Mi Depresión

 

-Para que vivir, para qué? Todo se desbordaba del vaso en mi vida, todo era una mierda. Mis lagrimas caían mis manos sangraban ¿Por qué vivir? Nunca lo entendí. No me sentía bien para poder decir que vivir era lo mejor en ese momento, mi vida era un caos, amigos, gente todo, todos me odiaban, o era lo que yo creía, mi vida comenzó a cambiar ¿Y mi sonrisa Dónde estaba? No la encontraba, vivía en un mundo  donde no tenía explicaciones.

Mi depresión llego sin pedir permiso o sin preguntarme, no era que mis padres me maltrataban, ni por aquella razón sentía la explicación de sentirme así.

Yo no era así, la misma gente me cambio, ¿y el amor? No existía, nada de eso existía, en más, el amor… Había perdido la razón que era esa palabra.

Mi vida era, colegio, casa, colegio, casa. No había otro lugar que no sea allí, me había involucrado tanto en mi depresión que no había caso.

Nunca entendí porque razón había llegado, pero les juro que no era así, vivía a pleno la vida, sonreía tenía amigos, y muchos, ¿Qué paso con ellos? Me abandonaron, esa fue mi excusa perfecta y mi mente la aceptaba y la imaginaba así, era tanto mi desesperación mi orgullo, mi propio idealismo, que me lo creía así, abandonarme esa era la excusa perfecta para mí.

Me la pasaba horas y horas mirando imágenes depresivas, que comencé a hacer lo mismo yo, cortarme era lo primero que había aprendido, con cualquier cosa que se le pueda ocurrir. Jamás podre olvidad a ese cable USB del celular a la computadora con aquella cosa me corte, si con eso, era increíble  cómo podía lograr ver toda pequeña cosa para cortarme. Era un vicio, el dolor ya ni lo sentía, nunca llegue a cortarme tan profundo solo quería ver como mi muñeca se ponía roja y a los segundos comenzaban a salir sangre, y ese ardor que me hacía sentir viva, que me decía que estaba viva.

Pedía ayuda a gritos, pero nadie me escuchaba. Intentaba dar señales pero cuando la gente se daba cuenta me hacia la fuerte, sonreía ponías frases positivas en facebook o cualquier otro tipo de red social, que ni siquiera yo las creía. Veía como “Mis amigas” me miraban cada re creo, cada día con su mirada triste, no creo que sea más triste que la mía, claro que no. Pero sabía que en el fondo ellas sabían que yo estaba mal.

Hasta que me atreva lo confesé a una “amiga” gracias a dios no era del colegio, que me dijo, lo peor,” eso está mal se lo diré a tu madre” ¿Por qué? ¿No eras mi amiga? ¿No me dijiste que no se lo ibas a decir a nadie? Mentirosaaaaaaa!!! , Tuve la suerte que mi madre me creyó, yo le dije están diciendo cosas de mí, ella mi dulce, madre me creyó, era una perfecta manipuladora y mentirosa que nadie podría sospechar que sea tan así, ¿y mis marcas? Existían las pulseras, usaba muchas, pero muchas, admito que me ardía cuando me tocaban la herida, pero el invierno y la ropa de invierno era la salvación, tenía miedo de que llegue el verano y vean mis marcas, sabría que ya no podría hacer nada allí, mis padres se preocuparían y mi vida se destruye para siempre.

Así era mi vida, un caos, lagrimas cada noche, miraba al techo y quería encontrar la explicación de porque caí tan así, ¿Por qué mis amigas me abandonaron? ¿Por qué? ¿Porque? Los porque de tantas cosas, pero nada me sacaba un respuesta.

Dicen que el mentalismo es tan perfecto que cuando estas mal solo queres escuchar canciones tristes, y puedo afirmarlo que era así. Por momentos creía que todo volvía a la normalidad, por momentos imaginasen si duraba más de 2 horas la gente se ponía de pie y me aplaudía, lloraba mirándome al espejo, me encantaba ver como cada lagrima caía y sobre todo cuando mi maquillaje se corría, era una adolescente de 17 años que por mi edad era la época del amor, de sentir a otra persona que te ame. ¿Amar? Que era eso? Una palabra?

Después de largas semanas veía como mis amigas, “va amigas” Salían sonreían se divertían, y yo acá intentando vivir cada día con mi depresión.  El amor y eso había llegado para ellas, yo que era, Especial así me decía mi mama Emilia sos especial, claro que lo soy, soy una especialista en manipular la gente que estoy bien.

Por momentos las envidiaba y por otros pensaba, son unas tontas enamoradas de otra persona que no vale la pena, las va a usar después van a terminar como yo, claro que si, hagamos una fiesta! Nada de lo que decía pasaba ellas seguían con su pareja y acá loca, entrando a un mundo, perfecto eso era lo que me mostraban las mismas personas que estaban pasando por la misma situación que yo.

Termine el colegio al fin! Fue creo que lo único positivo de aquel momento, sabía que tenía que estudiar en la facultad eso significaba, no ver más las caras de mis amigas felices  y ahora viajar algunas horas sola, caminar pensando y vivir otro mundo, en otra ciudad.

Había pasado el verano, sola como todo lo que hacía sola, a veces salía caminar diciéndole a mis padres que iba a la casa de “mis amigas” ojala hubiese sido eso, mis amigas ya no existían en mi vida, estaba sola, sola perdida como una aguja en un pajar difícil de encontrar.

Comenzó el primer día de facultad, psicología eso era lo que fui a estudiar, ni que fuera ilógico ni siquiera podía controlar mi vida, y pretendía tener pacientes y poder solucionarles la vida a ellos, para reírse era lo mío, pero claro cómo no iba a estudiar eso, si era lo que toda mi vida soñé…

Llegue a la facultad me senté al fondo a la derecha, miraba observaba cada persona de allí, pero creo que alguien más me observaba a mí, me sentí perseguida por momentos ¿Qué tenía en mi cara? ¿Qué pasaba? Ese rubio de ojos claro me observaba, me podía dar cuenta que cuando lo miraba y miraba para otro lado, por momentos me dio miedo, pero miedo de que, se de cuenta quien era

Así fue esa semana, el observándome el, el tan Vázquez, no sabía cómo era su nombre, pero si su apellido lo escuche como la profesora lo llamo así. Mis padres Vivian en su mundo, felices de que su hija estaba bien, boe “Bien” y feliz según ellos, ni que fuera que sabían que en mi vida solo pasaban momentos que planeaba mi suicido.

Después de largos días, yendo a la facultad subí al tren donde la gente estaba en su mundo, mire hacia mi derecha y estaba una amiga, mi mejor amiga la que me acompañaba, pero la misma que me abandono, solo me miro y puso una cara triste, muy triste, lo ignore aunque sabia en el fondo que moría por abrazarla y decirle te necesito.

Llegue a mi facultad, era temprano no había desayunado, va odia hacerlo, pero me había agarrado hambre en ese preciso momento faltaba una hora para entrar a clases, fui a un bar que quedaba a una cuadra de la facultad, desayune leí un libro que tenía en mi bolso, amaba leer , en mi entretenida lectura siento como me piden permiso, para sentarse en mi misma mesa, corro mi mirada y era el el mismo que me vivía observando en clase, incómodamente le di el permiso, no nos dirigimos ni una palabra por unos minutos hasta que escucho como su voz me pregunta

      -¿Cómo te llamas?

Alguien me preguntaba alguien me hablaba, que me estaba pasando, capas que la gente cambia, era lo que pensaba en ese momento.

      -Emilia, Emilia me llamo ¿ y vos?.

Sonrió un poco, ¿Sonrió? Yo sonreír que me estaba pasando, actuaba o manipulaba a otra persona fingiendo que estaba bien, claro, seguro.

     -Nicolás, Nico mejor así decime, linda sonrisa

¿Linda sonrisa?, como se notaba que la gente no sabía ni como me sentía en ese preciso momento.

Así compartimos un momento sonreí, sonreí por minutos, me reí y después nos dirigimos a clase, fue raro , muy raro. No me reía hace un año, y no sonreía así por varios meses, capas que el aparecía en mi vida con un motivo, lo creía así.

Pero mi vida comenzó a seguir pasando las cosas como siempre, aunque creo que él se dio cuenta que mi vida no era perfecta porque yo, distraída en clase se sentó al lado mío, no me molesto, pero observe cuando vio mis muñecas con cicatrices, como manchas oscuras significado de cortadura, hace mucho que no lo hacía, pero eso no significaría que las marcas se irían rápidamente, claro que no.

Después de ese día a las semanas compartimos otro desayuno en el mismo bar, pero esa vez fue muy incomodo el momento, cuando terminamos caminamos por una plaza, Nicolás me pregunto, con su cabeza firme y muy sinceramente.

- ¿Emilia te cortas?

Claro que se lo iba a ignorar, o mentir manipularlo como lo hacía con mis padres, pero no pude, se lo juro que no pude,

(Conteste tristemente). – Si, Si Nicolás, lo hacía con frecuencia.

¿Qué estaba haciendo? , no yo me entendía, estando algo a una persona que jamás podría pensar que se lo iba a decir.

-          (Tristemente) Lo necesitas.

Me abrazo, me abrazo, y admito que lo necesitaba hace mucho, hace mucho, no podría evitar que no se me caigan lágrimas, llore por unos minutos y el no dejo de abrazarme ni un segundo, se había vuelto en una persona especial para mi Nicolás, ¿me había enamorado? ¿yo?,’ ¿yo? la misma que decía que mis amigas eran unas estúpidas, capas que era confusión , pero no lo era, me había enamorado.

Así fue que el mismo me había confesado que lo sabía, podría verlo en mis ojos que yo no estaba bien, nunca pude saber la explicación de porque entre en esa depresión claro que no pero él fue ayudándome a salir de allí, volvía a ser la Emilia de antes, había dejado todo eso atrás, lo pude confirmar con un hecho.

Después de varios meses camine por una plaza cerca de mi casa y ahí estaba ella mi mejor amiga sentada en un banco sola mirando como algunas palomas estaban cerca de ella, me senté al lado, y la mire y pude observar como ella se dio vueltas rápidamente mirándome, y solo me salieron algunas palabras.

-          Perdón, (respondí con mi cabeza baja)

No termine de decir esas palabras que sentí como ella me abrazo, hable con ella, no lo podía creer, le explique razones de mi vida, y ella me decía que varios hechos hizo para ayudarme, pero los ignore, yo no me dejaba ayudar, y podría entender en aquel momento que ella tenia razón, la depresión te hace ver todo aquello, que sentís que estas en un laberinto perdida y sin salidas.

Volvió esa Emilia, volví con una sonrisa firme con mis amigas, pude entender que los humanos somos complicados, pero creo que todos tenemos que pasar por etapas y llegar a mi vida para aprender cosas nuevas, admito que no me arrepiento de haber entrado en esa depresión, de ver como la vida se puede ir de tus manos rápidamente.

Ese rubio de ojos claros, Nicolás había vuelto una persona especial el supo entenderme, porque yo con la misma capacidad que tenia de manipular a mi familia en tenía el tenia la capacidad de ver cuando la gente estaba mal.

Puedo decir que ahora si se que es el amor, claro que sí!, Nicolás me lo mostraba era la persona que podría hacerme feliz día a día era mi pareja, pero admito que la culpa la tenía yo, yo no me dejaba ayudar.

 

 

 

Comentarios: 8
  • #8

    joanna (miércoles, 26 febrero 2014 22:25)

    Bueno fue lindo!

  • #7

    Tati (domingo, 16 diciembre 2012 15:08)

    woooow, que bueena historia! en serio, muy interesante ese corto! me encanto

  • #6

    historiasnielovazattias (sábado, 15 diciembre 2012 12:08)

    Que tierno ♥

  • #5

    Hoream. (sábado, 15 diciembre 2012)

    sbskdjh me fascino, casi lloro(mas que ahora estoy sensible)

  • #4

    Meni (sábado, 15 diciembre 2012 00:50)

    Woauuuuu MILAGROSSSS! Se ve que la lectura te inspiró demasiado!!!! A ver si subis mas seguido queridita...

  • #3

    marisol (viernes, 14 diciembre 2012 23:56)

    que lindo, me encantoo

  • #2

    novelasvazattias (viernes, 14 diciembre 2012 23:53)

    que linda historia!!!

  • #1

    Agus (viernes, 14 diciembre 2012 23:49)

    Interesante el corto, me gusto! Tendrías que ver mi cara de seria, raro :|
    Me copa cuando se habla de estos temas, muy bueno Mily (: