí, que vos era mi asesora de imagen.

Azul: -se rie- Seguro la chusma de la tía.

Emilia: -me rio un poco-

Azul: Obvio, asi mantenes ese rubio gual que el mio.

 

Fuimos a pasear, la llene de regalos,  la llene de amor y esos abrazos que los años me los habían robado.

Luego volvimos al departamento y con su celular le aviso al padre que se quedaría a dormir conmigo. Cenamos juntas y luego se acostó conmigo a mirar una película pero enseguida se quedó dormida en mis brazos, la mire varios minutos mientras acariciaba su hermoso pelito, luego veo como su celular suena y lo miro era un mensaje de Nicolás que decía “Buenas noches mi amor, sos todo lo que tengo hija, te amamos” y no pude evitar ir a su galería y mirar sus fotos, y ahí fue donde miles de sensación pasaban en mi cabeza, la foto era de Nicolás junto a nuestra hija, estaba todo un hombre y mientras mas lo miraba lo amaba, volví para atas y llore unos minutos lo extrañaba pero algo me decía en el corazón de que yo ya no era parte de su vida.

A la mañana la desperté con un desayuno en la cama.

 

Emilia: Mi amor arriba.

Azul: Quiero dormir –la mira y luego sonríe- Mama-la abraza-

Emilia: -sonrió-¿Qué mi amor?

Azul: Todavía no caigo que te tengo.

Emilia: Voy a estar siempre –le toco el rostro- Desayunemos porque después vamos a lo de la abuela.

Azul: Bueno.

 

Desayunamos y luego nos dirigimos a la casa de mis padres ellos sabían que iba a ir pero no con Azul, apenas me vieron lloraban de felicidad, todo volvía ser como antes pero sin la compañía de mi único amor. Vi algunos videos de los cumpleaños de azul que me había perdido, vi fotos y luego llego mi hermana para completar la felicidad.

Al terminar la tarde lleve a Azul a la casa de Nicolás, me quede en la puerta mirando como entraba y me llenaba de angustia dejarla, pero más me angustiaba que yo no entre a esa casa abrazar y besar a Nicolás.

Lo vi tan fe lejos abriéndola puerta de espalda y arranque con el auto de mis padres y a dos cuadras pare a llorar apoyando mis manos en el volante, vivir sin el era una tortura.

 

Por Nicolás

 

Nicolás: ¿Cómo la pasaste?

Azul: El mejor día de mi vida.

Nicolás: -La abraza de costado- ¿Qué hicieron con mama?

Azul: Un montón de cosas, y cocino los mejores ravioles del mundo.

Nicolás: -suspira-

Azul: Me conto que eran tus favoritos.

Nicolás: Así lo eran mi amor.

 

Suspire y seguí mi rutina mientras Mercedes me contaba de que le habían dicho de que íbamos a tener un varón.

Tuve que pedir el divorcio aunque mi corazón por dentro se destrozara pero sabía que era lo mejor, deberíamos hacer una división de bienes que Emilia lo iba a necesitar.

El tiempo había comenzado a pasar y aun seguíamos sin vernos físicamente, me había enterado que Emilia iba a dar su tesis para finalmente recibirse de abogada todo lo que me enteraba era por Azul.

 

Por Emilia

 

Me había despertado y me llego una carta y decía la petición de Divorcio, mi  alma destrozaba finalmente ese mismo dia daba mi tesis que había recuperado todo gracias a que Azul tenia todo guardado, podía ser el día más feliz de mi vida, pero no lo era ya mi dia había comenzado con una petición de divorcio, y esto me confirmaba que Nicolás ya se había olvidado de mi hace años y tenia otra familia aunque Azul no me lo contara.

Desayune y mi padre me llevo a la facultad de derecho a rendir mi examen final, estuve varios minutos que eran eternos esperando y salieron a felicitarme.

 

 

Profesor: Felicitaciones Doctora

Emilia:-sonriendo emocionada- Gracias

 

Salí llorando todo lo que había soñado se había cumplido, ahí estaba mi familia y mi hija tirándome papelitos, con cartelitos, era muy feliz y veía a mis viejos compañeros de la facultad festejando conmigo.

Cenamos todos juntos de celebración y luego solo quedo Azul que nos habíamos acostado temprano.

Al siguiente día salimos de paseo y finalmente la lleve para su casa que Nicolás la estaria esperando.

 

Emilia: -bajo del auto y la abrazo-  Cuídate mi amor cualquier cosa ahora tener mi teléfono –tocándole el rostro.

Azul: Si mama –la abraza-

 

Me abraza y de lejos vi que alguien se acercaba de apoco pero seguí abrazándola hasta que el perfume que revolvía muchos recuerdos se asomaba.

 

Nicolás: Felicitaciones Doctora.

Emilia: -levanto mi mirada con el corazón acelerado-

Nicolás: Es para vos –le da un ramo de rosas-

Azul: -azul sonríe mirándolos-

Emilia: Nicolás-casi sin podes hablar- Gracias –comenzando a caerme algunas lagrimas-

Nicolás: -se acerca y la abraza de costado- Tranquila.

Emilia: -dejo de abrazarlo y me quito las lagrimas- Bueno mi amor después hablamos y gracias.

Nicolás: Me alegra verte bien.

Mercedes: -sale de la casa y grita desde la puerta- Nicolás.

 

La mire y salude rápido saliendo casi corriendo de allí, luego pare unos segundos y me senté en unos de los banquitos de la plaza que estaba cerca, llore, llore como una niña, mi corazón se partía, su ex novia ahora era su nueva mujer, y estaba embarazada, ella tenia lo que a mi me había quitado la vida, un hijo y a Nicolás.

Llore tanto que mi corazón se partia cada vez mas. Llegue a mi departamento y sentía que no tenia ganas de vivir y termino de partirse al recordar que ella había sido causante de mi accidente.

Tercera Parte (Ultima)

Una persona cuando se siente triste es capaz de todo, sin darse cuenta, no piensa, se ceba en el problema sin buscar soluciones, pero entiendan en ese momento mi vida era un caos que ya no había manera de controlarlo.

Llore toda aquella noche, mi celular sonó varias veces pero no fui capaz de atender, me senté en mi sofá y tome mis botellas de vino toda aquella noche, por la madrugada comencé a revisar los cajones y encontré toda mi medicación, de mi tratamiento, muchas que ya había dejado de tomar, así que decidí sin pensar en nadie y siendo egoísta con los demás acabar con mi vida.

En ese momento mi pensamiento era que ellos ya se habían acostumbrado a vivir sin mi , y al desaparecer  les iba a sacarles un problema de encima.

Tome mis pastillas con alcohol, y busque mi celular, las llamadas eran de Nicolás y sin saber que ya estaba haciendo con mi vida decidí llamarlo.

 

-Conversación telefónica-

Nicolás: ¿Emilia? –un poco dormido- Son las cuatro de la mañana ¿qué paso?

Emilia: ¿La amas? –llorando-

Nicolás: ¿Emilia estas bien? –Saliendo de su habitación-

Emilia: Te hice una pregunta Nicolás.

Nicolás: Es difícil Emilia.

Emilia: Respóndeme Nicolás.

Nicolás: Vamos a tener un hijo.

Emilia: -sollozando-

Nicolás: -preocupándose- ¿A qué se debe esta pregunta?

Emilia: Lo único que te pido es que cuides de lo mas hermoso que me diste en la vida, te lo pido por favor.

Nicolás: Emilia, ¡ey Emilia!

Emilia: -corto-

-Fin de la conversación telefónica-

 

Termine de tomar mis pastillas y luego ya no lo recuerdo, sé que mis piernas me temblaban, se que mi vista se nublo y luego recuerdo golpes en la puerta.

 

(Por Nicolás)

Mi corazón lo sabía, nunca le respondí la respuesta a Emilia, pero mi único gran amor era ella, apenas me corto corrí a su departamento, sabía que no estaba bien, y tenía miedo por lo que ella pudiera a llegar a hacer.

Golpee la puerta del edificio por lo cual había ingresado porque Azul tenía unas llaves de la puerta de ingreso, golpee hasta que decidí patear la puerta y logre abrirla.

La peor imagen estaba enfrente de mí, Emilia estaba en el suelo inconsciente y algunas botellas de vino en la mesa, un vecino al escuchar los ruidos se acercó y le pedí ayuda ,llamo a la ambulancia mientras intentaba que reaccione Emilia, yo me había sentado en el piso y intentaba sentarla sobre mí ,pero ella no respondía.

La ambulancia tardó unos diez minutos en llegar y nos fuimos a la clínica donde ella estuvo internada y lograrla intervenirla, le hicieron un lavaje de estómago y por lo que me decía el medico es que había llego a tiempo, que unos minutos más y la perdía por completo.

Decidí llamar a mi madre, y le dije que por favor cuidara de Azul este fin de semana, le conté por encima sobre lo que había sucedido, pero que Azul no se entere sobre nada.

Le dije a Mercedes que tuve que hacer un viaje repentino y que regresaba el lunes, pero en realidad estaba en la clínica cuidando de Emilia.

 

(Por Emilia)

 

Emilia: -despertándome veo a Nicolás me pongo de espalda y comienzo a llorar-

Nicolás: -suspira tristemente-

Doctora: -entra la habitación- Señor Nicolás, los estudios dieron bien, así que en una hora tiene el alta, recuerde de que ella va a tener que estar con un acompañamiento-

Nicolás: Si, quédate tranquila.

Doctora:-se va-

 

(Por Nicolás)

Suspire unos segundos, esperamos un rato y a Emilia le dieron el alta, no me dirigió una palabra y fuimos hasta el auto, subió en silencio.

Llegamos a su departamento, le prepare algo para comer y ella se fue a recostarse un poco.

Todo seguía igual, ella sin hablarme, sin probar un bocado de lo que le había cocinado, todo seguía igual.

 

Nicolás: ¿No vas a hablar?

Emilia: -lo mira-

Nicolás: Emilia ¡te ibas a quitar la vida!-levantando la voz-

Emilia: ¿Y que queres que haga Nicolás? ¿Qué queres que haga? Decime Nicolás.

Nicolás: Nuestra hija Emilia, nuestra hija ¿acaso no te importa? Se que es difícil despertarte y ver que tu vida cambio, pero para tu hija nunca cambio nada, ella se crio yendo a la clínica viendo de imagen materna a una mujer postrada en una camilla, ella te amo así, y soñó a diario con tenerte a su lado, le pedía a los ángeles, lo pedía de regalo de papa Noel que su madre despierte, ella no quería ir a los viajes conmigo ¡Porque su madre iba a quedar sola! Y sé que cada deseo de cumpleaños fue que vos estes ahí con ella –comenzando a caerles algunas lágrimas- Vos sos egoísta, vos solo pensas en vos, y nunca pensaste en ella, en la que te amo sin importar nada y te cuido más que nadie en este mundo.

Emilia: -llorando- ¿y vos? –levantándome de la cama acercándome a el-

Nicolás: ¿yo? –señalándome- te extrañaba, te lloraba, fue duro, yo había comprado un ramo de rosas –cayéndole una lagrimas tras otra- y hecho una fiesta en casa, te iba a recibir de abogada, finalmente el amor de mi vida se iba a recibir ,pero me encontré en la peor situación del mundo, vos habías tenido el accidente, tuve que reconocer al bebe, era un niño.

Emilia: -apoya sus manos sobre la pared llorando-

Nicolás: No quería decírtelo, pero me obligaste, todo lo que habíamos soñado se había hecho pedazos, me había quedado solo con una niña de casi 3 años. Emilia yo sé que todo esto es doloroso, pero pasaron ocho años sin vos, tuve que hacerlo, por ella siempre fue por Azul todo en mi vida.

Emilia: Suena tan fácil lo que decís, pero para mí no lo es, Nicolás, para mi no pasaron ocho años, aunque vea a mi niña con once años, para mí fue ayer que no enterábamos que volvería a ser madre, -quebrándome-  No puedo soltarte, sos el amor de mi vida Nicolás, no puedo más, te juro que no puedo más -sentándose en la cama-

 

Me acerque a ella y la abrace fuerte, lloramos juntos por unos minutos hasta que logre calmarla, le prometí que iba a quedarme con ella esa noche, a cuidarla y así fue nos acostamos en su cama de dos plazas, la acaricie y se quedó dormida entre mis brazos.

La mire toda la noche, no podía dejar de hacerlo, sabía que iba a ser la última vez que la iba a tener entre mis brazos, ella era el amor de mi vida pero en este momento no podía dejar a Mercedes. Emilia iba ser mi único amor siempre, pero tenía que soltarla de una vez por todas.

Aquella mañana desayunamos juntos y hablamos de Azul, ella era la única persona que iba a quedar de unión entre nosotros.

Decidimos ir a buscarla juntos al colegio, hable con mi madre que la estaba cuidando y había sido la mejor decisión , de una vez por todas teníamos que pensar en la felicidad de nuestra hija.

Azul: -los mira y sale corriendo con una gran sonrisa- ¡Papas! –los abraza emocionada-

Nicolás: -la alza-

Emilia: -sonriendo le acomódala pollera del uniforme-

Azul: -se ríe-¡Papa estoy grande!

Nicolás: -la baja-¿Así que estas grande?

Azul: Mentira papito, siempre voy a hacer tu princesa.

Emilia: ¡Nicolás! –retándolo-

Azul: -abraza de costado a Emilia-

Nicolás: ¿vamos a comer?

Emilia: Así es.

Azul: ¿juntos? –mirándolos-

Nicolás: Si mi amor, juntos.

Azul: -sonríe aún más- vamos entonces –le agarra la mano a Nicolás y luego a Emilia mientras saludaba a sus compañeritos del colegio-

 

(Por Emilia)

Esa niña radiaba de felicidad, comimos juntos, nos sacamos fotos como si no hubiese pasado nada de lo que sucedió, nos reíamos con los chistes de Nicolás, según mi hija se había olvidado de que el padre era tan gracioso.

Luego nos fuimos al cine, vimos una película elegida por nuestra hija, y mientras más tiempo pasaba me daba cuenta que tan parecida era mi hija a mi, con los mismos justos y los mismos gestos.

Finalmente fuimos a cenar al lugar favorito de ella de comidas chatarras.

 

Nicolás: ¿Cuál hamburguesa quieren?

Emilia y Azul: -las dos diciendo a la vez- Cualquiera sin huevo-

Nicolás: Tal para cual –se rie-

Emilia: Así que no te gusta el huevo.

Azul: Un pequeño detalle. –sonriendo-

Emilia:-me rio un poco-

 

Terminamos de cenar y Azul se quedó conmigo y Nicolás se fue, se fue con su otra familia y aunque doliera me había dado cuenta de que no importaba, Nicolás tenía mucha razón y la realidad que mi única razón ahora sería Azul de vivir.

El tiempo comenzó a transcurrir, y comencé a trabajar de abogada, en nuestro país había sucedido un caso muy importante, que por supuesto iba a contratar a Nicolás, pero el decidió pasarme el caso a mí y ese caso hizo que todo mi trabajo sea conocido, de golpe comencé a trabajar  y a luchar contra los derechos de la mujer y las famosas me comenzaban a contratar.

Pero algo sucedió, sabía que Nicolás en cualquier momento iba a ser padre y de golpe apareció un video el de mi accidente, y ahí se desbordo todo.

El mundo estaba expectante de ese video y todo indicaba que el auto era un antiguo auto de Mercedes, yo lo sabía, pero no quería arruinarle la vida a Nicolás una vez más.

El día de análisis, después de tantos estudios, pudieron ver la que manejaba si era Mercedes y ahí comenzó todo.

 

Nicolás: -saliendo de tribunales ve a Emilia salir-¡Emilia! –dice fuerte!

Emilia: -con mis cartetas en manos me acerco- ¿Qué pasa?

Nicolás: Decime la verdad por favor.

Emilia: Habla con mi abogado.

Nicolás:-la agarra del brazo- Emilia por favor.

Emilia: Nicolás –suspiro- No lo sé, no lo recuerdo –mintiéndole- Mercedes siempre me odio, pero no quiero juzgarla por algo que no, no me corresponde

Nicolás: Estoy a pocos días de ser padre, ya lo sé –mirándola-  no te interesa a vos ,pero no arruines lo poco que tengo.

Emilia: ¿Querías hablarme para que sigas haciendo feliz? ¿Para refregarme tu felicidad en mi cara? Bueno listo, lo hiciste ¿puede irme entonces?

 

Mi mundo se desbordaba, y seguramente el de Nicolás aún más.

Discutimos en pleno tribunales y el día del certamen se acercaba, por la situación como estaba Azul estaba en la casa de los padres de Nicolás o en los míos.

Llego el día del certamen, llego el día que podría cambiarlo todo, fue bastante largo, y la última cámara de grabación se veía clara la cara de Mercedes, fue duro, no podía dejar de mirar a Nicolás, él estaba vacío, triste y con la cabeza baja, sabía que estaba teniendo una relación con la que arruino su antigua familia, la mama de su hija, y a la que alguna vez la llamo como el amor de su vida.

 

Juez: La Señora Mercedes Dolores Ibarra por daños y perjuicios contra María Emilia Attias  dejándola 8 años en coma será juzgada a 15 años de prisión, y cuando él bebe nazca la tutélala tendrá el padre en lo absoluto.

Nicolás: -Con la mirada baja-

 

Mercedes:-grita- ¡No es tu hijo!

Emilia: -sorprendida-

Policía: -intentando llevar a Mercedes-

Mercedes: ¡Te tenías que haber muerto hija de puta! –gritaba con furia mirando a Emilia-

 

En se momento fue el más tenso de mi vida, les estaban poniendo las esposas a Mercedes y con velocidad le sacó el arma al policía y me apunto.

La gente se agacho y sentí un ruido horrible, ella había disparado contra mí, pero Nicolás se puso en el medio y el disparo fue contra él.

 

Emilia: ¡Nicolasssss!-grite sosteniéndole-Por favor Nicolás mírame –mientras lo sostenía, a Mercedes lograron sacarle el arma deteniéndola y levándosela-

Nicolás: Cuida a nuestra hija.

Emilia: -comenzando a llorar-No digas eso –le tocaba el rostro- ya va a venir la ambulancia.

Nicolás: Vos fuiste mi único gran amor, te amo.

Emilia: -sollozando-  ¡Por favor, apuren que está perdiendo mucha sangre! –Lo vuelvo a mirar-Quédate tranquilo mi amor ya viene.

 

La ambulancia llego y lo acompañe, no iba a dejarlo nunca.

Lo operaron, la bala fue al pecho y solo rogaba a dios de que el salga de esta, todo lo que había sucedido había sido la sentencia mostrado en los canales, todo era una locura y el único que rogaba era que Nicolás salga de esta.

Aquel día no dormí, vino su familia, luego la mía a contenerme un poco y a pasar este mal momento.

Nuestra hija se quedó con mi hermana Eugenia, ella estaba al tanto de todo por supuesto si no se lo contaban iba a encender la televisión y lo iba a ver.

 

Cirujano: -acercándose- Todo salió bien, la bala no toco los pulmones, ahora vamos a esperar de que el despierte y evolucione bien.

Emilia: -suspiro con tranquilidad- Gracias a dios.

Martha: (Madre de Nicolás) –la abraza- Tranquila todo salió bien, mi hijo está bien.

 

Me quede en la habitación donde se encontraba Nicolás cuidándolo toda la noche, hasta que me quede dormida en el sillón individual.

 

Nicolás:-despertándose la mira- Shh.. Emilia.

Emilia: -despertándome sonrió un poquito- Despertaste-

Nicolás: Veni –señalándolo la cama-

Emilia: -me acerco y me siento al lado de el- ¿Cómo te sentís?

Nicolás: con vos al lado en las nubes.

Emilia: -me rio un poco- No seas tarado –enrojándome-

Doctor: -ingresa- Veo que hay buena compañía.

Nicolás: No queda otra.

Emilia: Eu!

Nicolás:-se ríe un poco-

Doctor: Vine a ver como evoluciono, pero veo que muy bien, así que le voy a cambiar el suero y si mañana sale todo bien en dos días maso menos ya a tener el alta.

Emilia: Buenísimo.

Doctor: -cambia el suero y se va-

Emilia: ¿Así que soy una mala compañía? ¿Es lo que hay?

Nicolás: Me encanta hacerte enojar.

Emilia: Siempre igual.

Nicolás: Veni un segundo.

Emilia: -acercándome- ¿Qué paso?

Nicolás: Creo que cuando me anestesiaron me lastimaron la boca.

Emilia: ¿Cómo la boca?

Nicolás: Si mira, acércate.

 

No termine de acercarme que Nicolás me beso, una vez más me engañaba, lo hizo como lo hacía antes, me beso y me desequilibro cómo persona, no pude resistirme, sus besos eran la gloria y no iba a desperdiciar esa oportunidad, tenía mucha hambre , pero esa hambre tenia nombre y apellido era Nicolás, eran sus besos.

 

Emilia: Nicolás –casi llorando entre besos- Nicolás.

Nicolás: -Deja de besarla- ¿Qué pasa? –Tocándole la cara-

Emilia: No puedo, -me levanto y salgo de la habitación-

 

Estaba con el corazón destrozado, como toda mujer enamorada, podía caer en sus brazos, era débil junto a él.

Camine por los pasillos de esa clínica varios minutos, me sentía mal, Nicolás me besaba y mi cabeza solo explotaban pensamientos de que ahora el se acercaba a mí porque por supuesto Mercedes ya no era parte de su vida.

Después de varios minutos, ya eran las primeras horas de la mañana decidí volver a entrar a la habitación.

 

Emilia: -mire a Nicolás- Acá no sucedió nada.

Nicolás: ¿Seguís ofendida?

Emilia: Ya, esta no me lo hagas recordar.

Nicolás: Deja le digo a mi madre que cuide de mi esta semana después de alta.

Emilia: No, se lo prometí a nuestra hija, voy a quedarme yo.

 

Pasaron algunos minutos lo ayude a que desayune, porque aunque la bala fue en el pecho, le costaba mucho movilizarse por sí solo.

Horas más tarde llegó la hora de visita y nuestra hija vino.

 

Azul: Mama! –la abraza- Papito  –lo abraza a Nicolás-

Emilia: Cuidado hija.

Azul: -la mira-Si mama, quédate tranquila no voy a lastimarlo.

Emilia: Bueno los dejo solos.

Azul: Quédate, por favor.

Emilia: Esta bien mi amor.

 

Me quede con mi hija y compartimos un momento los tres juntos, luego los deje solos.

Dos días después a Nicolás le dieron el alta y al salir todos los medios televisivos se encontraban en la puerta de la clínica, no hablamos por demás solo dijimos que Nicolás ya estaba bien.

El tiempo comenzó a transcurrir, unos nueve meses, en ese tiempo se le hizo un ADN al hijo de Mercedes y dio negativo, Nicolás solo era padre de una sola y esa era mi hija.

Nos cruzábamos en tribunales y al tiempo me ofreció si quería ser parte de su empresa de abogados, acepte y comenzamos a trabajar juntos, de vernos poco al vernos todos los días cruzándonos en oficina o en la hora de comer.

 

(En la oficina)

 

Nicolás: -entrando a la oficina de Emilia- Emilia, ya todos se fueron es tarde.

Emilia: -sentada apoyando mis brazos en el escritorio- Lose, quiero terminar con este caso de una vez por todas, aprovecho que Azul se fue con tus padres y se queda a dormir allá.

Nicolás: Entonces pido una pizza y aprovecho terminar.

Emilia: Anda a descansar.

Nicolás:-mirándola-Pido una pizza.

Emilia: Bueno, gracias –sonrió un poquito-

 

Nicolás pidió una pizza, comimos juntos, tomamos unas cervezas que el compro y dejamos de trabajar porque comenzamos a hablar de la vida durante este tiempo lo que sucedió.

 

Nicolás: Hay un posible comprador de la casa, creo que es momento, estuve mirando algunos departamentos para vivir con Azul.

Emilia: ¿Estás seguro?

Nicolás: Si Emilia te corresponde el 50% de la casa.

Emilia: Lo se Nicolás pero en el fondo no quiero que se venda, pero tenemos que soltar, no podemos vivir de los recuerdos, creo que –miro la hora en el celular-Hora de irnos, son las 2 de la mañana. –Comenzando a guardar todo- ¿vamos? –levantándome-

Nicolás: Vamos. –se van hasta la puerta y Nicolás sostiene la puerta no dejándola pasar-

Emilia: ¿Qué pasa? –levanto una ceja mirándolo-

Nicolás: Durante estos nueve meses, pensé mucho y Emilia no puedo vivir sin vos.

Emilia: -suspiro bajando mi mirada-

Nicolás: Soñamos con esto, tener una empresa, trabajar juntos, pero todo eso que soñamos lo soñamos juntos, y acá hay algo que no sucede, trabajamos juntos, lo hacemos todo juntos pero estamos separados.

Emilia: -lo vuelvo a mirar-

Nicolás: Me muero de ganas por besarte, por estar con vos. Durante este tiempo no eh dejado de soñarte, dé mirarte, observarte y seguís siendo la misma, ayudando a los demás retrasando tu trabajo por ellos, contando tus chistes malos a los empleados para dejar de que están tan tensionados por el trabajo

Emilia: -me rio un poquito-

Nicolás: De tus tropiezos por intentar hacer las cosas rápido, no puedo olvidarte, Tengo una niña de casi doce años en casa que es un clon tuyo pequeño, hace berrinches cuando las cosas no le salen como ella quiere, es tan impulsiva como su madre, canta en la ducha sin importarle nada, pero lo más importante es tan buena, humilde, y hermosa como vos.

 

Termino de hablar y lo bese, lo bese como si no hubiera un mañana, mi sistema nervioso parecía estar en llamas.

 

Emilia: -sonrió y le doy algunos besos cortos mirándolo- Quiero volver a ser completamente tuya.

Nicolás: -Sonríe un poco- ¿Segura?

Emilia: -asistí con la cabeza mirándolo

Nicolás me puse de espalda y me beso el cuello mientras cerraba mis ojos disfrutando el momento. Comenzó a desabrocharme cada botón de la camisa que llevaba puesta, me desato mi cabello y me dio vuelta nuevamente pero esta vez mirándolo, me volvió a besar el cuello bajando de apoco mientras mis brazos estaba tocándole el cabello a Nicolás.

Luego metí mis manos por debajo de su camisa, desabroche su camisa como pude , le saque su corbata, y  luego fui yo la que paso por su cuello besándolo.

Nos besamos y el cómo pudo me alzo sobre su cintura y se sentó en sofá grande de la oficina quedando encima de él.

El se saca sus zapatos de vestir y yo mis tacos altos.

Mis hormonas ya estaban revolucionadas, le saque el cinturón rápidamente.

Nicolás se ríe un poco y se acomoda sobre el sillón quedando los dos acostados, y yo debajo de él. Se saca su pantalón de vestir, luego me vuelve a besar, y comienza a bajar besando mi cuerpo, me saca mi corpiño, luego baja a mi pansa, desabrocha los tres botones de mi jean, sigue besando mi panza mientras yo disfrutaba el momento, baja un poco más sacándome de apoco el jean, besa mi ropa interior provocándome un gemido,  sigue bajando, besa mis piernas y termina de sacarme el jeans.

Volvió hacia mi besándome, lo mire y le dije que lo amaba le toque el rostro y luego con mis manos como podía le saque su bóxer y el saca mi ropa interior.

Mi miro una vez más, me dijo Te amo y comenzó a hacerme el amor, mientras lo disfrutaba con mis manos le agarraba la espalda clavándole mis uñas y besando su hombro.

Estuvimos un largo rato juntos, y cuando terminamos Nicolás busco unas cortinas y con eso nos tapamos y nos mimamos. Minutos después nos quedamos dormidos y como ya era domingo la oficina se mantenía cerrada.

 

Nicolás: Mi amor –despertándola- Mi amor.

Emilia:-despertándome lo miro- ¿Qué pasa?

Nicolás: Vamos a desayunar a una cafetería.

Emilia: Bueno.

Nicolás: -se acerca y la besa-Ahora si puedo empezar mi día

Emilia:-Sonrió un poquito- Bueno me voy a vestir entonces.

 

Nos cambiamos y  fuimos a la cafetería de la mano, desayunamos a sonrisas y a mimos como dos enamorados. Luego hablamos de la casa, y decidimos comenzar de cero, y aceptar al comprador. Más tarde nos dirigimos a la casa que era nuestra y comimos juntos esperando a Azul.

 

Azul: ¡Llegue! –grita y se dirige a la cocina- Pa!  –los mira raro- ¡Mamita!-la abraza y le da un beso- ¿Qué hacían juntos?

Emilia: La casa se va a vender, entonces estamos viendo cómo hacer toda la mudanza.

Azul: -bufa- ¿Dónde vamos a vivir entonces Papa? –mirandolo-

Nicolás: Con tu Madre.

Azul: -los vuelve a mirar extraña- ¿De qué me perdí?

Nicolás: ¿Qué es lo que siempre soñaste?

Azul: Que volvamos a vivir los tres juntos, pero bueno no de esa manera.

Nicolás:-mira a Emilia acercándose-

Emilia: -me rio un poco- No Nicolás por favor.

Azul: ¿Qué vas a hacer papa?

Nicolás: Una vez me dijiste que te gustaría alguna vez un beso junto a tu madre, y creo que ese sueño se está por cumplir.

Azul:-mirándolo-

Emilia: -mirando a Nicolás-

Nicolás: -se acerca y le da un beso corto a Emilia-

Azul: -los mira y luego se tapa la cara-

Emilia: Venga mi bebe con Mama.

Azul: -se sienta encima de Emilia y se pone a llorar-

Emilia: ¿Mi amor porque lloras? –miro a Nicolás mientras le acaricio la espalda a Azul.

Azul: Voy a tener una familia -mira a Emilia y le toca la cara- Pensé que nunca iba a suceder-

Emilia: Bueno ahora vamos a ir a ver algunas casas mañana con papa y vas a elegir la que a vos más te guste.

Azul: ¿De enserio?

Emilia: Si mi amor.

 

Aquella noche fue la última que dormimos en esa casa, luego se mudaron conmigo hasta conseguir la casa nueva. No duro mucho tiempo, la casa se vendió y conseguimos una casa perfecta para los tres.

La familia se enteró que estábamos juntos y ellos estaban muy contentos sabían que a la larga y a la corta mi vida iba a terminar en los brazos de Nicolás nuevamente.

Azul cumplió sus doce años y lo festejamos juntos, de golpe empezamos a hacer nuevamente el matrimonio de abogados más involucrados en los casos del país.

 

Una tarde.

Emilia: ¿Entramos juntas?

Azul: Si mami.

Doctor: Como anda. Bueno Emilia ya sabemos el resultados de sus estudios, porque bueno sabía que se sentía mal y eso por su situación del coma tenemos que estar alarmantes, pero bueno creemos que es un milagro porque no lo esperábamos.

Emilia: ¿Qué pasa doctor?

Doctor: Está embarazada señora de tres meses y medio.

Azul: ¿Voy a tener un hermano? –sonriendo-

Doctor: Así es, la verdad que por su estado era algo descartable de que fuera un embarazo, pero lo era, felicitaciones

 

Salí en shock por un instante, y Azul no paraba de saltar de felicidad, radiaba de felicidad, una vez más llevaba un hijo de Nicolás en mi vientre.

Lo obtuve en silencio hasta esperar el cumpleaños de Nicolás.

 

Azul: ¡Papa arriba feliz cumpleaños! –lo abraza tirándose encima de el en la cama-

Nico: -despertándose- Gracias mi amor.

Emilia: -traje una pequeña torta y le cantamos el feliz cumpleaños- Feliz cumpleaños mi amor –le di un beso-

Azul: Te traje tu regalo –le entrega un sobre-

Nicolás: No se hubieran gastado.

Azul: No es nada, dale abrilo papa!

Nicolás: Bueno hija .abre el sobre y estala ecografía- Mi vida, cuando recién nos enteramos de tu llegada –mira a Emilia-

Emilia: -emocionada lo miraba-

Nicolás: ¿Qué pasa? –sin entender-

Azul: No papa, es la ecografía de mi hermanito.

Nicolás: ¿Qué?  ¿Qué? ¿Qué? –Sonríe- ¿Decime que esto no es un joda Emilia-

Emilia: -Muevo mi cabeza negándole, y le limpio mis lágrimas- Vamos a tener otro bebe.

Nicolás: -se emociona y abraza a Azul-

Emilia: Los doctores no lo pueden creer eran muy bajas las posibilidades de que suceda, y sucedió.

Nicolás: me haces feliz, te amo –le da un beso y la abraza unto a Azul-

 

Un mes luego nos dijeron que íbamos a tener un varón y Nicolás no dejaba de decirme que la vida le estaba dándola oportunidad a el hijo que no pudo nacer.

Azul radiaba de felicidad, iba a tener un hermano, y tenía a su familia junta como ella lo deseo.

Mi vida junto a Nicolás siempre tuvo dos caminos, pero los dos terminaban en él, la vida me había puesto en prueba, entre el cielo y la tierra, pero a pesar de las pruebas, había algo que siempre estaba predestinado, era Nicolás.

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Comentarios: 3
  • #3

    La dueña del blog. (martes, 02 junio 2020 21:27)

    Gracias guarda tu fe, sabes que hay algunas de las historias en wattpad actualizadas, que puedes encontrarme como MilyEmilistica

  • #2

    Guarda tu fe❤ (martes, 02 junio 2020 21:23)

    Wouuuuu increíble � la leí más de 10 veces y sigo llorando

  • #1

    vayamoslejosmiamor � (domingo, 01 julio 2018 13:40)

    Llorando me hayo ni te voy a mentir :( ya la había leído pero cada vez que la vuelvo a leer me caen las lágrimas porque el principio es tan duro...pero llega el final y lpm piel de gallina cuando empieza a reaccionar!!!